Con información de Arcelia Becerra
El profesor Juan Miguel Ramírez Sánchez, alcalde de Celaya, del partido Morena, es impredecible; todos los días sorprende a propios y extraños.
Un día habla de amenazas que recibe del crimen organizado y otra mañana descubre 1,400 cámaras colocadas junto al sistema de vigilancia del municipio: “los delincuentes tienen su propio equipo de monitoreo”, dijo el propio Presidente Municipal.
Otro día denuncia que el C4 de Celaya está hackeado y una semana después exhibe a proveedores del municipio que cobran “moche” o facturas “infladas” de servicios públicos.
Juan Miguel tiene 72 años, descansa poco y siempre está descubriendo irregularidades de la anterior administración, “faltan camionetas blindadas… desapareció un dron, las lámparas led se compraron a sobreprecio, etcétera”.
El primer día de su gobierno, el 10 de octubre, Juan Miguel hizo un anuncio que sorprendió a los celayenses. Despidió a los 170 policías que provenían de la Federal y que se conocían como fedepales, “no les tengo confianza”.
La seguridad del municipio quedó en manos de 200 policías, Sedena y Guardía Nacional.
El Gobierno Estatal le ofreció apoyo pero Juan Miguel ya se había entrevistado con Rosa Icela Rodríguez Vázquez, antes Secretaría de Seguridad a nivel federal y actualmente Secretaría de Gobernación.
“Siempre le decimos que cuenta con nosotros, pero él nos dice que Rosa Icela lo apoya”, explica un funcionario del Estado quien mantiene comunicación estrecha con Juan Miguel.
Nosotros le pedimos que formalice las denuncias de amenazas, pero no lo hace, lo declara a los medios de comunicación y hasta ahí llega”, agregó el funcionario del primer círculo de la Gobernadora.
Antes de tomar posesión como alcalde, Juan Miguel ya se había entrevistado dos veces con Rosa Icela. Su cercanía con ella y otros funcionarios del Gobierno Federal nace de su militancia en partidos de izquierda.
Los agentes de la Guardia Nacional que lo cuidan se hospedan en su casa. Nunca está solo.
El morenista que rompió el dominio del PAN de 27 años en Celaya llegó convencido de que el primer problema que debe resolver es la inseguridad y simultáneamente la percepción de que la ciudad es violenta.
Después de dos intentos, Juan Miguel Ramírez perdió la esperanza de ser alcalde de Celaya a principios del 2024, cuando supo que el candidato de Morena sería mujer.
Vino la decisión de Morena a favor de la joven aspirante Gisela Gaytán quien fue asesinada el mismo día que inició campaña, el 1 de abril. “Lo que planeaba ofrecer si fuera candidato… cerré filas en torno a ella”.
Yo tenía una lista de 654 puntos para resolver problemas de la ciudad y de ahí formulé un plan”. recuerda el profesor.
Cuando se enteró del asesinato de Giela, no creyó que podía sustituirla pero empezó la guerra entre los grupos internos del partido que pretendían imponer candidato a la alcaldía.
Por lo menos hay 15 grupos de Morena en Celaya, confió Juan Miguel al recordar el calvario para ponerse de acuerdo.
“Todos querían nombrar al nuevo candidato o candidata y cambiar la planilla”. Entre las “tribus” identificadas parecen tener más fuerza las lideradas por los senadores Ricardo Sheffield y Emanuel Reyes, por separado; los Prieto, Alma Alcaraz, Malú Micher, Antares Vázquez y hasta su propio hermano, José Luis Ramírez Sánchez.
El pleito entre morenistas, impugnaciones de un grupo y otro, provocaron que se retrasara hasta el último momento el reconocimiento legal de Juan Miguel como candidato. El Tribunal Electoral Federal dictaminó el 1 de junio del 2024 que sí podía competir en la elección del día siguiente.
Ya no hubo tiempo de modificar la planilla de regidores y síndicos que estuvo registrada con la víctima Gisela Gaytán, y Juan Miguel accedió a conceder direcciones municipales a cada grupo morenista. “A todos se les dio un espacio”, lamentó el Alcalde, porque desconfía de algunos.
Ramírez tampoco tiene confianza en todo su Ayuntamiento y lo admite sin tapujos: “yo no los escogí”. Enumera apenas tres o cuatro en los que sí confía, los demás, “me los pusieron”.
Tres semanas después de iniciado su gobierno, Juan Miguel despidió a su cuñada Araceli Morales, quien era Oficial Mayor de la Presidencia, “tenemos diferente proyecto”. Esto provocó el enojo de su hermano José Luis, quien en redes criticó duramente al presidente municipal.
De las aulas a la Alcaldía
Juan Miguel Ramírez Sánchez nació en la Ciudad de México, pero desde muy joven llegó a Celaya. En esta ciudad comenzó a impartir clases en la Escuela Normal Superior. invitado por el maestro Gabriel Goujon Sánchez.
Su gusto por la docencia lo llevó a las aulas de varias instituciones de nivel superior de la ciudad y a la par, se convirtió en un luchador social para buscar mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de la educación. Fue dirigente sindical a nivel local e impulsó las primeras cooperativas de consumo del municipio.
Fue director de la facultad de Ciencias Administrativas de la antigua Escuela de Comercio y Administración de Celaya (Escace) en donde adquirió experiencia administrativa y habilidades para la gestión de recursos. Después se convirtió en el primer rector del campus Celaya-Salvatierra de la Universidad de Guanajuato.
El perfil académico del “Profe” no lo alejó de sus ideales y en la década de los años ochenta fue uno de los fundadores del Partido Socialista Unificado de México (PSUM), donde fue Secretario de Organización a nivel estatal.
