No tengo idea del por qué YouTube me recomendó el video “Dos brujas en mí familia”: https://www.youtube.com/watch?v=E9vd2EJbIf4 que describe la investigación de Karim Helmstaedt reportera de DW que siguió la historia de una familia que tuvo 2 antepasadas que fueron acusados de brujería, tema que poco a poco me fue cautivando al reflejar lo miserables que somos los humanos y como somos manipulados cuando la ignorancia domina.

El personaje central de la historia se llamaba Margaret y fue acusada en 1642 de brujería en el pueblito de Winningen en Alemania, para luego de ser sentenciada, torturada y finalmente quemada por bruja. Lo primero que llama mi atención es que el evento se dio en Alemania, hoy país del primer mundo y extensa cultura que carga con el estigma del nazismo, en dónde, a finales de los 30´s y principios de los 40´s, con una estrategia de exterminación impulsada por Hitler y sus esbirros para manipular al “pueblo sabio” alemán, el hoy país progresista, aliado de los gringos, si, los de la inmoral y criminal bomba atómica en Hisroshima y Nagasaky, antiguos enemigos del Tercer Reich y de Japón, hoy también con una alianza vergonzante con los gringos, deshonrando a los 225,000 japoneses asesinados por un País que, ya triunfador, quiso demostrar su poderío para amedrentar a futuros enemigos… Lo sé, ya me salí de tema, pero es que no puedo digerir la responsabilidad histórica de los hijos de… del Tío Sam que masacraron población civil de un país ya derrotado, solo por el gusto de ser superpotencia y exhibirlo ¡En fin!, cosa de los japoneses y sus conveniencias…

Regreso al tema de las brujas, cuyo origen es religioso a partir de la estúpida creencia de que el diablo, esa entidad creada por las religiones para controlar a través del miedo, se apoderaba de las personas y las obligaba a actuar con maldad, lo que repercutía en eventos que lesionaban a la comunidad o dañaban a las personas, eventos climáticos como granizadas, sequías o terremotos o pandemias como la peste (hoy el Covid) o la viruela; por lo que había que exorcizarlas y darles matarile para acabar con el mal. En el caso de Margaret y de 20 personas más en Winningen, inmortalizadas en un monumento, existieron testimonios de vecinos que declararon constatar sus brujerías y verlas volar (de ahí la fantasiosa idea de que volaban en escobas, pues no se habían inventado los aviones), testimonios, sin duda mentirosos, sostenidos en parte por la ignorancia, pero en mucho por la avaricia, ya que quienes denunciaban al igual que en la Alemania Nazi cuando denunciaban a judíos, se quedaban con sus bienes y propiedades, ello, después de deducir los gastos y costos de jueces y verdugos que también lucraban con la muerte ajena; en otras palabras, la religión sí, la ignorancia, también, pero sobre todo la envidia y el interés de quedarse con las cosas de los denunciados, eran el motivador de las acusaciones, avalados por autoridades que lucraban con el infundio y la mentira.

Otro dato que llamó mi atención, fue que la mayoría de los acusados y acusadas, porque también aunque en menor proporción se acusaba a hombres de brujería, no lo fueron por la religión católica y su criminal inquisición, sino por el protestantismo, es decir, sea chana o Juana, las religiones manipulan por intereses muy terrenales, como el caso de las indulgencia$, gran negocio contra el que luchó Lutero, que consistía (o consiste), en perdonar tiempo de castigo en el fuego divino, a cambo de actividades piadosas a favor de la religión o de plano del pago en cash de beneficios para disminuir o cancelar castigos después de la muerte ¡Soberana idiotez! que durante años fue práctica común de mi religión Católica… En otras palabras, la mentira y el engaño sostenidos por el miedo a castigos eternos, como estrategia para esquilmar incautos en las religiones, por curas y ministros inmorales, no todos, pero si muchos.

Como dato impresionante, si bien con el tiempo, la ilustración y el conocimiento se acabó con el concepto de brujería en Europa, este todavía persiste en pueblos del tercer mundo, en particular de África, con el mismo basamento, denuncia de vecinos o parientes, juicios sumarios, repartición de bienes y tortura y asesinato de inocentes para dar gusto a sociedades que con ignorancia, atribuyen sus miedos a eventos paranormales de los que a alguien hay que culpar.

Cierro con la siguiente reflexión: dada la supina gansada característica de las raza humana, de la misma manera que el racismo está renaciendo en el mundo, países de primer mundo incluidos, la brujería tiene muchas posibilidades de volver, ya que, parafraseando a Albert Einstein: “Dos cosas son infinitas; el universo y la estupidez humana”… aunque de la primera no estoy seguro, terminaba diciendo… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Escritor y soñador

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