En una guía pasada, comenté el extraordinario libro de Serge Gruzinski, El águila y el dragón, (Guía 504, Tachas 530) que versa sobre la desmesura europea del siglo XVI volcada en dos continentes, América y Asia, en particular la epopeya de Hernán Cortés en la conquista del reino de los aztecas y los absurdos intentos de los portugueses por hacer lo mismo con el imperio Ming. En este va y viene a través del Pacífico, se menciona la extraordinaria epopeya en los mares de Extremo Oriente del portugués Fernán Mendes Pinto (¿1510-14?-1583)
Como muchos de sus compatriotas se embarcó joven hacia la India pero en un combate naval contra los otomanos fue hecho prisionero y luego vendido como esclavo. Tuvo suerte al ser encontrado por sus compatriotas y llevado a Malaca, que fungía como base de las operaciones comerciales y de pillaje (ambas andaban con frecuencia de la mano) de los lusitanos. A partir de entonces, bajo las órdenes de Pedro de Faria recorrió los mares a lo largo de dos décadas, donde conoció entre otros a san Francisco Javier y decidió ingresar a la orden jesuita. Con ellos visitó el Japón, donde la Compañía, además de cristianizar, introdujo las primeras armas de fuego…
Decepcionado de los jesuitas decide renunciar a su noviciado y retornar a Portugal, donde llegará en 1558. Su fama lo había precedido por la publicación de algunas de sus cartas. Sirvió como consejero para asuntos extranjeros y desempeñó algunos puestos menores.
Tras haberse casado y procreado dos hijas, Pinto se retira en 1562 a una granja donde entre 1569 y 1578 escribirá la gran crónica de sus andanzas, que fue traducida al español por Herrera Maldonado como: Historia oriental de las peregrinaciones de Fernán Méndez Pinto, portugués, adonde se escriben muchas y muy estrañas cosas que vio y oyó en los Reynos de la China, Tartaria, Sornao, que vulgarmente se llama Siam, Calamiñam, Peguu, Martavan y otros muchos de aquellas partes Orientales…
El título continúa, pero para mayor facilidad se conoció en adelante como La peregrinación, que a través 226 capítulos narra con lujo de detalles y una “gran variedad de discursos, de estilos y registros”, la impronta europea en el lejano oriente, sus contradicciones y choques con las culturas locales. Mendes Pinto, según declara en la obra, la escribió para ejemplo de sus hijas y murió en 1583 sin ver la obra publicada, algo que sucedería más de veinte años después.
Luisa Trias Folch, profesora de filología portuguesa en la universidad de Granada, nos adentra en la génesis y contexto histórico de La peregrinación, con énfasis en el discurso crítico sobre la aventura europea en Oriente y sus contradicciones. Contrapuesto a Los lusíadas de Camões, la crónica de Mendes Pinto muestra una cara más veraz de aquellos hombres que intentarían emular las hazañas españolas en América y someter con un pequeño ejército al más poderoso de los imperios de entonces.
Comentarios a mi correo electrónico: panquevadas@gmail.com