Por: Evy Kuijpers, Joeri Hofmans y Bart Wille

Una investigación hecha por Evy Kuijpers, candidata doctoral en el departamento de psicología laboral y organizacional en la Vrije Universiteit Brussel, en Bélgica; Joeri Hofmans, profesor en el mismo departamento de psicología laboral y Bart Wille, profesor asistente en el departamento de psicología social, del desarrollo y de la personalidad en la Ghent University nos cuenta las desventajas de ser introvertido en un mundo hecho para extrovertidos y cómo los introvertidos pueden sacarle provecho a las situaciones sociales cotidianas.

El lugar de trabajo moderno está diseñado para los extrovertidos. A los extrovertidos se les paga más, se les asciende más rápidamente y sus colegas y gerentes los califican de manera más positiva. Como tal, no sorprende que muchas personas digan que quieren volverse más extrovertidas y que a menudo se anime a los empleados que buscan avanzar en sus carreras para que participen en actividades extrovertidas. Sin embargo, si usted no es un extrovertido natural, ¿realmente vale la pena poner una cara extrovertida?

La investigación ha demostrado que, incluso en el caso de las personas naturalmente introvertidas, comportarse de una manera más extrovertida puede elevar el estado de ánimo y ser energizante en el momento. Por ejemplo, en una serie de estudios de laboratorio, donde los participantes fueron asignados al azar para participar en actividades más o menos extrovertidas, los investigadores encontraron que, inmediatamente después del experimento, los integrantes en el grupo más extrovertido reportaron consistentemente niveles más altos de felicidad.

La investigación también ha demostrado que actuar de una manera que está fuera de lugar puede ser agotador a largo plazo. Un estudio encontró que cuando los introvertidos actuaban de forma extrovertida, experimentaban mejores estados de ánimo y niveles de energía a corto plazo, pero debido a que estos comportamientos eran inconsistentes con sus personalidades y preferencias naturales, sus niveles de energía cayeron sustancialmente solo una hora después del hecho. Esto sugiere un costo mental sustancial, cuyos costos a largo plazo a veces pueden superar los beneficios.

Sin duda, en algunos casos las personas que son naturalmente más introvertidas pueden beneficiarse de adoptar comportamientos extrovertidos. Sin embargo, la investigación ilustra la importancia de hacerlo con moderación y de asegurarse de darse tiempo para recargar energías cuando opte por actuar de manera más extrovertida de lo que usted es.

Foto:Tony Cenicola/The New York Times.

Entonces, ¿qué se necesita para lograr el equilibrio correcto? La autorreflexión es el primer paso crítico. Pregúntese cómo lo hacen sentir las diferentes situaciones sociales y cuánto tiempo necesita para recuperarse de diferentes tipos de actividades extrovertidas. Es vital adoptar un enfoque personalizado y probar diferentes opciones para ver cuál es la más efectiva para usted.

Programar descansos de manera proactiva puede ser una buena manera de asegurarse de tener tiempo reservado para recargar energías después de un período de extroversión. Algunas personas encuentran útiles las prácticas de atención plena o meditación; para otras, escribir en un diario puede ser una forma efectiva de procesar, reflexionar y obtener información sobre las situaciones que encuentran más agotadoras.

Lo más importante: no espere hasta que se agote, para luego intentar curarse reactivamente una “resaca de extroversión”. En cambio, identifique las estrategias que funcionarán mejor para usted, e incorpórelas de manera proactiva a su vida antes de sentirse agotado. Eso significa determinar qué actividades es probable que encuentre agotadoras o revitalizantes, y luego planificar con anticipación, asegurándose de que está preparado para mantener niveles de energía sostenibles mientras alcanza sus objetivos.

No se pueden negar los beneficios profesionales del actuar extrovertido. Muchos elementos de nuestra vida laboral requieren una cierta cantidad de extroversión para salir adelante. Sin embargo, la investigación sugiere que, para las personas naturalmente menos extrovertidas, actuar de manera más extrovertida puede ser contraproducente, ya que estos comportamientos podrían terminar siendo drenantes y agotadores en lugar de energizantes. En última instancia, se trata de conocer sus propios límites, usar su batería social de manera inteligente y darse tiempo para recargarse cuando lo necesite.

c.2022 Harvard Business School Publishing Corp.

LDM

Foto:Tony Cenicola/The New York Times.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *