Morena llega a su quinto aniversario con una singular competencia para el relevo en la Presidencia de la República. Quienes habían pensado que sería un enfrentamiento de utilería, se equivocaron. Son cuatro pesos pesados de la política nacional que hoy recorren el país, y se abren paso como mejor saben ellos, con acuerdos, pactos, concesiones, periodicazos, revelaciones, filtraciones, amagos, y claro, alianzas. Son cuatro grupos internos de Morena que tienen una definición muy clara desde hace años; equipos hechos para competir, y para ganar, no en balde en 5 años le arrebataron a la oposición 21 gubernaturas.
Son la primera línea del actual gobierno, cualquiera de ellos, tiene un colmillo, una táctica y estrategia para ganar, pero algunos, a más de dos semanas de haberse iniciado el disparo de salida, se han quedado en el camino; el primero fue el Senador Ricardo Monreal, su táctica de adelantarse, forzar alianzas y amagar con una puerta de emergencia, lo acabó. Hoy ocupa el 4to. lugar, y tiene un 8% de preferencia efectiva entre los cuatro morenistas, promedio efectuado entre 8 empresas encuestadoras: Buendía, Mitofsky, MetricsMX, Poligrama, Covarrubias, y de medios de comunicación como Reforma, El País, y el Financiero.
El tercer lugar lo ocupa Adán Augusto López, tiene un 14.7% de preferencia efectiva. Su hermandad con el ciudadano Andrés Manuel, publicitada en un gran número de espectaculares no le ha alcanzado para ocupar un lugar en la memoria del “pueblo”. Ahora, su iniciativa de brigadier o ranchear a la vieja usanza, es tan mala que solo sirve para una postal de las carencias sociales que no le hacen mucho favor. En Guanajuato es apoyado por Ernesto Prieto Ortega, y su familia, quien también busca promocionarse como candidato a la gubernatura. Recordemos que ya hubo un intento de Prieto Ortega en el 2012 con el PT, y obtuvo 28,786 votos.
Adán Augusto está muy lejos de alcanzar en tan corto tiempo los primeros lugares, hay más ranchos de los que anuncia Google. ¡Ah, se me olvida! Subrayo, su coordinador es otro guanajuatense, su exempleado en la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Chico, quien ya fue candidato a gobernador en el 2006 por el PRI, obtuvo 494,448 votos en alianza con el PVEM que representaron el 26.21% de la votación. Otro personaje del PRI, que se une a su equipo es Alejandro Soto Látigo, quien fue el coordinador estatal de Redes Sociales Progresistas, partido ligado a la familia de la maestra Elba Esther Gordillo, que no alcanzó el 3% de la votación nacional y estatal.
El segundo lugar lo ocupa Marcelo Ebrard, duplica el porcentaje de Adán Augusto con 30.6% de preferencia efectiva. Si usted recuerda, el Partido Fuerza Por México, que compitió en el 2021 fue un secreto a voces que estaba ligado a sus aspiraciones, por eso no fue sorpresa que, en su primer acto abierto o público, presentara 300 representantes distritales, y luego, ya en campaña hablara de más de un millón de seguidores. Lo cierto, es que su inicio de campaña con su vocho eléctrico, y su camisa de la suerte, símbolo de sus triunfos electorales, no le han ayudado mucho. Sus amagos y denuncias formales como el pedimento de “piso parejo”, en pleno registro de los y la aspirante al cargo de Coordinadores Nacionales de la 4 transformación, fue un conato de bronca política que lo noqueó. Quizá levante un poco el polvo en la ciudad de México con el apoyo de Monreal y los 5 millones que emparejaron el piso, pero en Guanajuato no será fácil. Su coordinadora nacional es la Senadora Malú Micher, ella fue candidata a gobernadora de Guanajuato, por el PRD en 1995, hace 28 años, y obtuvo 87,438 votos el 7.0% de la votación. En Guanajuato el diputado federal que lo apoya, es el joven formado en la rudeza de los campos perredistas de Cortázar y Villagrán, Emmanuel Reyes Carmona, ligado profundamente a la Iglesia de la Luz del Mundo, cuyo líder Nassón Joaquín García está preso en Estados Unidos por abuso sexual a menores, pornografía infantil y tráfico de personas, quienes en el mediano plazo buscarán crear su propio partido político. En el vocho de Marcelo, caben pocos, es incómodo, lento, y no habrá tiempo para que recorra el país, salvo que lo modifique a Turbosina y le ponga remolque.
