Tomo como ejemplo el título del artículo de Juan Manuel Asai en La Crónica del 21/07/2023, donde describe el empequeñecimiento, ante el líder, de los candidatos de Morena.
Cito a Asai: “Lo digo porque las corcholatas están buscando la presidencia de la República, un cargo en el que esas conductas (serviles) no sirven de nada. En la presidencia (y en las gubernaturas) se requiere liderazgo, valor para enfrentar riesgos, ideas propias, escuchar consejos, pero no seguir instrucciones sin pestañear, por lo sencilla razón que de eso no se trata la chamba de presidente (o de gobernador).”
En el sistema “presidencialista” mexicano, en dónde la última manifestación del poder presidencial y quizás la más importante, es la selección del candidato a sucederlo, los “suspirantes” saben que sus posibilidades son nulas si el presidente elector detecta un mínimo de rebeldía o independencia, de ahí que sean y actúen como marionetas. Lo sé, no fue el caso de Fox ni el de Calderón, a quienes, por falta de capacidad, preparación y oficio político, les crecieron los enanos; así, a Fox se le rebeló Felipe y le comió el mandado a una mala selección de Chente, “El Señor de los Casinos”, Santiago Creel, el eterno perdedor, hoy el favorito de Marko, que no entiende que no entiende; en tanto a Calderón le falló con Ernesto Cordero y se le brincó la cerca Josefina Vázquez Mota, apoyada por los no calderonistas del partido azul, por lo que, en un arranque de soberbia y “encabritamiento”, Felipe traicionó a la candidata como también traicionó al partido apoyando a Enrique Peña Nieto, con los costos sociales y económicos que ya conocemos, Estafa Maestra incluida; de los cuales la historia le cobrará factura, porque los azules insisten en venerarlo, al grado que a la Señora Margarita, la esposa del peloncito chaparrito de lentes y cómplice en el intento de fundar otro partido para desmembrar al PAN, la hicieron diputada a pesar de sus actos de deslealtad para con el otrora partido de: “La gente decente”. Decía que la historia le pasará factura a Felipe por la complicidad traicionera con EPN que permitió, gracias a las corruptelas del peñismo, abrirle la puerta a la 4aT al darle a YSQ argumentos y pruebas irrefutables de la corrupción priista, así como de la incapacidad de Fox y de Calderón para conducir el proceso sucesorio y para combatir la corrupción y la inseguridad…
Pero, volvamos a las corcholatitas: el sistema sucesorio mexicano, que creímos superado ante la estulticia de Chente y de Felipe y el fracaso de EPN, que se cuece aparte, pues el, a pesar de las pataletas de Osorio Chong tuvo el poder de imponer a su sucesor en el PRI, que no ganó, pero no por falta de ganas; Meade perdió por el hartazgo ciudadano ante la corrupción rampante del “nuevo” PRI, que salió con más mañas que el viejo PRI, hoy rebasadas por el PRI de Alito, versión refinada del viejo más el nuevo PRI, lo que niegan y no quieren ver ni Marko ni sus contlapaches, los autonombrados “representantes” de la sociedad civil”, que nota al margen, a mí no me representan.
Decía que creímos ya superado el derecho a imponer al siguiente Presidente por parte del Presidente en turno, pero no, hoy ese poder meta constitucional está más vigente que nunca, lo que permite que AMLO sea de nuevo el gran elector y que quién el designe será, él o ella, el próximo Presidente de México… ¿Que por qué tengo esa certeza?, simple: 1.- Con la mediocridad, corruptela y actitud manipuladora de Alito, Marko y el Chucho, no hay liderazgo de calidad del lado opositor (además de la probable traición de Alito a cambio de impunidad). 2.- Con un INE y un Tribunal (TEPJF) permisivos y con dados parcialmente cargados a favor de YSQ, no hay manera. 3.- Con 23 estados bajo control de Morena, que dada la tradicional corrupción en nuestros procesos electorales usarán solapadamente recursos estatales, más el acarreo y la manipulación electoral de los gobernadores; trabajo de tierra le dicen, no hay manera de competirles, y, finalmente, 4.- Con la participación constatada del crimen organizado a favor de quién reparte abrazos y no balazos, lo que fue un hecho en las elecciones del 2021; pues con el perdón del respetable, no hay forma de que YSQ no imponga sucesor(a), por lo que acepto apuestas, aunque en mi interior quisiera que en el 2024 cortáramos de tajo el deterioro económico, en seguridad, en salud, en economía, en estado de derecho y en educación, que nos ha traído la 4aT.
¿Qué sigue después del 2024 al que veo con fatalismo?, en mi opinión, dos caminos: Uno en el que el PAN se deshace de Marko, de Creel, de Felipe y de Chente, entre otros, es decir, se deshace de la basura política para volver a ser el partido de la gente decente y así, vuelve a gobernar de acuerdo con sus principios y valores fundacionales, apoyados en la Doctrina Social de la Iglesia Católica para ganar, sin alianzas, en el 2030, o dos, sigue Marko influyendo e impone la alianza PRIAN para repartirse con Alito las candidaturas al Congreso, estados y municipios (migajas), dejando al país sin la alternativa de un partido de gente decente, por lo que la historia del 2024 se repite en el 2030 dejándonos en una pendiente de deterioro económico e institucional de la que México tardará lustros en salir, lo que por mi edad no me tocará ver… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.