Cuando alimentos o bebidas entran al organismo, se lleva a cabo un largo proceso llamado digestión. Muchos alimentos contienen bacterias no necesariamente negativas, que deben ser digeridas de manera adecuada.
Sin embargo, cuando no se fermentan los hidratos de carbono, debido a que no se digieren en el intestino delgado, se forman gases en el intestino grueso. Esto puede ocasionar dolor estomacal o rectal, acidez gástrica, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, fiebre o pérdida de peso, entre otros síntomas.
el abdomen se puede llegar a hinchar, por lo que muchas personas optan por tomar fármacos o soluciones digestivas que pueden brindar una solución momentánea, pero no solucionan el problema real.
Si no se identifica la causa principal, las personas continuarán con ese malestar y seguirán buscando soluciones. Por ello, además de cuidar la alimentación, es importante mantener hábitos saludables y evitar algunas conductas que pueden desencadenar otro tipo de complicaciones.
Algunos de los motivos de que las personas sufran de problemas digestivos pueden ser: sensibilidad a algunos alimentos, tabaquismo, intolerancia a algunos componentes de alimentos, aerofagia.
Especialmente el tabaquismo causa una serie de efectos negativos en el organismo: puede dañar los pulmones, la boca, el estómago, los dientes, y causa estragos en el sistema digestivo.
El humo del cigarro es el culpable de gases, sensación de inflamación abdominal, pérdida de apetito, entre otros males.
Ahora que conoces el daño que fumar puede ocasionar a tu salud, te recomendamos buscar alternativas para dejar este hábito.