El primer lugar lo ocupa Claudia Sheinbaum, supera a Monreal casi seis veces, a Adán Augusto 3.17 veces; a Ebrard 1.5 veces. Es quien ha mostrado mayor alcance en las alianzas con gobernadores, con diputados, con la estructura interna de su partido, sus eventos son masivos y diversos. Ha levantado el apoyo de personajes de la ciencia, el arte, de organizaciones sociales, y de la izquierda histórica.
En Guanajuato, coordina no oficialmente sus visitas, entre otros, el leonés Ricardo Sheffield, actual director de Profeco, quien durante 24 años de militante del PAN fue regidor, diputado local, dos veces diputado federal, presidente municipal de la ciudad zapatera, pero como candidato a Gobernador de Morena perdió 3 a 1 en León, y en el estado 2 a 1; como candidato a Presidente Municipal en el 2021, volvió a perder 3 a 1, y ahora ha expresado su interés por volver a perder, perdón, por competir para gobernador.
También la apoya la Senadora Antares Vázquez, quien ha manifestado su interés por ser gobernadora de Guanajuato, la exsenadora Jesusa Rodríguez, y la reciente revelación morenista, Bárbara Botello, quien fue Alcaldesa de León por el PRI, y a quien la han promovido como posible candidata a gobernadora. Este día viernes que escribo estas notas, Claudia Sheinbaum, realizó un evento en Moroleón, y la sorpresa fue el apoyo de la alcaldesa Alma Denisse Sánchez Barragán, quien ganó bajo las siglas del partido Movimiento Ciudadano.
Para ampliar el abanico, en relación al posicionamiento en los medios, y en la percepción popular de los 4 aspirantes morenistas , la empresa Oráculos, informó que en un análisis de reputación mediática, el porcentaje de notas publicadas por tipo de valoración: Claudia Sheinbaum tiene un 20% de notas negativas, 13% neutras, y 67% positivas; Marcelo Ebrard 33% negativas, 11% neutras y 56% positivas; Adán Augusto López 30% negativas; 18% neutras, y 53% positivas; Ricardo Monreal 12% negativas, 19% neutras, y 69% positivas. En este estudio sí contemplan a los otros dos candidatos externos: Gerardo Fernández Noroña (PT) con 3% negativas, 59% neutra y 39% positivas; Manuel Velasco 68% neutra y 32% positivas. Nuevamente la presencia de la ciudadana Claudia Sheinbaum, tiene un alto registro. Pero la pelea por el posicionamiento en los medios de comunicación es con todo, y no precisamente del agrado de quienes tienen menor impacto en la precampaña, al punto de escalar las denuncias, e incluso la denostación.
La idea de sumar a tiros y troyanos (llámese panistas o priistas), de cierto es natural en cualquier equipo que compite, lo mismo hace el PAN con el PRI, y con el PRD, lo primero que brinca es que, en ambos equipos, ahora tengan personajes de un mismo origen o fuente política, aunque en el camino hayan tomado rutas distintas. La oposición tiene claro que son un FRENTE, producto de visiones iguales y acuerdan un objetivo común entre los 3 partidos políticos, sin perder su identidad y organización interna, e incluso con desprendimientos que terminan por instalarse en una “unidad” fraterna en Morena.
