El libro más reciente de la escritora Patricia Jiménez Pons, intitulado como esta columna, aborda la tradición morelense en el inframundo nahua. La reflexión que hace la autora a partir de la herencia musical, la pasión por el metate, el pipián ofrecido a los dioses y las fiestas durante la celebración del culto a los muertos, tienen un común denominador: el poder de nuestras tradiciones. Gracias a una extraordinaria cultura gastronómica, indumentaria y artística en México, nuestro patrimonio cultural posee una función integradora en la sociedad, pues a partir de éste compartimos saberes y visiones comunes, nos reconocemos y nos dotamos de una identidad.
Así como sucede en la cultura popular, también existe una poderosa tradición jurídica en nuestro país que también debe reconocerse. En ese sentido, la reforma constitucional para cambiar el método en la elección de los jueces no sustituye los principios generales del Derecho, la jurisprudencia o el catálogo de Derechos Humanos que reconoce nuestra Constitución. Este marco jurídico seguirá siendo el referente para la impartición de justicia. El juzgador en turno, sin importar como haya llegado al cargo, está obligado a exponer la razonabilidad de los argumentos con los que sustenta una sentencia. Incluso, ahora más que nunca, la publicidad y trasparencia de las resoluciones judiciales jugarán un papel fundamental en la impartición de justicia.
Aunque todavía no conocemos los requisitos para ser seleccionado como candidato en la elección extraordinaria que ha anunciado el Presidente de la República, la cual se llevará a cabo el próximo año, destaca el anuncio de que no se va excluir a nadie. De este modo, existe la posibilidad de que los mismos juzgadores de la Judicatura Federal puedan participar y ser elegidos por el voto directo del pueblo. En este escenario, uno de los principales retos para los actuales juzgadores será superar el miedo a someterse a un nuevo procedimiento y salir de la zona de confort.
Joseph Fuller, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, ha trabajado con perfiles exitosos alrededor del mundo, incluyendo altos ejecutivos o personas premiadas con el Nobel. De acuerdo con el especialista, uno de los comunes denominadores de las personas con éxito profesional es su apertura a oportunidades inesperadas y su capacidad de adaptación al cambio, sin tener miedo al mismo. En este sentido, Fuller reivindica que tan importante como el establecimiento de metas claras es abandonar una mentalidad rígida que cierre puertas a nuevas oportunidades.
Este mismo fenómeno ha sido estudiado en la consolidación de organizaciones, las cuales requieren de personas con experiencia y habilidad para la adaptación en entornos cambiantes. Sería una tragedia perder la experiencia acumulada de la carrera judicial de los más de mil seiscientos juzgadores federales que se pretende sustituir. Si bien muchos juzgadores están optando por iniciar sus trámites de jubilación, la mayoría podría aspirar a participar en ese proceso.
No desconozco los debates organizados por el Congreso de la Unión sobre la reforma al Poder Judicial Federal, en los cuales han destacado los argumentos de quienes se oponen al despido o cese de los altos funcionarios del Poder Judicial de la Federación so pretexto de que no tienen legitimidad popular. Pero el escenario político es claro: la mayoría parlamentaria se impondrá y nuestra Constitución se va a reformar. Por ello la Judicatura debe estar abierta al cambio y desarrollar una vez más su capacidad de adaptación.
En palabras de Patricia Jimenez Pons, debemos escuchar “las voces de la historia” y convertirnos en “comunicadores de las últimas noticias, buenas, malas o peores”. Allí radica la vigencia de nuestras mejores tradiciones. Son tiempos de una revolución judicial.
Académico de la UNAM