“El medio es el mensaje”

Marshall  McLuhan

Elon Musk está metido de lleno en la política con la “conversación” del lunes con Donald Trump. El genio-magnate apuesta por el republicano después de haber apoyado a los demócratas. Una de las decisiones equivocadas del actual presidente Joe Biden fue excluirlo. 

Cuando el presidente Biden reunió a los fabricantes de automóviles para celebrar los apoyos a la electrificación, no invitó a Elon Musk. Lo ignoró por diferencias públicas sobre impuestos, sindicatos y temas de salud pública. Lo curioso es que una de las empresas que más beneficios fiscales obtuvo fue Tesla. Con los incentivos federales y estatales, la compañía de Musk pudo reducir precios y competir en los últimos tres años en Norteamérica. Además fue quien detonó les VE (vehículos eléctricos)

Musk y el gobierno de EEUU están más entrelazados de lo que imaginan los críticos del sudafricano naturalizado norteamericano. SpaceX, la empresa aeroespacial que más lanza misiones espaciales, tiene los cohetes para fortalecer las expediciones de la NASA y el desarrollo militar del ejército norteamericano. Muchos de los vuelos del Dragón 9 llevan misiones militares. Para Estados Unidos es indispensable y estratégico contar con ese apoyo que la NASA no le puede dar. 

Un ejemplo reciente es la falla en la misión de la cápsula que Boeing envió a la Estación Espacial. Los astronautas que viajaban en ella no pueden regresar por fallas que ponen en riesgo sus vidas. SpaceX saldrá al rescate de los astronautas después de que la misión se prolongue de una semana a varios meses. 

Otra empresa de Musk que puede monitorear todo lo que sucede es Starlink. El proyecto de llevar hasta 40 mil satélites pequeños para dar servicio de internet al mundo entero también tiene sentido estratégico para EEUU. (En México se puede aprovechar mucho más este sistema de comunicaciones para las partes remotas del país donde no llegan los cables o las torres de otras compañías). 

Tan sólo en la invasión de Rusia a Ucrania, Musk aportó miles de antenas  para que las comunicaciones del ejército ucranio no se interrumpan. Musk tomó la decisión -según él- de no permitir que Ucrania use sus satélites con fines tácticos militares. Luego quiso cobrar el servicio porque le cuesta unos 200 millones de dólares, pero desistió del intento ante la opinión pública mundial.

Musk es el empresario más controvertido de nuestro tiempo: quienes lo odian lo hacen con toda el alma, quienes lo admiran lo reconocen como el genio más grande del siglo. Al unirse a Trump puede perder muchas oportunidades dentro y fuera de Estados Unidos. Kamala Harris avanza rápido al rescate del Partido Demócrata. Las encuestas la ubican 4 puntos adelante de Trump en los estados claves, Pensilvania, Michigan y Wisconsin, según sondeos del New York Times/Siena. 

La vicepresidenta tiene algo difícil de ver en Trump: una gran sonrisa de esperanza en el futuro, un ánimo alegre y jovial a diferencia de su contrincante, al que se le ve más viejo y balbuceante después del atentado. 

Si gana Kamala, será un alivio para México. La renovación del T-MEC sería menos complicada y hasta Elon Musk regresaría con sus planes de instalar una Gigafactory en Nuevo León. Nuestro destino está atado a la elección de noviembre. No conocemos los alcances de Kamala pero seguro que será más humana en temas de migración y demandará mayor democracia en nuestro país a cambio de un mejor tratado de libre comercio. 

 

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