La educación ha encontrado en la tecnología un aliado para que sus alcances sean mayores y coloquen a los estudiantes en la globalización académica. Para ello, las plataformas de aprendizaje prometen facilitar la enseñanza; sin embargo, considero que el objetivo real es potencializar la manera en que los niños y niñas aprenden hoy en día. Con una planificación correcta y los nuevos retos que plantea, las comunidades educativas obtienen información con objetivos más precisos, pero en mayor medida en instituciones privadas, al menos en educación básica, porque, afortunadamente, universidades públicas son pioneras en prototipos de esta enseñanza que, al otorgar los resultados esperados, la convirtieron en una fortaleza.

Al contar con esta herramienta digital, la cantidad de información a la que el estudiante se enfrentaba, sin la capacidad de poder seleccionar la más adecuada, se presenta como una guía responsable y apoya en el proceso de discernir y dar prioridad a todo el contenido útil. Es ahí donde realmente hay una facilitación para el aprendizaje, pero “el aprender” sigue siendo igual de complejo. El interés y la atención que se le otorgue serán el reto a superar. Contar con un dispositivo digital no otorga la inteligencia ni el compromiso que los alumnos deben tener en sus estudios. Al final de cuentas, es la oportunidad que tienen padres e hijos para educarse juntos, navegar este mundo tecnológico y encontrar un equilibrio entre lo tradicional y lo moderno.

A pesar de lo innovador que resulte hablar de este tema, su práctica ha logrado ingresar en nuestra cotidianidad, porque es inevitable destacar sus beneficios. Los jóvenes logran comprender de manera más rápida y eficaz, razón por la cual la introducción de estas plataformas parte desde la educación inicial. Ambas deben ser complementarias; no se debe dejar de lado a la educación tradicional, pues ésta otorga empatía al socializar, identifica en cada niño y niña sus habilidades y destrezas, su solidaridad y muchos otros valores que van de la mano para que su desarrollo sea integral y ponga de manifiesto su avance cognitivo y actitudinal.

El modelo educativo digital se fortalece a través de pedagogías innovadoras y genera una mejor comunicación entre docentes, padres y alumnos. Este es uno de sus principios clave para coexistir con la escuela clásica, donde el rol del docente permanece como un vector muy fortalecido por la capacitación previa y constante, a pesar de que el aprendizaje hoy en día es autónomo en muchos estudiantes gracias a herramientas como apps interactivas, Google, YouTube, plataformas educativas, etc.

Estamos en el futuro que esperábamos, ante un aprendizaje mucho más rápido y con la oportunidad de contar con la tecnología al alcance, cuyo impacto y beneficio sea para muchos, creando generaciones con mayor preparación que sean colaboradores globales desde el lugar en el que se encuentren.

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