Hablar de la imagen puede resultar superficial, sin embargo, los aspectos para generarla demandan la combinación de comunicación, psicología, moda, tecnología, marketing y aspectos de la personalidad que se desean exaltar u ocultar, según sea el caso, con el fin de crear una apariencia visual coherente y efectiva y que no precisamente es exclusiva de una figura pública.
No me estoy refiriendo a la frase “como te ven te tratan”, voy más allá, ya que una imagen cuidadosamente gestionada puede ser beneficiosa para quien la posee ya que esta proporciona confianza y autoestima al percibirse a sí misma como una persona que otorga una impresión positiva en los demás y le facilitaría crear conexiones significativas como la empatía, sinceridad y autenticidad.
La intención que tiene el diseñar una imagen estriba en los intereses del individuo y ser consciente que puede resultar complicado empatar con un estilo de vida o personalidad, sobre todo cuando este es totalmente opuesto a la que se desea mostrar, es por ello que no solo se debe trabajar el plano físico, sino debe existir una asistencia en lo psicológico para destacar rasgos de la personalidad que permitan tener una coherencia y posterior al trabajo de diseño, compete a la propia persona fortalecer dicha imagen.
La delineación de la imagen de una persona difiere de la percepción de uno mismo, en ocasiones la gente puede auto vanagloriarse, caer en el egocentrismo y creer que los demás lo observan del mismo modo, pero su credibilidad no tendrá la respuesta que espera si no existe coherencia con el aspecto visual, es por ello que en las campañas políticas “pulen” el estilo y apariencia de los participantes; pero son otros factores los que habrán de considerarse para obtener el resultado deseado y generar comunicación efectiva, dentro de esta labor hay que ser cuidadosos con no exagerar el Photoshop de los carteles y posters propagandísticos.
Proyectar una imagen es un reto y una disciplina que se concentra en la presentación visual y concretamente en el mensaje que se desea transmitir, crea la impresión deseada en el público objetivo y, como bien dije, no se limita a personas famosas o figuras públicas, es útil independientemente de la escala o el ámbito en el que se utilice.
Desde el ámbito laboral hasta el personal, una imagen cuidadosamente construida puede abrir puertas, fomentar vínculos y generar confianza en quienes nos rodean. No subestimemos el poder de nuestra presencia y cómo podemos moldearla para reflejar lo mejor de nosotros mismos, fomentar nuestra confianza, mejorar nuestra autoestima y transmitir una imagen que refleje quiénes somos realmente.
Ahora bien, existe la profesión cuya meta es asesorar a las personas para alcanzar una imagen específica, por lo que también representa una inversión, cuyo valor es incalculable cuando se logra la imagen esperada gracias a un proceso cuidadoso y bien pensado, lo cual asegura una gran diferencia, al alcanzar el aspecto físico y la personalidad idealizada, esta última implica trabajar en la autoconciencia y autoevaluación destacando fortalezas, debilidades, valores y metas, implica un esfuerzo consciente para mejorar y cultivar ciertos rasgos y cualidades. Esto incluye trabajar habilidades sociales, habilidades de comunicación, empatía, liderazgo, entre otros, es decir, la personalidad también puede ser diseñada y desarrollada de manera consciente y estratégica.
Es importante destacar que la imagen diseñada deberá ser coherente en la presencia que la persona otorga en sus redes sociales, de no ser así se corre el riesgo de que la labor realizada se vea empañada por la falta de congruencia.
Sin embargo, no basta con el impacto visual, la estrategia completa requiere un trabajo posterior: la consolidación, es decir, el seguimiento, ajuste y evolución del individuo quien debe implementar acciones necesarias en términos de comportamiento, comunicación o presentación personal.
No cabe duda que la imagen que proyectamos al mundo puede ser un factor determinante en el camino hacia el éxito y la realización personal.
Esta columna editorial es parte de un piloto para sumar voces jóvenes y frescas, con nuevas perspectivas, a la sección de opinión de AM.
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Gracias de antemano – Antonio Lascurain, Subdirector Editorial