Te comprendo, te digo, muchas veces me pasó lo mismo, sólo que llegó un momento en el que mi molde se rompió, se hizo añicos, y cual planta que necesitara espacio para extender sus raíces, abandoné viejos hábitos y me sentí liberada. 

Cada quien tienen su tiempo, y cuando se colma la medida del hartazgo, no hay tregua en el minutero, eso puedo asegurártelo. 

A mí me gustaba sentir la  aprobación y sobre todo verla en sus ojos, sentía un equilibrio y la certeza de estar haciendo lo correcto. Pero cuando no era así, caía en un desasosiego, se perdía mi equilibrio y me cuestionaba inútilmente qué podía enmendar para que volvieran a brillar los benignos ojos.

Con el tiempo y el camino andado, aprendí que no era un comportamiento dado para mí en exclusiva, y conocí vasijas rotas que intentaron igual a mí, tener cabida en otro corazón, que no dudaron en doblegar la voluntad y engancharla a otro carro, aunque con esta actitud, no era ninguna sorpresa llegar a lugares inciertos.

Pero no se nace con instructivo, y alegres permitimos ser cosificados y ser manejados por hábiles titiriteros. Lejos estaba de pensar en esos momentos que la asertividad me permitiría  cerrar puertas y candados, poner banderas rojas de peligro y resguardar mi vida con letreros de precaución. 

Pero yo creía y estaba en proceso de aprendizaje, lo lamento, sí, pero no tiene ningún objeto correr a contratiempo, la vida sólo permite un sentido, pues se le ha trabado la reversa.

Si, ponemos nuestra valía en sus juicios, perseguimos la ansiada dádiva de la comprensión y compañía a intereses muy altos, hasta llegar a sentirte devaluado si ese corazón mezquino lo desea, porque no has comprendido que no hay nada mejor que los propios abrazos.
 
¿Pero qué caso tiene rememorar, te pregunto? El objeto, está unido al recuerdo, y en tu caso fue una fotografía, comenzaste a ahondar hasta quedar prendido de unos pensamientos gastados a fuerza de repeticiones. Las personas no están hechas a nuestra medida, es mala idea idealizar.

Pero ahora lo estás aprendiendo, lleva tiempo comprobar la calidad de cada corazón, no puede gotearse de ácido para descubrir el oro falso, no, no es posible. Las personas admiten pruebas diferentes, no te fíes de la palabrería, no retrocedas, no permitas que te costeen manos ajenas. 

Y llegara el momento que se cuartee el molde por absurdo y por obsoleto, porque no puede contenerte, tú, eres mucho más grande que eso. Y cuando no te seas un extraño, te tratarás con benevolencia y cariño y por ningún motivo admitirás descalificaciones.  
 

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