Sabemos que los átomos contienen en su núcleo protones y neutrones.  Los protones son partículas con carga positiva. Por ejemplo, un átomo de Hidrógeno contiene un protón en su núcleo y un electrón orbitando alrededor, un átomo de Helio contiene dos protones y dos neutrones en el núcleo y dos electrones orbitando.  

El número de protones en el núcleo y el número de electrones orbitando siempre es el mismo para garantizar la neutralidad de los átomos.  El número de protones en el núcleo se llama “Número atómico” generalmente representado por la letra “Z”, este número determina la identidad del átomo. Por ejemplo, un átomo que contiene seis protones en su núcleo sabemos que es un átomo de carbono independientemente de cuántos neutrones pueda tener.  

El número total de protones y de neutrones en el núcleo atómico se llama “Número de Masa” y típicamente es representado por la letra “A”.  Por tanto el número de neutrones es la diferencia entre el número de masa y el número atómico: A – Z = número de neutrones. Dado que los neutrones son partículas sin carga eléctrica podríamos preguntar qué función cumplen los neutrones en el núcleo atómico. Dado que los protones tienen carga positiva y se encuentran en el interior del núcleo a muy corta distancia unos de otros, la fuerza de repulsión de Coulomb es extraordinariamente elevada.  Podemos imaginar a los neutrones como el “pegamento” que mantiene unidos a los protones dentro del núcleo, evitando que éste se desintegre por las fuerzas repulsivas de Coulomb entre los protones.

La tabla periódica de los elementos muestra todos los elementos que existen en el universo ordenados en grupos y en orden creciente de número atómico. El pasado 23 de julio en una reunión de la American Physical Society se presentó el trabajo “Pursuing New Superheavy Elements: Progress Update from Berkeley Laboratory” (Tr. En la búsqueda de nuevos elementos superpesados; progreso y actualización del Laboratorio Berkeley) en donde se describe la búsqueda del elemento con número atómico 120.  

Los elementos superpesados, también conocidos como elementos transactínidos, son elementos químicos con número atómico mayor que 103 y se encuentran después de los actínidos, el último actínido es el Laurencio, precisamente con número atómico 103.  La mayoría de estos elementos son inestables y su tiempo de vida es extremadamente corto.  Esto implica enormes dificultades para su detección.  

Es normal que estos experimentos duren meses o incluso años.  Estos experimentos son muy importantes pues permiten verificar nuestro conocimiento más íntimo de física fundamental, de los procesos que ocurren dentro de los núcleos atómicos.

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