Los presupuestos del Gobierno Federal y de Guanajuato muestran cómo ha cambiado su estructura y el destino de sus recursos. La Federación gastará la mitad (4.5 billones) entre pensiones e intereses de la deuda pública en 2025. Tendrá también que gastar en Pemex para que no se hundan sus proveedores que, eventualmente, podrían quebrar a la petrolera. Qué decir de mantener los elefantes blancos que construyó López Obrador. 

En Guanajuato tenemos un presupuesto de 122 mil millones de pesos pero en el rubro de obra pública no llega a mil millones la inversión, menos del uno por ciento. En 2023 nuestra economía apenas creció 1.8% y este año puede ser igual. El 2025 presenta grandes retos porque somos el estado que más remesas recibe, unos 4 mil millones de dólares. 

Hagamos cuentas. Nuestro PIB es de 1.4 billones (millones de millones de pesos). Si las remesas son 85 mil millones de pesos, significan casi el 6% de nuestra economía. Hay quienes aseguran que de esos envíos, una parte puede ser de exportaciones ilícitas (drogas). En cualquier caso, la deportación de paisanos y el apretón de la frontera significan que cualquier disminución de esas divisas haga decrecer nuestro PIB. Decenas de miles de guanajuatenses que viven del trabajo de sus familiares en Estados Unidos podrían volver a la pobreza.

¿Cómo podemos contrarrestar la marea de complicaciones que representa un presupuesto federal debilitado y dedicado preferentemente a las pensiones? ¿Qué pueden hacer Libia García y su equipo para, no sólo enfrentar la posibilidad de una tormenta perfecta, sino aprovechar otros fenómenos geopolíticos que vendrán tarde o temprano como el nearshoring?
Sabemos que la prioridad está en recuperar la paz perdida, sin eso el futuro resulta negro. La segunda meta debe ser crecer. Guanajuato puede hacerlo por muchas razones: tenemos un balance muy sano en las cuentas públicas: la calificación de nuestra deuda es muy buena porque hay en bancos más del doble de lo que se debe. Sin embargo, no tenemos proyectos ambiciosos para el futuro. Necesitamos electricidad, agua, tierra para desarrollar más parques industriales. Tenemos que recuperar la relación con inversionistas nacionales y extranjeros para la atracción de capitales. 

Guanajuato debe diferenciarse como el estado más atractivo para la creación de empresas. Está bien que sea el “Gobierno de la Gente”, pero puede ser también el Gobierno de la Inversión y el Crecimiento. ¿Qué tal si competimos como el estado donde todos los trámites sean digitales? ¿Qué tal si arreglamos la zona del aeropuerto para transformarlo en un lugar temático de bienvenida? ¿Qué tal si el IPLANEG -donde presuntamente se cocina el futuro- se convierte de verdad en un generador de proyectos de inversión de corto, mediano y largo plazo? 

Por más “planeadores” que tenga el Gobierno dentro de su burocracia, faltan agentes de emprendimiento. ¿Qué tal si las casas de migrantes en EEUU las convertimos en centros promotores de atracción de inversiones? Querétaro tiene el orgullo de haber jalado a Amazon con un gran centro de datos, una inversión de 4 mil millones de dólares. El viento va hacia la alta tecnología, la inteligencia artificial y el desarrollo de energías limpias. Javier Milei (el “loco” de Argentina), plantea la construcción de pequeñas plantas nucleares para tener la energía suficiente y convertir a su país en líder de IA en Latinoamérica. ¿Por qué no invertir en el futuro y para el futuro, único lugar donde vivirán las nuevas generaciones?

 

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