En lo único que coinciden todos los encuestadores norteamericanos es que la elección de mañana tendrá un resultado cerrado. Nuestro futuro o, mejor dicho, el buen destino del mundo depende de que no gane Donald Trump.
Hay señales de que la mujer norteamericana despierte a la hora de votar y encuentre la dignidad perdida después de todo el historial criminal, xenofóbico y antifeminista del expresidente. En una encuesta realizada en Iowa publicada por la cadena CNBC, surge la sorpresa donde aventaja Kamala Harris por 3 puntos. Profundizando en los datos, el sondeo muestra que, en un estado tradicionalmente republicano, donde daban por descontada la derrota de Harris, las mujeres tienen otra opinión y le dan 3 puntos de ventaja a Kamala.
En tan apretada carrera, lo único que puede salvar al mundo de la irracionalidad republicana son las mujeres norteamericanas. Blancas, latinas, afroamericanas, pueden estar a la altura de los tiempos porque, desde que hay memoria, nunca un rufián del tamaño de Trump les puede quitar libertades y someter sus vidas a la decisión de otros. La libertad de cuidar sus cuerpos y decidir sobre su destino no pueden dejarla en manos de un hombre que se vale de los conservadores para obtener el poder, cuando su vida muestra una cadena de libertinaje en lo personal y en los negocios. Qué decir del intento fallido por revertir por la fuerza la elección del 2020.
La encuesta de Iowa, realizada por el periódico Des Moines Register, tiene el aval de un periódico de registro y Mediacom, otra empresa sólida. Si Kamala gana Ohio y Pensilvania, su oportunidad de ganar estaría más cerca de lo que creemos. Hace ocho años todas las encuestas favorecían a Hillary Clinton. El triunfo de Trump fue una sorpresa que sacudió a México en un principio por las bravatas del entonces presidente. Cómo no recordar su amenaza de construir un muro a lo largo de la frontera pagado por México. Ni se completó el muro ni lo pagó el país.
Un triunfo de Kamala sería, sin la menor duda, el triunfo de la mujer norteamericana que por primera vez llegaría a la silla más poderosa del mundo. Además sería una reafirmación de las virtudes del pluralismo político, social y racial de EEUU. De raza negra e hindú, Kamala representa el triunfo de la lucha personal por crecer en el clima de un país que aún tiene sectores racistas y xenofóbicos.
En EE.UU el 50.5 % de la población son mujeres, con esa pequeña diferencia y el apoyo de género, Kamala puede convertirse en la primera presidenta de su país. Desde fuera nos parece irracional y absurdo que el pueblo norteamericano, la mujer norteamericana, regrese a Trump al poder después de haber promovido un golpe de estado cuando perdió hace 4 años.
La economía norteamericana está en su mejor momento con pleno empleo, crecimiento sólido e inflación controlada. Bill Clinton, Barack Obama y Joe Biden han dejado economías sólidas, avances sociales importantes y mejora en la seguridad pública.
Si bien el voto de las mujeres será crucial, también el de los jóvenes hispánicos y los afroamericanos pueden ser definitivos para Kamala. Lo irracional sería que votaran por Trump, cuya campaña injuria a puertorriqueños, mexicanos y a todo lo que sea diferente de los presuntos valores “cristianos” de Trump.