Xóchitl Gálvez nos lo hizo notar en su primera visita a León. Sólo 10 mil guanajuatenses se habían inscrito en la plataforma construida para registrar apoyos. En cambio en Querétaro iban 40 mil.
¿Qué pasaba con el estado más panista del país?¿Qué pasaba con la única entidad donde López Obrador no había obtenido mayoría de votos? Ausente, el PAN tenía otra agenda: elevar a Libia Dennise García a la candidatura estatal. Preocupados y ocupados por las cifras que acercan a Morena en las encuestas, el PAN busca contrarrestar los apoyos económicos de la Federación con ayudas a mujeres, acarreos y discursos infumables.
Con el tiempo, el partido en el poder fue perdiendo la independencia que hubiera tenido del poder oficial cuando era oposición. La institución que pudo derrocar al PRI en León, en Guanajuato y en el país, se convirtió en un manso cordero. La ideología, los valores y la fuerza moral del partido quedaron atrás. Consumido por luchas internas, la institución se convirtió en una simple herramienta.
El domingo, durante el mitin de apoyo a Xóchitl, quienes más empujaban la reunión eran los guerreros de antaño: Carlos Medina, Hugo Villalobos, Antonio Morfín y otros veteranos de muchas batallas. La oportunidad de calar en el ánimo de miles o cientos de miles se había perdido.
Dormido, el partido dejó de ser el faro de los valores que impulsaron sus fundadores. ¿Cuándo fue la última vez que un dirigente blanquiazul denunció las desviaciones de su administración?
Hay temas que dan pena ajena. Una promoción invita a escuchar a Juan Manuel Oliva para informar de la mala administración de la 4T. Parece broma. ¿Olvidaron la corrupción de su mandato cuando pagó 20 millones de dólares por unos terrenos en la Presa del Palote para recibir a cambio la construcción de su casa y la de su hija en la colonia Punta del Este? ¿Será este el panista que dará lecciones de gobierno cuando dilapidó 7 mil millones de pesos en la compra de terrenos de la refinería, en compra de tierra para un tren que nunca existió o en una Expo Bicentenario que nos costó y sigue costando una fortuna sin beneficio alguno? ¿No es una broma?
¿Olvidaron en Acción Nacional sus normas de expulsar a quien ayude en la promoción de un candidato contrincante como lo hizo Oliva en Nuevo León al apoyar al priista Adrián de la Garza en contra del panista Fernando Larrazábal? Ese solo hecho debiera tenerlo fuera del partido y no dando lecciones de buen gobierno.
El PAN que luchó en contra de la corrupción, de la perpetuidad en el poder y prometió la competencia sobre el compadrazgo; la eficiencia sobre los motivos electorales; la verdad y la transparencia, parece un PRI recargado con acarreos y candidatos designados.
Atrás quedó el espíritu libertario, la subsidiaridad (tanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario) y la idea de ser contrapeso del poder. Tal vez por eso la plaza estaba vacía, porque el PAN quedó hueco de pasión, de valores y de principios.
Sucedió lo mismo que en el PRI. El partido fue convertido en un apéndice, en una herramienta electoral del gobierno en turno. Que nos muestren dónde están los líderes del futuro, los jóvenes que construirán una organización auténtica con los valores que siempre pregonaron: incorruptibilidad, meritocracia, competencia y distancia entre partido y gobierno. (Continuará)
Gsz