Después de la pandemia, los grandes distribuidores de alimentos y hasta de frituras han recurrido a reducir el tamaño, contenido y gramaje de sus productos para no subir precios, pero engañan la percepción del consumidor.

PRODUCTOS DE LIMPIEZA

Tenderos de Pachuca informan que esa modalidad se aplica en productos de limpieza, aseo personal y alimentos.

BOTELLAS DE AGUA

Incluso esa práctica llegó a los envases de agua embotellada pues por ejemplo Bonafont redujo la cantidad de su producto de litro y medio a un litro 400 mililitros.

Esto con el objeto de que el consumidor no se percate y pague lo mismo por menos producto.

HASTA LOS ATUNES

Hasta los atunes que antes tenían 140 gramos, ahora los venden en con 133 gramos.

MINI JABONES

Las minipresentaciones aplican también en las barras de jabón de baño que cada vez son más pequeñas y duran poco, pero se presentan en envolturas más grandes para aparentar tamaño.

MICROLECHITAS

Además, en una temporada la leche Santa Clara vendió el producto con menos de un litro.

Las lechitas Santa Clara eran de un cuarto de litro, luego las bajaron a 220 mililitros y ahora son de 180 mililitros.

YOGURES DE UN TRAGO

La misma estrategia de engaño al consumidor que pasa desapercibida para la Profeco, se aplica en los yogures pequeños que con menos contenido cuestan en promedio 15 pesos.

ACEITE COMESTIBLE

Ocurre lo mismo con el aceite comestible que ya no es el litro completo, sino que lo venden en 850 o 900 mililitros.

REDUCCIÓN GRADUAL

Después de la pandemia a todos los productos les fueron bajando gramaje, explicó un tendero de la capital hidalguense.

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