Le llegó a tiempo un aviso,
pero venía de los gringos,
el presi quiso, o no quiso,
no fueran a dar de brincos.
La calaca vio ocasión,
y se regordeo de gusto,
la carne para el panteón,
hasta se mueren de susto.
Se encontró con convención,
de algunos o muchos mineros,
la huesuda hizo mención,
esos saben de agujeros.
También hubo convención,
pero de esqueletos rumberos,
que supieron del ciclón,
y quisieron ser primeros.
Fustigando a periodistas,
pues que se le traba la lengua,
la muerte a ojos vistas,
lo perfila y dice, venga,
y en panteón haciendo listas,
en mañanera devenga.
DAR