En la Casa Cuna de Celaya tienen muy claro que no basta con alojar y alimentar a los pequeños que requieren de resguardo, pues ven en cada uno de ellos a los hombres que serán los ciudadanos del mañana y saben que entre mejor formados se encuentren, mejores personas serán para nuestra sociedad.
Esta visión la comparten la hermana María Elena Guzmán, directora de este centro de asistencia y Lorena Medina, presidenta del Patronato de Casa de Maternidad y Cuna de Celaya. Es por ello que día con día trabajan para empoderar a los pequeños que tienen bajo su resguardo y darles las herramientas para que desarrollen sus potencialidades.
Para lograrlo, las hermanas de la Congregación Siervas de la Pasión, quienes se encuentran a cargo de la casa, cumplen con capacitaciones constantes y cuentan además con un equipo multidisciplinario para brindar a los pequeños la atención necesaria.
Contamos con una pediatra, una nutrióloga, dos psicólogas y una trabajadora social, aparte de las educadoras que cuidan de los niños, y somos cuatro religiosas que también estamos preparadas, el DIF Estatal nos mantiene siempre en capacitación para dejar el trabajo asistencialista y dar el salto cualitativo, porque el niño tiene muchas potencialidades.
“Queremos sacar lo mejor de los niños pero también de las hermanas y del personal”, explica la hermana María Elena.
Parte de las instalaciones de Casa Cuna recientemente fueron remodeladas para brindar un mejor espacio a los niños, sin embargo las necesidades son muchas ya que albergan alrededor de 35 niños, por ello el Patronato trabaja constantemente en acercar la ayuda donataria de empresas y personas de buena fe, y junto con su voluntariado buscan que los niños tengan una infancia plena en este lugar, pues muchos de los pequeños vienen de hogares en situaciones muy complejas y están en espera de ser reinsertados a su entorno familiar o ser adoptados.
“Ahorita la sociedad está muy violentada, entonces si apuestas por un niño, y el niño se siente querido, y en sus capacidades cognitivas al 100 por ciento, va a ser una persona exitosa para la sociedad, habría menos posibilidad de caer en un círculo vicioso.
Esta es una labor muy bonita, es de protección a los niños y sabemos que son los futuros ciudadanos y mientras mejor formados y preparados estén, serán mejores personas”, menciona Lorena Medina.
La hermana María Elena reconoce que hay niños que emocionalmente llegan muy lastimados, pero se hace un trabajo día con día para empoderarlos.
“El niño cuando viene aquí lo primero que necesita es cariño y seguridad, y después viene el trabajo de la pediatra, de la psicóloga, etc., pero la base fundamental es que se sienta querido y con todo este apoyo el niño va sanando y afianzando su seguridad”, comenta.
También señala que aunque a todos se les atiende bajo el mismo modelo, cada uno recibe una atención individualizada. Y en Casa Cuna se apuesta mucho por la educación, de tal forma que se realiza un gran esfuerzo para tenerlos escolarizados, ya que su perfil de atención es de 0 a 6 años, cursan desde maternal, prescolar y los más grandecitos los primeros años de primaria, cuando por algún caso especial debido al proceso que llevan de su patria potestad, permanecen en Casa Cuna aún con 7 u 8 años.
Y además de la escuela a los niños se les forma también en otras áreas, como música y baile contando con clases extracurriculares.
“Nuestra prioridad son los niños, para que el día que se reintegren a una familia o los adopten, vayan con ciertas herramientas para empezarse a valer y conocer otro tipo de vida, la vida que debe ser”, concluye la Presidenta del Patronato, e invita a acercarse a Casa Cuna quienes deseen apoyar con donativos, ya que son deducibles de impuestos.
MGL