Lourdes Casares de Félix

Al presentar a su equipo de campaña, Xóchitl Gálvez, precandidata presidencial del Frente Amplio por México, nombró a su hijo Juan Pablo Sánchez Gálvez, como coordinador nacional de la campaña juvenil, y a su hija Diana Vega Gálvez como representante del grupo de redes sociales “Xochitlovers”.

Resulta sorprendente la avalancha de comentarios negativos y muchos hasta agresivos hacia los chicos llamándoles pirrurris, burros, y que su madre los incluía en su equipo para que vivieran del presupuesto público. Las malas lenguas se soltaron en descalificativos hacia Xóchitl llamándola corrupta, prejuzgando erróneamente este hecho. Pronto la precandidata salió a aclarar que sus hijos no van a participar en decisiones de la campaña, que no iban a recibir un sueldo ni manejarían un peso, y además seguirían comprometidos con la empresa familiar en la que trabajan. Muchos no quisieron escuchar las explicaciones y evocaron el suceso cuando el ex presidente López Portillo designó a su hijo José Ramón como subsecretario de Programación y Presupuesto, y sin recato alguno respondió a los periodistas al ser cuestionado: “Es el orgullo de mi nepotismo”.  Frase que caló muy hondo ya que se instituía autoritariamente y a capricho, el favorecer a parientes en un puesto de gobierno lo cual se reconoció como nepotismo.

Según algunos diccionarios el término nepotismo se define como: Utilización de un cargo público para favorecer a familiares o amigos en la selección de personal, al margen del principio de mérito y capacidad. En el caso de los hijos de Xóchitl su labor consiste en acompañar a su madre tal como lo han hecho muchos familiares ya sean hijos o esposa con candidatos. Cuando vino Xóchitl a León a recolectar sus firmas, dijo que había tomado carretera ya muy noche pero que gracias a Dios su hija la acompañaba. Juan Pablo y Diana son trabajadores y están preparados con estudios y experiencia laboral. No son unos vagos ni andan buscando un puesto en el gobierno. Los hijos de López Obrador estuvieron con él durante su campaña y no se hizo un escándalo por ello.

El nepotismo es un acto de ilegitimidad, ¿Qué méritos tiene una persona para ocupar un puesto público solo porque es pariente o amigo del poderoso mandatario en turno? Es ilegítimo de parte de quien otorga como de quien recibe. Pero aquí este ventajoso proceso no aplica.

La precandidata presidencial  de Morena, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con que los hijos de Xóchitl Gálvez participen en su equipo de precampaña, y aprovechó justificar que su hijastro haya hecho un documental sobre su vida. “Una cosa es que te apoyen externamente y otra es que los presenten como tu equipo de campaña. No estoy de acuerdo con eso”, “Hay que marcar muy bien la diferencia” dijo Claudia. O sea, te pueden acompañar pero hay que ocultar su participación. Las redes de “Xóchitlovers” fueron creadas por sus hijos cuando Xóchitl ni siquiera había sido elegida como precandidata. Es parte de un acompañamiento que debe ser reconocido y mencionado. Sin embargo, Xóchitl se refirió a la producción del documental de Claudia festejando que lo haya elaborado su hijo ya que es quien le puede poner más amor para hacerlo. Usando la frase de Claudia “Se marca muy bien la diferencia” pero entre candidatas.

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