León, Guanajuato.- El pasado 29 de abril, el reportero Ángel Galindo terminó de cubrir un hecho policiaco para el periódico El Sol del Bajío cuando fue detenido arbitrariamente en Celaya por policías municipales, quienes lo golpearon y torturaron, resultando con dos costillas rotas y hematomas.
El caso, aunque llegó a Asuntos Internos, se sumó a las denuncias por las que Guanajuato ocupó el segundo lugar nacional en hechos atroces en el primer semestre del año, según la organización Causa Común.
La tortura fue el hecho más denunciado en el estado, con 72. Hubo además 27 reportes de masacres y 23 de fosas clandestinas.
Así como 20 atrocidades que implicaron el asesinato de niñas, niños y adolescentes, y 28 asesinatos de mujeres con crueldad extrema.
Las cifras aparecen en el informe “Galería del horror, atrocidades y eventos de alto impacto”, de enero-junio 2023, donde especialistas de Causa Común recopilaron tres mil 285 atrocidades en fuentes periodísticas. Guanajuato registró 282 incidentes.
El reporte de Causa Común indica que hubo al menos seis mil 460 víctimas de atrocidades en México en este periodo. Guanajuato fue la cuarta entidad, con por lo menos 253 víctimas.
Las notas periodísticas locales registraron además 38 actos de mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres; 11 de calcinamiento; un asesinato de personas de grupos vulnerables, un caso de terrorismo, una violación agraviada y dos intentos de linchamiento.
Así como 18 incidentes de asesinato de funcionarios y actores de relevancia en materia de seguridad (entre ellos, policías), una jornada de violencia en la entidad y 39 actos violentos contra la autoridad.
No debe olvidarse que el 12 de marzo, sujetos armados dispararon dentro de un bar asesinando a 10 personas en Apaseo el Grande, mientras que el 8 de junio, 36 personas secuestradas fueron liberadas en Cuerámaro.
Este recuento, dice la organización, pretende evidenciar que detrás de las cifras de incidencia delictiva hay historias acumuladas de dolor y crueldad, perpetradas por personas que no necesariamente forman parte de organizaciones criminales.
“Se trata de violencia criminal, sí, pero es, también, violencia de género, violencia familiar, violencia comunitaria y violencia social”.
LALC