A mediados de esa década, continuó en partidos de izquierda al ser asesor de la fracción parlamentaria izquierdista, que tenía a líderes como Heberto Castillo Martínez y Alejandro Gascón Mercado.
Aunque estuvo muy ligado a diferentes organizaciones sociales, Ramírez Sánchez se mantuvo alejado de los partidos políticos por más de 25 años hasta que a principios de 2018 un grupo de militantes de Morena lo invitaron a encabezar un proyecto político y buscar la candidatura pero el partido decidió que fuera mujer la abanderada y tres años después ocurrió una situación similar.
A finales de 2020, Juan Miguel estaba convencido de participar en las elecciones pero a causa del Covid, perdió a uno de sus más cercanos colaboradores, el profesor Francisco Avilés Romero, quien fue uno de los principales impulsores para que buscara la presidencia municipal.
Hace un año, pocos hubieran apostado que Juan Miguel Ramírez sería candidato de Morena. En noviembre del 2023, el partido presentó ante el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato los géneros en las candidaturas para encabezar los ayuntamientos en Guanajuato donde se había determinado que en Celaya fuera hombre su candidato.
Juan Miguel Ramírez fue uno de los ocho aspirantes aprobados por la Comisión Nacional de Elecciones de Morena en el proceso interno y a principios de año comenzaron los rumores de un posible cambio de género en la candidatura, que se concretó el 29 de febrero cuando se informó que Gisela Gaytán sería su candidata.
Tras su designación, Ramírez Sánchez fue uno de los primeros en cerrar filas y aceptó la responsabilidad de elaborar el programa de gobierno de Gisela.
Pero el 1 de abril, durante su primer día de campaña fue asesinada en un recorrido por la comunidad de San Miguel Octopan.
“No queríamos que fuera candidato”
Con 45 años de matrimonio, la vida de Laura Casillas López dio un vuelco desde que Juan Miguel Ramírez decidió aceptar la candidatura de Morena luego del asesinato de Gisela Gaytán.
Es un cambio muy radical porque prácticamente lo tengo perdido estos tres años. Es un hombre muy trabajador, le pedí que dejara un día a la semana para que descanse y no, incluso está en la casa revisando documentos después de las 10 de la noche, ese es Juan Miguel, un hombre entregado totalmente, que enfrenta los problemas. No ha sido fácil porque se siguen teniendo amigos y enemigos y fuego amigo”, compartió su esposa.
Juan Miguel Ramírez reunió a toda familia en una comida donde les anunció que sería el candidato de Morena a la presidencia municipal.
“Nos dijo que iba de candidato y la verdad es que nadie de nosotros quería porque es muy difícil y te cambia la vida por completo porque ya no eres libre, yo ya no puedo ir al mercado. Lo primero que le dije fue ¿Por qué Juan Miguel? y su contestación fue porque quiere servir a la gente”, relató.
La primera decisión familiar era apoyar al entonces candidato a la distancia por los problemas de inseguridad, pero los conflictos con su registro y la tardanza en el inicio de su campaña provocaron que decidiera participar activamente.
“Ayúdame a narrar la mejor historia”
Mi familia me da fuerza para seguir adelante. A mi esposa Laura, que desde hace mucho tiempo ha trabajado en la comunidad cultural contando cuentos e historias, preparando niños y docentes, le quiero pedir un favor muy especial, ayúdame a narrar la mejor historia de estos tres años”, señaló el alcalde con voz entrecortada durante su mensaje en la toma de protesta.
Laura Casillas es una reconocida narradora y promotora cultural que en su juventud estuvo interesada en la política y fue justo ahí que conoció a su esposo a mediados de la década de los setenta.
“Nos conocimos en la lucha, ambos éramos militantes de partidos de izquierda y nos conocimos en una reunión. Yo formaba parte de las juventudes del PST (Partido Socialista de los Trabajadores) y me pidieron venir a Celaya a traerle un mensaje. Toqué la puerta y salió él. Ese día traía un suéter azul con cuello alto y olía muy bonito y quedamos prendados uno del otro y fue una cosa maravillosa, yo siempre he dicho que me volvería a casar con el mismo, aunque me casé a los 18 años, me casé con un hombre que siempre me ha impulsado”, relató.
Juan Miguel formó con la maestra Laura una familia de clase media trabajadora de tres hijos y dos nietos y diseñaron su casa especialmente para recibir a personas que van de paso en la ciudad y tener reuniones de trabajo.
A pesar de ser rector él siempre dio clases a las 7 de la mañana porque decía que era la única manera real de saber qué era lo que pasaba en la universidad. Su salario era repartido entre dos o tres gentes, había una persona que quincenalmente iba y Juan Miguel le compartía una cantidad. Él siempre ha sido un ejemplo de vida incansable y nosotros estamos muy orgullosos de él”, destacó.
“No se ven avances”
A pesar de que Juan Miguel Ramírez está buscando nuevos caminos para mejorar la situación, aún no se perciben avances significativos, aseguró el obispo de la Diócesis de Celaya, Víctor Aguilar Ledesma.
“Está intentando buscar caminos nuevos pero creo que van haciendo pocos avances ya que avances significativos todavía no se ven y hay que esperar”, aseguró.
El líder religioso en la región señaló que más allá de determinar un periodo de tiempo para ver los resultados es importante que cumpla sus promesas de campaña.
Antes decían que a los cien días pero ahora no es así, pero lo que esperamos que es pronto haya resultados en lo que él está proponiendo sobre todo a nivel de seguridad, de trabajo y empleos y todo lo que de alguna manera se promete en campañas es tiempo de empezarlas a ver”, comentó.
AAK