El 5 de septiembre de cada año se celebra a nivel mundial el Día Internacional de la Beneficencia, en honor a la Madre Teresa de Calcuta, quien en vida fuese una de las más grandes misioneras de la historia. La Madre Teresa murió el 5 de septiembre de 1997, fecha que tomó la ONU para la conmemoración del Día Internacional de la Beneficencia.
Por otro lado, el último día de agosto de cada año se celebra la Solidaridad. Se eligió esta fecha en honor al movimiento social polaco Solidaridad, que fue representado en 1980 por un gremio sindical. Lech Walesa, fue consagrado con el Premio Nobel de la Paz gracias a que promovió los ideales de la solidaridad no solo en su país de origen sino por todo el planeta. Según el mismo Walesa, solo en la medida en que todos nos ayudemos y trabajemos por una causa común que proporcione el mayor bienestar a todos, en esa misma medida viviremos en un mundo mucho más pacífico, enriquecedor y próspero para cada nación, pueblo o individuo.
La solidaridad y la beneficencia son conceptos relacionados, pero hay diferencias importantes entre ellos en términos de motivación, enfoque y objetivos.
Beneficencia se refiere a la práctica de dar ayuda o apoyo a aquellos que están en necesidad. Esta ayuda suele ser material, como dinero, alimentos, ropa o servicios. La beneficencia se basa en un acto voluntario de generosidad y compasión hacia los demás, y puede ser tanto individual como colectiva, realizada por personas, organizaciones, instituciones religiosas o entidades gubernamentales. Es una forma de caridad, y el objetivo principal es aliviar el sufrimiento inmediato y satisfacer necesidades básicas.
Frecuentemente motivada por un sentimiento de caridad o compasión, y un deseo de aliviar el sufrimiento inmediato de los demás. Es una acción unidireccional que no necesariamente implica una relación continua entre el donante y el receptor. El objetivo principal es aliviar el sufrimiento inmediato o las necesidades básicas. Se centra en el acto de dar y no necesariamente en empoderar o cambiar las circunstancias de los beneficiarios. A menudo, las acciones caritativas pueden despertar la conciencia sobre las necesidades y sufrimientos de los demás, lo que puede llevar a un entendimiento más profundo de las causas estructurales detrás de esos problemas y, eventualmente, a un compromiso con la solidaridad.
Mientras que Solidaridad es un concepto más amplio que implica un sentido de responsabilidad y compromiso mutuo entre las personas o grupos. La solidaridad se basa en el reconocimiento de la interdependencia entre los seres humanos y en la idea de que los problemas de uno son los problemas de todos. Implica una acción colectiva y un apoyo mutuo, a menudo orientado hacia el cambio social, la justicia y la igualdad. No sólo busca aliviar las necesidades inmediatas, sino también abordar las causas subyacentes de esas necesidades y promover un cambio sistémico. Implica una comprensión de que la situación del otro también afecta al solidario, y que la acción conjunta es necesaria para cambiar las circunstancias que causan la desigualdad o el sufrimiento. Tiene un enfoque más holístico y a largo plazo, centrándose en las raíces de los problemas y buscando cambios estructurales. La solidaridad implica trabajar juntos para transformar las condiciones sociales, políticas y económicas que causan injusticia.
Promueve una relación de igualdad y reciprocidad, donde todas las partes son vistas como colaboradoras en un esfuerzo común. Aquí no hay un “dador” y un “receptor”, sino que todas las personas estamos involucradas en el mismo esfuerzo. Busca empoderar a las personas y comunidades afectadas, promoviendo la autonomía y la justicia social. El objetivo es el cambio sistémico y la construcción de una sociedad más equitativa y justa.
Aunque existen diferencias significativas entre solidaridad y beneficencia, no son mutuamente excluyentes y pueden complementarse. La beneficencia puede ser un primer paso hacia la solidaridad. Ambas son importantes y pueden trabajar juntas para crear un impacto positivo en la sociedad. La beneficencia proporciona alivio inmediato, mientras que la solidaridad busca un cambio profundo y duradero.
Construyamos una sociedad más humana con sensibilidad para buscar beneficio de todos y vivir en solidaridad.
¡Por la Construcción de una Cultura de Paz!
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