Nunca lo va a aceptar públicamente por obvias razones, pero las estructuras partidistas de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México ya recibieron la orden de dejar de trabajar para Clara Brugada, la candidata de Morena a la Jefatura de Gobierno.
Hacia afuera todo son sonrisas, pero hacia adentro, el cálculo de Sheinbaum y su equipo es que si llegan a triunfar en la elección presidencial -cosa que calculan altamente probable, pero no segura- no quieren al grupo de Brugada (Martí Batres, Encinas, et al) de vecinos, con el monumental presupuesto del gobierno de la capital del país a su disposición y con la fascinante herramienta de las auditorías a los cinco años de gobierno de Sheinbaum.
En el equipo de la candidata presidencial del oficialismo sienten que Brugada y su gente no harían equipo, ni siquiera serían un sano contrapeso interno, sino francamente se comportarían como chantajistas por goteo, con tal de ir amarrando su lugar en la sucesión presidencial del 2030.
Así me lo revelan fuentes de primer nivel en el círculo de confianza de Sheinbaum, quienes ya están implementando la instrucción de mantener una relación fría con Clara Brugada y su equipo de campaña.
En cambio, me revelan las mismas fuentes, ya empezaron a tender puentes con el panista Santiago Taboada, candidato de la alianza opositora PAN-PRI-PRD a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Me dicen que la oferta fue diáfana: si te comprometes a no usar políticamente las auditorías a la gestión de Sheinbaum, nosotros sacamos las manos del proceso por la capital del país y dejamos de apoyar a Clara Brugada. A los pocos días, Taboada tejió la respuesta en un mensaje público: no tengo intenciones de gobernar con el espejo retrovisor. Y de inmediato los rudos del morenismo en la Ciudad de México, que llevan como bandera a Brugada, se activaron en su contra reviviendo viejos expedientes y creándole nuevos desde los espacios de poder que controlan.
Se ve que el tema de las auditorías inquieta a la candidata del oficialismo. La semana pasada dedicó uno de sus mensajes diarios a presumir que su administración en la Ciudad de México fue la única entidad que no tuvo señalamientos de la Auditoría Superior de la Federación. Se ve que el trabajo político y las presiones han surtido efecto, porque con tantas obras que tienen accidentes (unos más trágicos que otros, pero ya casi como sistema), lo de menos es pensar que una rápida auditoría hecha con seriedad podría poner en aprietos a la candidata cuya única estrategia de campaña ha sido apertrecharse en la figura de su jefe político, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Saciamorbos
Hace un año, el gobernador Samuel García armó tremendo show porque Tesla anunció la construcción de su megafábrica en Nuevo León: se reunió con Elon Musk, dio entrevistas, hizo videos en sus redes sociales, supo sacarle cada gota de jugo a esta importantísima noticia que fue tema de conversación varios días. Ha pasado un año y la gigafactory de Tesla no tiene un ladrillo.
Ayer se reveló una noticia tan importante como esa, pero que pasó casi desapercibida: Amazon anunció la creación de un centro de datos gigantesco en Querétaro, una inversión de 5 mil millones de pesos. La diferencia fue que el gobernador, el panista Mauricio Kuri, no supo cacarear el huevo.
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