“Aguantar vara” es una expresión que se utiliza para pedirle a alguien que cumpla con algo, que sea valiente o sea paciente ante alguna situación complicada. El sujeto que aguanta vara sigue persiguiendo su objetivo, mostrando un carácter bravo, enfrentando el desafío a pesar de los ataques, dolor o sufrimiento que está atravesando.

Esta frase se considera como una metáfora de la filosofía estoica, una escuela de pensamiento originada en Grecia, que enfatiza el desarrollo de la virtud, la racionalidad y la fortaleza interna como medios para lograr una vida tranquila y plena. Una idea central del estoicismo es la que invita al individuo a enfocarse en lo que está dentro de su control, cultivando la resiliencia enfrentando circunstancias externas y aceptar con ecuanimidad lo que no puede ser cambiado. 

Esta filosofía apela a mantener un enfoque disciplinado hacia la vida, promoviendo un comportamiento ético, la reflexión interna y una sensación de responsabilidad hacia con los demás.

Aquellos dedicados a la atención de la salud podrían tomar herramientas de esta filosofía para aplicar a la vida cotidiana y profesional, comenzando con un manejo emocional resiliente, que permita enfrentar situaciones que tienen una carga emocional de mayor calado. Al ser estoicos, los profesionales de la salud pueden afrontar situaciones complicadas con mayor calma y raciocinio, lo que facilita la prestación de cuidados y atención efectivos.

De la misma manera, los profesionales sanitarios, al enfocarse y promover la diligencia y virtud en su labor, pueden encontrar propósito y significado a su trabajo, enfocándose en los aspectos éticos de la atención de los pacientes. Al priorizar el bienestar de aquellos en necesidad, se puede tener un mayor sentido de realización en el rol que se desempeña.

Es importante también que el profesional de la salud reconozca que hay cosas que están más allá de su control, pero que reconozca también que a pesar de ello, debe enfocarse en proveer el mejor cuidado posible a pesar de la incertidumbre.

Otra herramienta es la comunicación efectiva y clara, la cual pueden usar los proveedores de servicios de salud para utilizar y distribuir información con empatía y transparencia, que logre crear confianza con los pacientes, familiares e incluso con los propios colaboradores.

Así mismo, el estoicismo puede estimular el aprendizaje continuo y adaptabilidad, más en un ambiente en constante transformación como el de la prestación de servicios de salud, teniendo apertura racional a nueva información, conocimiento o formas de hacer las cosas. También, esta filosofía puede apoyar en lograr un balance vital y auto-disciplina, para poder hacer frente a las agendas tan demandantes y altos niveles de estrés en la vida laboral.

Es útil también para reconocer la importancia de la colaboración y el trabajo conjunto para lograr un propósito común, reconociendo las contribuciones de cada elemento y la necesidad de trabajar de manera armónica para proporcionar una atención integral y efectiva a los usuarios.

Por último, puede ayudarnos a ser agradecidos y entender que existen multitud de situaciones positivas en la vida. Es por ello que comparto esta reflexión, que pueda colaborar en conocer un poco los principios de esta filosofía que nos permita navegar a través de desafíos, adversidades o casos complicados, con una actitud resiliente y compuesta, que no apela a suprimir emociones o no luchar por lo que es justo, sino para salir avantes ante las complejidades de los sistemas sanitarios y la atención de pacientes, con sabiduría y compromiso para el cuidado ético.

Les deseo, queridos lectores, y en especial a aquellos que se dedican al cuidado de la salud, una feliz navidad.

(Médico Especialista en Patología Clínica, Profesor Universitario y promotor de la donación voluntaria de sangre).

 

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