El caso de Morena, es que ante la falta de claridad de cómo agruparse, han generado la apertura de la militancia que deja a otros partidos. En esa indefinición, le llaman movimiento, frente, partido en construcción, y por lo tanto es morenista a todo aquel que se ponga el chaleco guinda, sin importar origen y destino. Parece una estrategia acertada, que funcionará siempre y cuando se le retribuya la deslealtad al partido u organización que abandonó. ¿Y si no hay retribución?
Lo anterior, está ocurriendo en Guanajuato, y supongo en todo el país, el PAN y el PRI, pareciera que se “desgajan”, pero en realidad no se desmoronan, porque sus micro, y macroestructuras se traspasan a Morena, y perviven, porque hay un relajamiento de las exigencias de la representación política, es decir, a quien sirven. No es un asunto de historias y dramas personales, sino la debilidad para la concreción de gobiernos eficientes, eficaces, e incorruptibles. El problema, desde la concepción teórica de la transformación social, no es quienes son los que llegan, sino a donde van.
Estas 4 campañas de los morenistas de primer nivel, y las ultimas 2 campañas para la gobernatura del Estado de México y Coahuila, nos han mostrado, una política de alianzas interna y externas, con rompimientos por la carencia de solidez en la concepción de un partido de vanguardia, o bien, un choque natural producto de una organización que pretende crecer en número, y como consecuencia en ser gobierno, sin mayor exigencia que la creencia que los medios valen más que los fines, como fue el caso de Guadiana, o Barbosa en Puebla.
La confusión en conceptos básicos como pactos, acuerdos, fusiones, alianzas, frente, movimiento, partido, han traído consigo que se reproduzcan de manera real, pero simuladas, grupos de interés muy bien estructurados y focalizados, que se convierten en lo que alguna vez se identificó como tribus en el PRD. Lo grave es que hoy, por el número, los intereses y la experiencia de los panistas y priistas, se conforman en núcleos mayoritarios que amenazan el rumbo y la perspectiva de crear estructuras organizativas sólidas, y confiables. Hasta ahora, y a pesar del antecedente que revivió las peores prácticas políticas en la conformación del Consejo Nacional de Morena, no ha ocurrido mayor división que la temporal, producto de las 4 nominaciones o aspiraciones a ser el coordinador nacional de la defensa de la 4t.
La inclusión coyuntural de actores de la oposición y antes representantes de los partidos y los gobiernos locales, estatales y nacionales, que aspiran a mantenerse en el escenario del poder político, genera y con razón, un profundo malestar en las bases de morena. A pesar de la gran disciplina e idealismo de la militancia, no deja de incomodarles que, desde abajo, sean marginados por equipos profesionales y pagados de manera inexplicable, o subsidiados por los mismos lideres o funcionarios de Morena, en aras de fortalecer sus aspiraciones personales.
La precampaña nacional de los 4 lideres de Morena, a unas semanas de haberse iniciado, ha mostrado cómo se recorren, se alinean los grupos, se fortalecen, y sobre todo, cómo se dividen y se enfrentan sus seguidores para hacer posible el triunfo. Me da la impresión qué Morena se empieza a inflar como un gran globo cuya resistencia se pondrá a prueba, una vez que se defina después del de 6 septiembre quién será el vencedor o vencedera de esta competencia.
En el mejor de los casos, dejará mínimo grandes bloques de poder, cuyo peso, impactará las nominaciones de las candidaturas secundarias como las gobernaturas, senadurías, diputaciones federales, locales, y presidencias municipales. En el peor de los casos, es posible que las recompensas no alcancen a cubrir las exigencias, y vayan como ahora en la búsqueda de espacios en la burocracia gubernamental para que todo siga igual. Por ahora, la tarea de tener un partido fuerte, cohesionado por su propia definición política sigue pendiente, y quizá se profundice si Andrés Manuel decide cumplir con el retiro anunciado. No todo es miel sobre hojuelas.
Revolcadero.
¿Qué hace un movimiento político nacional que sustenta el poder gubernamental cuando el líder desaparece?