La toma de decisiones es una parte ineludible de la vida humana, ya que constantemente enfrentamos situaciones que requieren elecciones, desde las más triviales hasta las más trascendentales.
No podemos dejar de elegir porque la vida misma implica una serie continua de elecciones, ya sea consciente o inconscientemente. Desde el momento en que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir, estamos decidiendo qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo.
Para satisfacer nuestras necesidades básicas, como comer, beber, y dormir, debemos hacer elecciones. Incluso la decisión de no hacer nada es en sí misma una elección. La capacidad de elegir es esencial para la adaptación y la supervivencia. Elegir cómo reaccionar ante amenazas, cómo aprovechar oportunidades y cómo resolver problemas es crucial para nuestro bienestar. La capacidad de elegir es un componente fundamental de la libertad y la autonomía. Elegir nuestras acciones nos permite ejercer control sobre nuestra vida y nuestro destino.
Nuestras elecciones contribuyen a definir quiénes somos. A través de nuestras decisiones, expresamos nuestros valores, creencias y objetivos. La toma de decisiones afecta nuestras relaciones y nuestra interacción con los demás. Elegir cómo nos comportamos, cómo nos comunicamos y cómo resolvemos conflictos influye en nuestras conexiones sociales y en nuestra vida comunitaria.
Si me doy cuenta que mis reflexiones juzgan, puedo entender que soy libre de escoger y así deberé seleccionar positivamente mis juicios y de esa manera despojaré los accidentes y las emociones de su carga temperamental.
No consentiré que mis emociones me lleven a estados de enojo, envidia o depresión pues esto me conducirá a soledad, insatisfacción y enfermedad. Cada vez que tenga un sentimiento negativo para mi o para otra persona lo reemplazaré por un verdadero acto de amor. Elijo vivir con felicidad, tranquilidad y confianza. Elijo hacer el bien y lo doy pleno de amor.
Tengo el derecho absoluto a elegir entre ser bueno (Ser bueno implica una combinación de acciones, actitudes y valores que promueven el bienestar de los demás y la justicia en el mundo. Es un esfuerzo continuo que requiere reflexión personal y una disposición constante para mejorar y aprender. Aunque el concepto de bondad puede variar según la perspectiva individual, cultural y situacional, los principios fundamentales de honestidad, compasión, justicia y respeto son ampliamente reconocidos como componentes esenciales) o ser malo, y decido por no sólo ser bueno, sino que intentaré ser la mejor versión de mi ser. Mi vida estará llena de gozo y amor. Elijo sentirme una persona bendecida y amada.
Elegir es una habilidad esencial que afecta todos los aspectos de nuestras vidas. La toma de decisiones efectiva requiere una combinación de análisis lógico, autoconocimiento y la capacidad de manejar las emociones y la incertidumbre. Desarrollar buenas habilidades de toma de decisiones puede mejorar significativamente nuestra calidad de vida y bienestar.
¡Por la Construcción de una Cultura de Paz!
manuelramos28@gmail.com