El 13 de enero de 1916 quedará en los anales históricos nacionales como una fecha excepcional, única y especial ya que se llevó a cabo la apertura del Primer Congreso Feminista organizado en México, el cual se realizó en el teatro Peón Contreras de la ciudad de Mérida, Yucatán. Fue el 28 de octubre de 1915 cuando se hizo la convocatoria por el entonces gobernador del estado Salvador Alvarado, en la que se indicaba que:

“El medio más eficaz de […] libertar y educar a la mujer, es concurriendo ella misma con sus energías e iniciativas a reclamar sus derechos, al señalar la educación que necesita y a pedir su injerencia en el Estado, para que ella misma se proteja […]”

La primera base de la convocatoria estableció que podrían asistir “todas las mujeres honradas de Yucatán, que posean cuando menos los conocimientos primarios”; en esa época, ello implicó una invitación casi exclusiva a las maestras, pues eran quienes cubrían estos requisitos.

Al llamado acudieron más de 600 profesoras de todo el estado, que se reunieron del 13 al 16 de enero de 1916. Entre ellas se encontraban mujeres destacadas como Elvia Carrillo Puerto, Consuelo Zavala, Beatriz Peniche Barrera, Raquel Dzib Cicero, Rosa Torres González y Amalia Gómez Flota de Aguilar, quienes además de su labor docente se involucraron en el desarrollo de diversas actividades sociales para mejorar la calidad de vida de la población.

Los temas a discutir fueron cuatro, mismo número de mesas que se organizaron los primeros días de las sesiones: ¿Cuáles son los medios sociales que deberían emplearse para liberar a las mujeres del yugo de las tradiciones? ¿Cuál es el papel de la escuela primaria en la reivindicación femenina ya que ella tiene por finalidad preparar para la vida? ¿Cuáles son las artes y ocupaciones que debe fomentar y sostener el Estado y cuya tendencia sea preparar a las mujeres para la vida intensa del progreso? ¿Cuáles son las funciones públicas que puede y debe desempeñar la mujer a fin de que no sólo sea elemento dirigido sino también dirigente de la sociedad?

De esta manera, las maestras yucatecas se convirtieron en un referente obligado para estudiar al movimiento feminista mexicano que poco a poco fue ganando terreno en la lucha por los derechos femeninos.

El congreso celebrado en Yucatán sentó las bases de las luchas feministas, al menos en México, buscando mayores oportunidades y derechos que les eran totalmente negados a la mujer. De forma organizada, estratégica e ideológica las voces feministas lograron hacer eco sin necesidad de pintar monumentos, bardas y realizar actos vandálicos que merman a la sociedad.

De manera civilizada, ética y cívica plasmaron sus necesidades y marcaron tendencia en la historia por la conquista de los derechos femeninos; sin derramamientos de sangre ni consignas agresivas que solo intimidan y logran que el movimiento caiga en una animadversión social.

Muy loable la lucha de las mujeres en aquel primer congreso feminista que seguirá siendo referente para las verdaderas feministas más no para las misándricas.

¿Tú lo crees…? Yo también.

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