El Congreso local aprobó agregar a las gorditas de pancita de res dentro de la lista de platillos típicos que contempla el decreto que declara a la gastronomía de Hidalgo como patrimonio cultural.

Además, aprobaron declarar como patrimonio cultural e inmaterial a la iconografía, técnicas y elementos de elaboración de los bordados y expresiones textiles del Valle del Mezquital, conocidos como Flor y Canto

Durante la sesión ordinaria 152 fueron presentados dichos dictámenes emitidos por la primera Comisión Permanente de Legislación y Puntos Constitucionales; aprobados con 24 votos, respectivamente. 

GORDITAS DE TEPA

Las gorditas de pancita de res son un platillo típico del municipio de Francisco I. Madero y de la región del Valle del Mezquital.

Dicho platillo permitió la denominación de Pueblo con Sabor para el municipio de Francisco I. Madero; asimismo fue reconocido en el Festival de la Gordita, promovido por la Secretaría de Turismo de Hidalgo, el cual en 2022 llegó a su sexta edición y cuyo objetivo primordial es precisamente la difusión de este platillo. 

FLOR Y CANTO

El otro dictamen aprobado fue la iniciativa que declara la iconografía, técnicas y elementos de elaboración de los bordados y expresiones textiles del Valle del Mezquital, llamados Flor y Canto, como patrimonio cultural inmaterial de Hidalgo

El objetivo es otorgar la protección necesaria a los motivos, símbolos, elementos, técnicas, manifestaciones y expresiones culturales que reflejan la cosmovisión plasmada en el bordado del Valle del Mezquital conocido como Flor y Canto, a través de su declaración oficial como patrimonio cultural inmaterial de la entidad.

Los bordados del Valle del Mezquital utilizados en la región, en diversas formas, representan uno de los distintivos que diferencian al pueblo hñähñu de cualquier otro. 

OBRA DE ARTE

Los textiles encierran un lenguaje simbólico de suma importancia debido a que, en la combinación de texturas, colores y representaciones, se encuentra reflejada la historia de sus propias tradiciones y, por ende, aquello que les representa, por lo tanto, se puede decir que también dan identidad en el mundo que habitan. 

La riqueza cultural que aportan los bordados del Valle del Mezquital adquiere mayor relevancia cuando se le sitúa en su dimensión técnica justa, la maestría en el uso del hilo, los colores y la composición, los destaca como una obra de arte en sí misma. 

Es decir, no sólo manifiestan sus rasgos culturales a través de los textiles, sino que el producto destaca como una verdadera pieza artística. La relación entre el elemento artístico y las características propias de la sociedad que lo significan y dotan de contenido es innegable.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *