Los días soleados y algunos árboles en flor anuncian la llegada de la primavera, pero más allá de una concepción mística o temporal, el cambio de estación tiene una explicación científica.
Desde la prehistoria, las antiguas civilizaciones aprendieron a identificar los cambios de estación y con ello las etapas de procesos como la agricultura, por lo que el cambio era motivo de celebración.
Actualmente, mucha gente considera el equinoccio como un momento espiritual que sirve para renovar energías, entre otras cosas, pero ¿en qué consiste realmente este fenómeno?
Diana Guzmán, divulgadora de ciencias espaciales y educación ambiental, compartió sus conocimientos en astronomía para explicar lo que ocurre durante un equinoccio.
Equinoccio de primavera
“Sabemos que la Tierra está inclinada unos 23.5 grados con respecto a la órbita del Sol y que su alineamiento con respecto al astro va cambiando. Es decir, si la Tierra está inclinada hacia el norte, habrá más sol ahí, por lo tanto es verano en el norte e invierno en el sur. A mediados de año eso cambia y ahora es verano en el sur e invierno en el norte.
Pero hay momentos en que la Tierra baja un poco su inclinación y el Sol queda completamente alineado con el Ecuador. Eso es a lo que llamamos ‘equinoccio’ y durante él tanto el norte como el sur reciben la misma cantidad de luz”, explicó la científica.
Es así que gracias a la alienación del Sol tangente a la órbita terrestre, inicia un periodo en el que el día y la noche tienen la misma duración, por ello los días comienzan a “durar” un poco más.
Conocimiento ancestral
“El equinoccio marca la llegada de la primavera, eso le servía mucho a las sociedades agrícolas, pues así reconocían cuándo era el tiempo de preparar la tierra, sembrar, etc. Igualmente cuando notaban que venía el invierno, comenzaban a prepararse, a juntar provisiones”.
Las sociedades que cazaban también se regían por el sol y las estrellas para reconocer hacia dónde emigraban los grupos de animales”, agregó Diana Guzmán.
Fenómeno universal
La experta en ciencias espaciales también explicó que el equinoccio no es un fenómeno exclusivo de la Tierra, sino que ocurre en todos los planetas del sistema solar.
“La sonda Cassini logró identificar, cuando fue lanzada a Saturno, que el planeta tenía una ligera inclinación y que en algún momento estaba iluminado justo por la mitad. Calcularon el tiempo y también ocurría cada medio año”.
Un año en la Tierra es equivalente a 29 años en Saturno, por lo que en ese planeta el equinoccio ocurre aproximadamente cada 15 años. Es decir, que si viviéramos en Saturno, tendríamos que la primavera y el invierno durarían 15 años respectivamente.
“En todos los cuerpos que orbitan el sol ocurre esto”, agregó Guzmán.
Un registro de la historia
En la actualidad, los científicos aprovechan la temporada de equinoccio para estudiar partes del Sol que en otra época del año no son visibles, pero anteriormente fue utilizado por las antiguas civilizaciones con fines ceremoniales.
Por ejemplo, el Castillo de Chichén Itzá está diseñado de tal manera que, cuando ocurre el equinoccio, la luz pasa directamente a través de él, provocando una sombra que coincide con el cuerpo de la cabeza de la serpiente emplumada que está esculpida.
De la misma manera, existen otras pirámides en Nuevo México y en Perú que fueron diseñadas con la misma idea respecto a captar el momento del equinoccio.
“Stonehenge se creó hace aproximadamente cinco mil años; a través de estas grandes piedras también pasa el sol durante el fenómeno y se ha encontrado que, en la actualidad, el sol pasa un poco más hacia la derecha de lo que solía hacerlo hace miles de años, por lo que estos vestigios astronómicos también nos ayudan a entender cómo han cambiado los astros”, explicó.
El equinoccio ocurrirá este martes 19 de marzo, entre las 21:04 a las 21:09 horas (tiempo del centro de México), según datos del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
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