La tendencia de colocar el árbol en el sentido contrario ha tomado mucha fuerza, aquí encontrarás algunas ventajas y lo que se sabe de su origen.
Navidad es una de las fechas más especiales del año. Es momento para reunirse y disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos en el calor del hogar.
Por ello, para nadie pasa desapercibido colocar luces, figuras decorativas y, especialmente, el pino navideño, que cada quien adorna a su estilo. Sin embargo, desde hace algunos años surgió la tendencia de colocarlo al revés. ¿La conocías?
La verdadera noticia es que esta forma de colocar el pino navideño no es nueva; se remonta a la Edad Media, cuando los árboles se colgaban para simbolizar a la Santa Trinidad.
Algunos historiadores han investigado que el árbol invertido se remonta al año 1500, y en su momento fue considerado un símbolo del cristianismo. Eran decorados con frutas, nueces y dulces envueltos en papel.
Tiempo después se cambió para que la punta se dirigiera hacia el cielo. De manera que llevamos unos cuantos miles de años girando este ornamento navideño, según las creencias de la época y la intención de innovar.
Cabe mencionar que en la actualidad, poner el árbol en sentido contrario es meramente estilo decorativo; no hay ningún otro motivo detrás.
Existen varias maneras de hacerlo: que cuelgue del techo o colocarlo sostenido por bases laterales. En algunas tiendas departamentales ya se pueden encontrar árboles con la base en la punta, de forma que se pare “de cabeza” por sí solo y sin dificultades.
Sobre los beneficios, algunas personas dicen que colgar el pino del techo ayuda para que los niños y las mascotas no retiren las esferas y otros adornos. Por otra parte, también dejará libre más espacio para colocar los regalos navideños de toda la familia.
Si te gustaría probar algo diferente en la decoración de este año, prueba esta tendencia.