Con la presentación del presupuesto del estado para el 2025 sabremos hasta dónde llegarán los “apoyos sociales” en efectivo. El objetivo son las mujeres con la llamada “Tarjeta Rosa”.
Diego Sinhue Rodríguez veía desventaja contra los programas sociales del Gobierno federal. En 2024, año electoral, se calcula que las entregas de los programas de Bienestar llegarán a más de 20 mil millones de pesos. Todavía no termina el año para saberlo con precisión. Esas transferencias permitieron a Morena avanzar. Claudia Sheinbaum ganó en Guanajuato; Ricardo Sheffield ganó la elección abierta a Miguel Márquez Márquez y Alma Alcaraz, quien no tenía todo el arraigo, estuvo a sólo 10 puntos de Libia García. El PAN perdió la mayoría absoluta en el Congreso.
Hay quienes aseguran que los apoyos a las mujeres salvaron la gubernatura. No lo sabemos. Ahora lo real es el temor de competir sin armas populares (populistas) contra la aplanadora de Morena. Por eso preparan una “Tarjeta Rosa” recargada. La pregunta es de cuánto será el gasto público para ese destino.
Hagamos un ensayo de números, como una aproximación a lo que puede venir: si el gobierno decide entregar a 750 mil mujeres guanajuatenses un apoyo mensual de mil pesos, el gasto llegaría a 9 mil millones al año. Para un presupuesto de entre 125 y 130 mil millones de pesos, es el 7%. Una cantidad enorme que, al igual que sucede con la federación, compromete la inversión en otros rubros. (Reitero que los datos exactos no los tenemos aún y podrían variar).
Por eso cuando el gobierno deshizo el acuerdo y el compromiso con los empresarios y las asociaciones filantrópicas destripando el Fidesseg, lo primero que vino a la mente es que esos recursos -unos 1, 500 millones- podrían ser utilizados para otros fines. Libia y el PAN estarían reuniendo municiones para la competencia electoral futura. El problema es que puede ser una causa perdida. Lo primero que puede decir el electorado es que López Obrador estaba en el camino correcto, que la mejor política pública es la transferencia de dinero directa a sectores de la población. La crítica al “asistencialismo” electorero de Morena para ganar la elección, queda en el pasado. Acción Nacional cambia de ideología y compite con los mismos valores que su contrincante. No quiere decir que esté bien o mal, que se deba, o no, entregar dinero a las mujeres del estado.
La sospecha está en la motivación. Las ayudas sociales deben ser medibles en el combate a la pobreza, el desarrollo del entorno social y el alivio a carencias que se han incrementado como la salud pública y la educación. Quien comenzó con esos programas fue Ernesto Zedillo con un proyecto de Santiago Levy al final de los noventa. La inversión en ayuda a madres en situación de pobreza, llevaba el compromiso de que los hijos fueran a la escuela. Fue un éxito.
Si el objetivo real es ayudar a paliar con mil pesos mensuales las carencias de las mujeres guanajuatenses y se cumple con objetivos claros y medibles, vale la pena, si es una mera estrategia electoral, el PAN va a perder la próxima elección con o sin tarjetas rosas, moradas o azules. Además desestabiliza los presupuestos de otras dependencias donde, hasta hoy, las cosas funcionaron relativamente bien como la salud. Crecerán las presiones presupuestales y el margen para invertir en infraestructura, educación y seguridad, puntales del crecimiento futuro del estado. Pronto veremos el presupuesto.