¿Quién es Pedro Medina Hurtado?

¿Quién es Isaac Itzkowich?

¿Quién es Domingo Santana Pulido?

¿Quién es Ángel Macías?

¿Quién es Don Pepe Maiz?

Respuestas que podrían responderse sin dificultad alguna si tan solo existiese el hábito de honrar a nuestros antepasados porque todo presente se construye gracias a un fructífero pasado, lleno de frustraciones y derrotas, pero a la vez de alegrías y victorias. 

No existe dicha situación y es algo difícil de sopesar en una ciudad guanajuatense de León rica en historia beisbolera. 

Ayer, su servidor estuvo presente en el aniversario número 53 de la Liga de Beisbol Infantil y Juvenil y Sóftbol donde la historia se hizo presente en aquel campo número 1 de la Deportiva del Estado que se erige como el principal en la práctica de este deporte y su vertiente. 

Estoico ante el inexorable paso del tiempo, Pedro Medina Hurtado, aquel impulsor del beisbol leonés en la década de los 80 y 90 con la administración de ligas amateurs y la llegada del profesionalismo con los Cachorros de León (posteriormente Bravos de León), se dio cita en dicho recinto para presenciar un aniversario más de aquello que, con ahínco, ha logrado construir a lo largo de más de cinco décadas. 

Pedro Medina Hurtado durante el evento del domingo 22 de octubre. 

Sin embargo, la incursión de León en la Liga Mexicana de Beisbol no habría sido posible sin la ayuda de su amigo Don Isaac Itzkowich, quien se encargó del embutacado y reparación total de un estadio de beisbol casi en la ruina. 

Fernando, hijo de Don Isaac, recibiendo el reconocimiento.

Un perímetro deportivo que lleva por nombre Domingo Santana, esa leyenda resiliente y amante total de la pelota de 108 costuras que se encargó de difundirlo con entrenamiento intensivo e instrucción precisa a los principiantes de este lindo deporte. 

Domingo Santana y su leyenda en León. Foto: Archivo Histórico del Beisbol.

Uno que se encargó de enaltecer en México el lanzador Ángel Macías, un lanzador zurdo de 12 años de edad que puso en boca el nombre de su país con la proeza de un Juego Perfecto que, a su vez, significó el impulso de sus compañeros para consagrarse como Campeones de Ligas Pequeñas en Williamsport durante 1957. 

Hazaña de la que fue parte Don Pepe Maiz, quien desde ese momento se enamoró por completo del diamante y sus esfuerzos fuera de él al grado de comprar y presidir la franquicia de los Sultanes de Monterrey de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB). }

Don Pepe Maiz hablando en el evento del 53 aniversario de esta liga.

Todos estos nombres volaron por los aires en busca de mantenerlos en el recuerdo eterno de los aficionados (y no aficionados) de este deporte que regresará a ser olímpico en Los Ángeles 2028. 

¿Por qué hemos dejado de lado la honradez de aquellas leyendas que forjaron una identidad deportiva en nuestra ciudad? 

¿Por qué es tan poca la importancia de hacerlo realidad? 

Duele, aunque no tan bastante por ese reconocimiento con aplausos y gritos de emoción hacia la figura de Pedro Medina Hurtado, Don Pepe Maiz y los hijos de Santana, Itzkowich y Macías, quienes recibieron el reconocimiento de la inmortalidad de sus padres. 

Ojalá que, poco a poco, se comience a tomarlos más en cuenta para un promisorio futuro en materia de persistencia e identidad en las nuevas generaciones. 

Es una pasión hereditaria y, por ende, se debe de priorizar la transmisión de historias en cada uno de los que la conforman. 

Ayer, por lo pronto, me hizo sentir una chispa que creía perdida. 

Ayer, con nombres de leyendas resonando a mi alrededor, pude percibir cuando las leyendas se honran y el recuerdo se transforma. 

No obstante, sigue restando mucho trabajo por hacer. 

Desde acá, en nuestra trinchera, seguiremos trabajando para que eso siga cambiando. Esperen noticias de ello. 

-El Dugout del Gabo.

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