Celaya, Gto.- En tres años, Elena Cortés Acevedo ha logrado escalar las siete cumbres más altas de México, entre ellas el volcán Popocatépetl, lo que la ha convertido en la primera mujer celayense y de Guanajuato en lograr esta hazaña.
Su pasión por el montañismo nació luego de que su mejor amiga falleció y en esa época conoció esta actividad a través de Facebook. Este deporte que la inspiró tanto, que quiso dedicarse al montañismo de lleno, y hacerlo por su amiga.
En aquel entonces llegó a pensar que, “entre más alto estuviera en una montaña, más cerquita estaba de ella”.
Hace tres años comenzó a practicar este deporte, subiendo cerros cercanos de Cortazar y de Guanajuato, pero por la pandemia no pudo seguir, y se detuvo por dos años.
Sin embargo, aprovechó ese tiempo para entrenar, correr, comer mejor, bajar de peso, aumentar su capacidad pulmonar,y reanudó su actividad en septiembre del 2021.
“Comienzo a hacer mi primera media montaña, que es cuando está arriba de los 4 mil metros, pero debajo de los 5 mil metros, fue la montaña “La Malinche”; me sigo entrenando porque quería hacer una alta montaña, me preparo y me aviento la montaña más alta de México, que fue el Pico de Orizaba, en noviembre del 2021, en 18 horas”, contó.
El mes pasado pudo subir el Popocatépetl, por lo que es la única mujer de Celaya y del estado en hacerlo.
“Es la segunda montaña más alta de México, pero es la más complicada de todas las que existen en el país, esta montaña está prohibida porque es un volcán vivo, tiene actividad, sin embargo no ha hecho erupción (…), y para ello me preparé durante cinco meses, se estuvo monitoreando al volcán junto con mi guía Miguel, que lo ha subido varias veces”, refirió.
El montañismo es trabajo físico y mental
Contó que cuando sube la montaña hay dolor físico, frío, cansancio. Además, la mente le juega mucho para encumbrar.
Llegó el día y cuando iban llegando comenzó a llover, luego a granizar, climas que complican todo.
“Sientes frío, vas mojado, y eso muchas veces te merma, tu condición física como el poder encumbrar, empezó a haber neblina, no veíamos nada, nos perdimos durante una hora, los aparatos se congelaron, nos esperamos, para decidir si atacar (se llama así cuando se sube la montaña) o desistir y bajar”.
“Afortunadamente salió el sol y vimos completamente nevado, algo que no pasa, y decidimos subir, llegamos al lugar donde acampar sobre nieve, estábamos a menos 20 grados, se congelaron las botas y la ropa pero así con el frío, el cansancio y el dolor, empezamos a subir, a las 12 de la noche”, externó.
Cuenta que planeaban llegar a las nueve de la mañana pero llegaron a las siete, estuvieron lidiando una inclinación de 80 grados, utilizando equipo especial porque la nieve se va derritiendo, pero cuando llegaron a la cumbre, era imposible describir esa sensación.
“Lo primero que vi fue que el volcán soltó una fumarola de vapor, luego el ruido del volcán, como si rugiera, fue algo gigantensco, lo empecé a escuchar, lo único que hice fue arrodillarme frente al volcán, agradecer un montón y lloré muchísimo, del esfuerzo, del dolor”, resaltó.
Las siete cumbres que ha escalado son: La Malinche, el Pico de Orizaba, Nevado de Toluca, el Iztaccíhuatl, Cofre de Perote, el Popocatépetl y el Nevado de Colima.
Escala con la fuerza de ser mujer
Elena señaló que todas sus hazañas las ha logrado con mucho esfuerzo.
Señaló que las mujeres en ocasiones tienen desventajas y estigmas que afrontar, como el dejar la casa, la idea de que la mujer debe estar en el hogar, que si no tiene hijos y no los antepone a su pasión, que si existe riesgo y expone su vida, además de que la mujer tiene una capacidad respiratoria más limitada, su fisonomía es más difícil. Sin embargo, dijo que ella quiere romper con eso.
Dijo que lo principal a vencer son los miedos y estigmas mentales, más que los físicos, que también son difíciles como llevar peso, caminar por lugares complicados, pasar frío, dolor, lluvia, pero aun así, vencer los miedos es más complicado.
Agregó que es fundamental no escuchar a la gente, no desanimarte ni dejar de creer.
“Cuando logras una cima, no sabes el poder que te da una montaña, de llegar y ver todo lo que recorriste, todo lo que hiciste, lo que sufriste, y el estar arriba, es de las cosas que más te pueden empoderar”, refirió.
Cabe resaltar que todos sus logros los ha hecho por su cuenta, de manera independiente y trabaja para poder costearse su pasión, pues los equipos no son baratos.
Elena señaló que su siguiente objetivo es hacer senderismo de montaña de 6 mil metros, y como en México no hay montañas de ese tamaño, se perfila para subir el Chimborazo (6,262 metros), que está en Ecuador y que es la montaña más alta desde el centro de la Tierra; es más alta que el Everest, tomando como referencia el centro de la Tierra, y lo planea hacer en octubre próximo.
“Y para enero del siguiente año, espero subir la montaña más alta de América, que es el Aconcagua, que está en Argentina”, externó.
Además, dijo que para el 2024 desea subir el Everest.
Finalmente, la celayense exhortó a las mujeres a que crean más en ellas, a no seguir el patrón social, sino a reconstruirse, además de desear que haya más apoyo a este deporte en el estado.
“Ahorita estamos en la época de romper todo y reinventarnos, no necesariamente tienes que ser de una forma, como te dicen para ser completa, yo creo que hay que conocernos, saber qué queremos como mujer, perseguir eso, y saber que a quien más le importa ser como uno quiere ser, es a una misma, yo creo que debemos ver por nosotros, lejos de nuestro entorno y construirnos desde cero, pero como queremos ser, ojala el montañismo en las mujeres sea más reconocido, en esta ciudad y el estado, y que haya más impulso y apoyo, tanto para la mujer como en el deporte”, finalizó.