Son DOS los mexicanos secuestrados en Israel por el grupo terrorista llamado Hamas.

Hasta el momento de escribir estas líneas, no sabemos de NINGÚN esfuerzo abierto o encubierto por parte del Gobierno mexicano por lograr que los terroristas dejen LIBRES a los rehenes mexicanos que capturaron durante un festival, en el que asesinaron a cientos de asistentes, incluyendo una turista alemana a quien después de matarla la pasearon desnuda en la cajuela de una pick-up, siendo su maltrecho cuerpo escupido por las multitudes palestinas cegadas por el odio.

¿Cómo es posible que un humano le haga eso a otro humano, aparte totalmente inocente y joven mujer además, a quien ni siquiera le otorgan la gracia de una muerte con dignidad? ¡Barbáricos estos actos, sólo igualados por los realizados aquí en nuestro territorio por los terroristas al servicio del narcotráfico!

Han amenazado los extremistas que comenzarán a EJECUTAR a los rehenes si continúan los ataques defensivos de Israel para repeler la invasión de la que fueron presa, así como el ataque con misiles del que fueron víctimas.

Según el propio Hamas, lanzaron más de 5 mil misiles contra blancos en Israel, causando la muerte de unas 900 personas, civiles casi todas.

(Y eso que el sistema israelí de defensa llamado “Domo de Acero” tiene la capacidad de interceptar y destruir casi el 90 por ciento de los misiles lanzados, si no el número de muertes hubiera sido inimaginable).

QATAR está actuando como negociador con los extremistas para lograr un intercambio de prisioneros: Israel está en posesión de unos 40 palestinos y los terroristas de Hamas tienen unos 130 rehenes israelíes, además de otro número, entre ellos los dos mexicanos.

¿Qué espera el Gobierno mexicano para peticionar -e incluso presionar- a los qatarís a que soliciten la LIBERACIÓN inmediata de los rehenes MEXICANOS?

Por supuesto que lo ideal es que los terroristas suelten a TODOS los rehenes, sólo que toca a nuestro Gobierno defender a SUS CIUDADANOS, pues si no somos nosotros ¿quién aboga por ellos?

Deben saber los terroristas que en la redada que hicieron en el kibutz donde se celebraba el festival se encontraba un número sustancial de TURISTAS, a los cuales se llevaron a punta de arma sin distinción alguna respecto a su nacionalidad. O sea que los terroristas no sólo atacaron a Israel, sino TAMBIÉN a una docena de países AJENOS al conflicto entre palestinos e israelíes.

México no lleva conflicto alguno con los palestinos, de manera que tomar REHENES MEXICANOS es una agresión a nuestra Patria. Por esto TOCA al Gobierno mexicano EXTREMAR TODO ESFUERZO por lograr la liberación de nuestros compatriotas, tan ajenos al conflicto de GAZA como usted o yo, estimado lector.

Y esto hay que lograrlo con PRONTITUD, sería más allá de lo bárbaro y criminal que por desinterés o ineptitud de nuestro Gobierno los mexicanos rehenes SUFRIERAN alguna agresión o DAÑO a manos de los fanáticos extremistas que atacaron a Israel.

No desconocemos que el conflicto que reanudó la violencia el sábado es uno ancestral y que, como en todo, hay cuando menos dos versiones de los hechos.

Incluso, en la sección de comentarios en la versión en línea de este su periódico se mandaron algunos “defendiendo” a los palestinos.

Bajo las actuales circunstancias, no tiene caso entrar a una discusión bizantina respecto a quién tiene la razón en esta disputa territorial.

Los terroristas de Hamas son una organización extremista que surgió después de la primera mitad de los 80 y jamás han siquiera reconocido la existencia del Estado de Israel.

Aquí lo importante es que en un acto VIOLENTO, improvocado, los extremistas palestinos atacaron -entre otros- una celebración civil, pacífica, mataron gente y se llevaron rehenes, entre ellos a DOS MEXICANOS.

Por lo tanto, el pueblo de México, y así también debería hacerlo su Gobierno, exige y demanda que los terroristas NOS REGRESEN SANOS Y SALVOS a los rehenes mexicanos que se llevaron por la fuerza y a quienes ahora amenazan con ejecutar, buscando así EVADIR las consecuencias lógicas, la respuesta esperada, que tomaría el Estado de Israel ante el ataque improvisado.

“¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos de vuelta!”.

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