China. Cuando se pensaba que ya se podía estar en otra fase, nuevamente autoridades de Salud han emitido un alerta ante un repunte alarmante de contagios de COVID y ante ello han cerrado negocios en Shenzhen, mientras que en Shanghái se canceló el servicio de autobuses.
Todos en Shenzhen, un centro financiero y tecnológico que limita con Hong Kong, se someterán a tres rondas de pruebas después de que se informaron 60 nuevos casos de COVID-19 el domingo. Todos los negocios, excepto los que suministran alimentos, combustible y otras necesidades, recibieron la orden de cerrar o trabajar desde casa.
Esta reciente ola de infecciones de China es baja en comparación con otros países y con Hong Kong, que informó más de 32.000 el domingo. Pero las autoridades chinas están aplicando una estrategia de “tolerancia cero” y han confinado ciudades enteras para encontrar y aislar a todas las personas infectadas.
En Shenzhen se encuentran algunas de las empresas más importantes de China, como la compañía de telecomunicaciones Huawei Technologies Ltd., la marca de automóviles eléctricos BYD Auto, la aseguradora Ping An Insurance Co. y Tencent Holding, operador del popular servicio de mensajes WeChat.
En el continente, el gobierno reportó 1.938 casos nuevos el triple que el sábado y unos 1.412 casos de este grupo estaban en la provincia de Jilin en el noreste, donde la metrópoli industrial de Changchun fue cerrada el viernes y se ordenó cuarentena a las personas.
Panamá da luz verde a uso de la vacuna de Covaxin contra COVID-19
Panamá aprobó el uso de emergencia de la vacuna Covaxin contra el COVID-19, fabricada en la India, informaron las autoridades sanitarias el sábado.
Al hacer el anuncio, el Ministerio de Salud señaló que el fármaco está indicado para la inmunización activa contra la infección de coronavirus para jóvenes a partir de los 18 años y el esquema completo de vacunación para la Covaxin es de dos dosis.
En un comunicado, el Ministerio agregó que la Dirección Nacional de Farmacias y Drogas aprobó el uso de emergencia de la vacuna Covaxin tras un análisis y revisión del portafolio presentado a las autoridades.
La aprobación de un nuevo fármaco para la inmunización contra el COVID-19 en el país centroamericano ocurre en momentos en que la nación registra un descenso importante en los contagios y defunciones por coronavirus tras una ola de infecciones impulsada por la variante ómicron que tuvo su pico en enero pasado.
Panamá lleva a cabo una intensa campaña de vacunación a partir de los cinco años bajo la cual ha inmunizado al 60% de la población con el esquema completo de vacunación, y más del 74% de la población han recibido al menos una dosis, empleando hasta el momento los fármacos de Pfizer y de AstraZeneca.
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