Querido Niño Dios:
Gracias por todos los bienes recibidos en este 2024 que en México no sólo fue un año electorero sino también de transiciones, paros y tómbolas. Ni qué decir de las guerras que parecen recrudecerse en el panorama nacional e internacional.
Gracias por los regalos recibidos, el buen retiro para López Obrador, de quien ya no escuchamos nada; el regreso a la aparente normalidad de Xóchitl Gálvez; y también, por qué no, te agradezco que una buena parte de los habitantes de México somos regidos en los cuatro órdenes de gobierno por una mujer…
Confieso que para elaborar la lista de este año, intenté tomar un atajo muy peligroso: con el auge de la inteligencia artificial, que para algunos amenaza el futuro de nuestra especie y para otros la elevará a alturas jamás vistas, pedí la asesoría de nuestro nuevo vademécum, el chat GPT. No temas, querido Niño, al alimón nos salió algo interesante. Te explico: Primero le pasé una lista de personajes y le pedí que sugiriera regalos, pero salió tan desabrido el resultado, que tuve que devolvérsela para que le pusiera un poco más de sabor. Y la máquina aprende, porque si luego no salieron nivel Derbez, por lo menos podrían amenizar algún show de Franco Escamilla. No contento con ello, le pedí añadir “un nivel extra de descaro y sarcasmo” y aunque en algunos le di una ayudadita (que puse entre corchetes), estos son los personajes y los regalos que pedimos para cada uno:
Donald Trump
GPT: Un micrófono dorado personalizado.
Yo: Una mascota que sea fiel como un perro, fiera como una serpiente, vanidosa como un pavorreal e incomible por los inmigrantes.
Benjamín Netanyahu
GPT: Un muro de juguete con piezas removibles, para practicar cómo construir y deshacer alianzas estratégicas mientras juega con “territorios en disputa”.
Yo: Tantita madre con sus vecinos bombardeables.
Vladimir Putin
GPT: Un juego de mesa estilo Risk edición “Zonas de Influencia”, para que pase las noches estratégicas planificando sus siguientes “misiones especiales”, esta vez sin costos geopolíticos reales.
Yo: Ya regaló Siria, así que por lo menos permite que se quede con lo que invadió en el Donbás para parar la guerra.
Elon Musk
GPT: Un trono de hierro inspirado en Starlink, Tesla y SpaceX, porque ya se cree el rey del mundo, pero al menos ahora tendrá un asiento cómodo [entre el Pentágono y la Casa Blanca] desde donde lanzar tweets y conquistar nuevos mercados.
Yo: Un video del gobernador Samuel García cantando con Montaner, “Yo que te amé”.
Diego Sinhué Rodríguez Vallejo
GPT: Un mapa de Guanajuato con zonas de riesgo marcadas en rojo para que finalmente entienda cómo luce la inseguridad en su estado, ya que parece que desde su oficina nunca la encontró.
Yo: Un boleto de vuelta a Guanajuato para que dé muchas explicaciones… y una piyama de rayas o naranja CERESO.
Andrés Manuel López Obrador
GPT: Un sistema de riego automatizado para La Chingada, para que tenga algo más que hacer que echar culpas al pasado mientras riega su rancho.
Yo: Lo único que le falta, que lo canonicen en vida o le gane el premio Nobel al Dr. Simi.
Marcelo Ebrard
GPT: Un cuaderno contable de doble entrada y una calculadora solar, para que mantenga las cuentas claras, porque ahora su papel ya no es salir del país, sino que los números cuadren dentro de él.
Yo: Le pediría una corona de príncipe, pero la tendrá que pelear todo el sexenio con Adán Augusto, Monreal y Noroña.
Libia Dennise García
GPT: Un megáfono con frases pregrabadas como “trabajo por Guanajuato” y “comprometidos con la gente”, ideal para discursos repetitivos y promesas de campaña que todos ya conocemos.
Yo: Un equipo de trabajo que no le tenga miedo al pasado y a los del pasado…
Lorena Alfaro (Alcaldesa de Irapuato)
GPT: Un mini dron de vigilancia para monitorear baches en tiempo real, para que no solo los ciudadanos tengan que reportar el estado de las calles mientras ella asegura que todo está bajo control.
Yo: Un metrónomo para que no pierda el ritmo y calles que no se conviertan en socavones.
Claudia Sheinbaum (Presidenta de México)
GPT: Un juego de “SimCity: Edición Presidencial”. Perfecto para que practique cómo resolver crisis nacionales simuladas, ya que gobernar un país no es tan sencillo como diseñar ciclovías.
Yo: Autenticidad.
Carlos Zamarripa
GPT: Un chaleco antibalas con el logo “Seguridad 4.0”. Porque con los niveles de violencia en Guanajuato, hasta él mismo necesitará protección para circular sin sobresaltos [a partir de enero del próximo año].
Yo: Ya nos regaló su renuncia en los términos que él quiso, espero que acepte una buena auditoría…
Alejandro Gertz Manero
GPT: Un búnker portátil con cerradura automática. Porque sigue siendo útil para evitar preguntas incómodas sobre investigaciones, justicia y cualquier otra cosa que le incomode.
Yo: Insistiré, una carta de renuncia y un asilo con colección de autos de lujo.
De pilón le pedí al GPT que escogiera libremente líderes mexicanos o del mundo. Aquí un par de sus sugerencias.
Rosario Piedra Ibarra (Presidenta de la CNDH en México)
GPT: Una campana con la leyenda “Sí denuncio, sí actúo”, para recordar que los derechos humanos no solo se defienden en discursos, sino también en acciones.
Felipe Calderón
GPT: Un kit de catadores de tequila personalizado con miniaturas. Porque ahora, desde la lejanía y el anonimato, podrá reflexionar mejor sobre los “tiempos difíciles” con un trago en la mano.
Como puedes ver, Niño Dios, como especie estamos a nada de caer en la obsolescencia… No obstante, esperamos seguir creyendo y pidiendo regalos cada Navidad ante tu nacimiento. Para finalizar, deseo para todos los lectores paz, prosperidad, alegría para el próximo año, además de darle más importancia a la inteligencia natural que a la artificial. Nos leemos de vuelta en enero 2025.