En México, como en algunos otros países, se acostumbra otorgar una gratificación a las personas que brindan servicio a los comensales.
Según Larousse Cocina, esta tradición proviene de Inglaterra y se remonta al siglo XVII. Esta costumbre se enfocaba en dar regalos o incentivos a las personas menos favorecidas de la sociedad.
En nuestro país, actualmente se considera una gratificación estrictamente voluntaria a criterio del consumidor. La Procuraduría Federal del Consumidor señala que esta no debe ser incluida en la cuenta y mucho menos sin el consentimiento del comensal.
Tras este hecho, algunos restaurantes de la Ciudad de México y otros estados incluso colocaron letreros donde estipulan que “la propina no es obligatoria”.
Existe un factor importante a considerar: de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, artículo 346, se establece que las propinas son parte del salario de los trabajadores.
Sin embargo, para tener más claro cuáles son aquellos momentos en los que no debes sentirte comprometido a otorgar esta gratificación adicional, recuerda que incluir la propina dentro de la cuenta de manera automática sin tu consentimiento es una acción que atenta contra tus derechos y puedes denunciar con Profeco.
Cuando establecen un monto mínimo de propina, también están infringiendo tus derechos, ya que solo tú decides si deseas dar propina y cuál será la cantidad.