Hace unos días pude tener una conversación con los presidentes de los dos distritos electorales que tienen como cabecera Irapuato. Son el Distrito 9 y Distrito 15, dos de los trescientos distritos que conforman el ámbito nacional.
Me dijeron que después de 7 meses de preparación está todo dispuesto para las casi 500 casillas que pondrán cada uno y que podemos tener confianza que cada persona que está en el padrón electoral ya tiene unas boletas asignadas para que llegado el día dos de junio pueda hacer su ejercicio de elección dentro del “bufet” que se ha conformado durante este proceso electoral.
Me comentaron que es un proceso inédito. La afirmación de que la elección del 2 de junio es la más grande se basa en una combinación de factores, incluyendo la cantidad de cargos en disputa, la extensión territorial, la participación esperada de votantes, la complejidad logística, las implicaciones políticas y la comparación histórica con elecciones anteriores. Estos elementos en conjunto subrayan la magnitud e importancia de este evento electoral.
Votar el 2 de junio tiene varias ventajas significativas, tanto a nivel individual como para la sociedad en general.
Participar en la elección fortalece la democracia y permite a la ciudadanía ejercer su derecho al voto, un pilar fundamental en una sociedad democrática; permite a los ciudadanos influir en las decisiones políticas y económicas que afectarán sus vidas y las de sus comunidades. es una muestra de responsabilidad cívica, donde la ciudadanía contribuye activamente al funcionamiento del sistema democrático; se tiene la oportunidad de elegir a las y los candidatos que mejor representen sus intereses y valores en los diferentes niveles de gobierno.
Una alta participación electoral fortalece las instituciones democráticas y legitima el proceso electoral, aumentando la confianza en el sistema político. Mayor participación asegura que una variedad de opiniones y perspectivas sean consideradas en la elección, lo que puede llevar a decisiones más inclusivas y representativas. El voto puede ser un catalizador para el cambio social, permitiendo la elección de representantes que promuevan políticas progresistas o reformistas.
Votar es una manera de controlar y supervisar el poder, asegurando que los gobernantes rindan cuentas a la ciudadanía. El acto de votar promueve la cohesión social, ya que reúne a la comunidad en un esfuerzo compartido para decidir sobre su futuro común.
Una participación activa de la ciudadanía en las elecciones puede ayudar a prevenir la corrupción y el abuso de poder, ya que los políticos son conscientes de que están siendo vigilados por un electorado comprometido. El proceso electoral fomenta la educación cívica y la conciencia política entre la ciudadanía, especialmente entre los jóvenes.
Votar el 2 de junio, por lo tanto, no solo es un derecho y una responsabilidad, sino una oportunidad para influir positivamente en el futuro de la comunidad y del país. Son buenas las marchas, sin embargo, la marcha más importante es ir a depositar tu voto.
En esta analogía, las personas que participan en la preparación están listas (chef, cocina, meseros, garroteros) y el menú se ha seleccionado, sólo falta que aceptes la invitación porque ya estás entre las personas invitadas (padrón electoral).
¡Por la Construcción de una Cultura de Paz!
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