León, Guanajuato.- El Teatro del Bicentenario estrenó su nueva producción operística: “Tosca” de Giacomo Puccini, que conquistó al público por su elenco y su puesta en escena situada en la época del dictador italiano Benito Mussolini

Esta segunda producción del teatro de ópera de León de la temporada del 2014 se distinguió por combinar la tradición con la tecnología.

En esta nueva representación de “Tosca” del Teatro del Bicentenario, el director de escena mexicano Enrique Singer trasladó la historia de amor y poder a la Italia fascista de Benito Mussolini, durante la segunda mitad del siglo XX. 

Sin cambiar el argumento original, en esta nueva producción el dramaturgo empleó recursos modernos del teatro y la ópera, como la proyección de imágenes, mapping, división de planos, entre otros.

Minutos antes de la función, el maestro del Centro Universitario de Teatro situó la historia de “Tosca” durante la Segunda Guerra Mundial, con la proyección de pinturas del dictador italiano.

En el primer acto, Enrique Singer recreó la iglesia de Sant’Andrea della Valle, colocando cuatro columnas, las rejas de la capilla de la condesa Attavanti, unas bancas y el lugar de trabajo del pintor Mario Cavarodossi, conformado por una escalera y un gran andamio. La proyección de pinturas de la Virgen María y Magdalena completaron el cuadro escénico. 

Quizá solo faltó montar la pila con agua bendita, de la que toma un poco el malvado barón Scarpia para ofrecérsela a la actriz y cantante Floria Tosca, amante de Cavaradossi.

La escena del “Te Deum” en la producción de la ópera “Tosca” en el Teatro del Bicentenario. Foto: Cortesía del Teatro del Bicentenario. 

Sin duda, la famosa escena del Te Deum cautivó al público por la majestuosa representación de la celebración religiosa, en la que el director incluyó la proyección de otro cuadro religioso a lo alto de un altar. La escena adquirió fuerza gracias a la participación del coro y cantantes.  

Enrique Singer consiguió uno de los momentos más conmovedores de la ópera durante la interpretación del aria “Vissi d’arte”, en la que ocultó la oficina del jefe de policía en el Palazzo Farnese para enfocarse en Tosca junto a una imagen de Jesucristo durante su oración. 

En el tercer acto sorprendió la escena en la que Cavaradossi, dentro de una prisión, escribe una carta a su Tosca y sus palabras aparecen proyectadas en unas pantallas. 

La producción contó con el diseño de vestuario de Carlo Demichelis, el diseño de maquillaje de Cinthia Muñoz y la iluminación de Víctor Zapatero.

Las voces

La protagonista de esta ópera demanda a una soprano lírica o dramática, capaz de expresar una amplia variedad de sentimientos y emociones, desde amor, ternura y fervor religioso, hasta celos y odio.

Tosca es una famosa actriz y cantante de Roma, que con sus manos lleva flores a la Virgen, pero también es capaz de asesinar por amor.

Este 2014 la soprano mexicana Violeta Dávalos cumplió 25 años de trayectoria artística y, para festejarlos, encarnó a Tosca en esta producción del Teatro del Bicentenario, luego de su éxito en la ópera “Madama Butterfly”, representada el año pasado en el mismo recinto. 

Además de presencia escénica, la cantante conquistó al público por sus cualidades vocales, como claridad en la emisión, timbre cálido y fraseo expresivo. 

La soprano fue ovacionada por el público después de cantar la famosa aria “Vissi d’arte”, en la que sobresalieron su pasión y su brillante Si agudo.

Aunque al principio su voz fue un poco opacada por la orquesta, Violeta Dávalos ofreció una intensa y sobrecogedora actuación en las escenas de la tortura y el suicidio, en los cuales alcanzó los Do agudos en fortissimo. Su interpretación solo se vio empañada por un vibrato excesivo. 

Además, la intérprete subrayó el carácter enamorado, tierno y frágil de Tosca, en lugar de acentuar el lado trágico y apasionado del personaje. Sus movimientos lentos y gestos sutiles formaron parte de la recreación de la glamorosa diva.

El tenor vasco Andeka Gorrotxategi dejó un buen sabor como Mario Cavaradossi, luego de encarnar al teniente Pinkerton junto a Violeta Dávalos en “Madama Butterfly” en el Teatro del Bicentenario, en el 2013.

Como era de esperarse, el joven cantante español volvió a ganarse el cariño del público con sus agudos incisivos, timbre brillante y fraseo seductor.

Asimismo, hizo gala de un buen legato en la romanza “Recondita armonia”, con el brillante Si agudo. También lució una mezza voce en “E lucevan le stelle”.

Andeka Gorrotxategi delineó un personaje amoroso en los duetos de amor, desafiante y heroico en el interrogatorio y dramático en la escena de la tortura.

La soprano Violeta Dávalos y el bajo barítono Rubén Amoretti. Foto: Cortesía del Teatro del Bicentenario.

El bajo barítono Rubén Amoretti, nacido en Burgos, cerró a la perfección el triángulo protagónico como el cruel barón Scarpia.

Su actuación, la más convincente de la velada, fue modelo del villano maquiavélico de la tradición verista. Vestido con un traje militar fascista, el cantante demostró un gran dominio de escena. 

Sus miradas, ademanes y entonación formaron parte de su interpretación apasionada del despiadado jefe de policía con su insaciable apetito sexual.

De timbre oscuro, su voz se escuchó potente y dramática en el “Te Deum”, donde nunca fue opacado por el coro y la orquesta. Además de mostrarse autoritario en la escena del interrogatorio y la tortura, Rubén Amoretti consiguió expresar la lascivia del personaje. 

Marco Boemi, atento a los matices 

En esta producción, el director italiano Marco Boemi ofreció una lectura apasionada de la partitura, sin descuidar los matices y el balance orquestal.

Gracias a su dirección, el público disfrutó el lirismo en el dueto de amor y, sobre todo, en el preludio del tercer acto, donde Puccini evoca  la tranquilidad del amanecer, con el sonido de las campanas y el canto de un pastor.

Marco Boemi cuidó siempre el balance orquestal en el segundo acto, donde los protagonistas cantan en escena, mientras al fondo una pequeña orquesta toca una gavota y luego un coro interpreta un motete.  

Además, el director italiano brindó momentos de enorme dramatismo y majestuosidad en el “Te Deum” y en el final del tercer acto.  

El director italiano Marco Boemi durante el estreno de “Tosca” en el Teatro del Bicentenario. Foto. Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Cabe destacar la participación del Coro y Orquesta del Teatro del Bicentenario y los Coros del Valle de Señora, dirigidos por José Antonio Espinal. 

También la audiencia aplaudió las actuaciones de Enrique Ángeles como Angelotti, Charles Oppenheim en el papel del sacristán, Orlando Pineda como Spoletta, Jehú Sánchez en el papel de Sciarrone; Jonathan Martínez como el carcelero y Carolina Torres en el papel del pastorcillo.
 

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