León, Guanajuato.- Con la presencia de Maciej Zietara, embajador de la República de Polonia en México fue inaugurada en el Museo de la Ciudad de León la exposición documental testimonial “Los niños polacos de Siberia en la Hacienda de Santa Rosa Guanajuato México 1943-1947”.

A la cita también acudieron cónsules honorarios, autoridades municipales, descendientes de polacos y ciudadanía leonesa.

La exposición, organizada por el Archivo de la Academia de Ciencias de Polonia, en cooperación con la Embajada de la República de Polonia en México, describe el éxodo de Siberia, el difícil camino y las penurias de los polacos durante la Segunda Guerra Mundial, antes de llegar a suelo mexicano y de ahí a la ciudad de León en donde se concentraron en la Hacienda Santa Rosa.

La muestra está integrada principalmente por fotografías y documentos inéditos sobre Santa Rosa, pero también sobre “los niños de Siberia”, los cuales fueron reunidos a lo largo de los años por uno de “los niños de Santa Rosa”, Julian PBowy quien recientemente entregó su valiosa colección al Archivo de la Academia de Ciencias de Polonia. 

Durante el acto protocolario Mariano González Leal, representante del Museo de la Ciudad de León, destacó que los destinos de Polonia y México quedaron unidos por la vocación de la salvación de su cultura y que la ciudad de León tuvo el honor de haber sido una pequeña Polonia.

“Manuel Avila Camacho, presidente de México, abrió una puerta al exilio y fueron mil 500 polacos los que se quedaron en la Hacienda de Santa Rosa y fueron acogidos con los brazos abiertos, fue una de las oleadas benéficas y enriquecedoras que llegaron entre 1943 y 1947, algunos se fueron después a otros sitios del mundo y otros decidieron quedarse aquí y siguen brindando frutos”.

El embajador Maciej Zietara, agradeció el espacio brindado por el museo y destacó que con la exposición se quiere recordar uno de los episodios más conmovedores de la historia de la relación entre Polonia y México.

“Fue entre 1943 y 1947 que un grupo de mil 500 personas, en su mayoría mujeres y niños refugiadas de Siberia, encontraron su hogar en La Hacienda Santa Rosa, ubicada en León, Guanajuato, gracias a un acuerdo que se firmó en el año 1942 entre el gobierno Polaco en el exilio y el gobierno mexicano del presidente Avila Camacho”.

Agregó que algunas personas que recuerdan este tiempo dicen que fue una especie de paraíso porque llegaban de los horrores de los campos de trabajo forzado en Siberia, del frìo extremo y de la opresión de un sistema totalitario, a un lugar paradisiaco que les brindaba buen clima, alimentación, la oportunidad de trabajar, estudiar y la amistad de los mexicanos.

“Fue un paréntesis que les permitió superar sus traumas, algunos de los refugiados se quedaron en León y otros se fueron a otras partes de la República, la mayoría a Estados Unidos donde se encuentra la colonia polaca más numerosa.

“Hoy visité la hacienda de Santa Rosa que ahora se llama Ciudad del Niño Don Bosco, es escuela, internado y orfanato y me di cuenta que sigue siendo un centro de refugio para las personas más vulnerables ya que recientemente llegaron ahí alrededor de 30 niños migrantes de centroamérica, por ello me atrevo a pedir que la visiten y que conozcan sus necesidades”.

Andrzej Rattinger Aranda, hijo de Wladyslaw Rattinger Wysocki, se mostró orgulloso de lo que su papá hizo para recuperar a niños y familias polacas que estaban en el exilio.

“Mi papá salió de Polonia a los 27 años, se enfrentó a la guerra, estuvo en Siberia y en otros lugares con el fin de recuperar a las familias polacas que estaban en el exilio y a quienes mandaban en barco a diferentes lugares; dos barcos llegaron a México, mi papá llegó en el segundo. En México se dedicó al teatro y a tratar de educar a los polacos”.

Guillermo Romero Pacheco, director de economía de León fue el encargado de declarar inaugurada la exposición y la señora Valentina Grechel, descendiente de los polacos de Leòn fue invitada a develar una placa conmemorativa de la exposición que permanecerá hasta el 29 de julio.

 

Un leonés con sangre polaca

 

En entrevista, Andrzej Rattinger Aranda destacó que su papá, Wladyslaw Rattinger Wysocki fue comandante del segundo grupo de refugiados polacos que llegaron a Santa Rosa en León, Guanajuato.

“Para nosotros es muy importante esta exposición principalmente porque soy parte de la familia polaca en León y porque participé de una manera activa en la preparación de la misma, es un recuerdo de agradecimiento, de memoria, de trascendencia de la relación que Polonia tiene con México después de haber pasado las tragedias y las angustias de la prisión en la Rusia Soviética”.

Destacó que muchos polacos fueron llevados a Siberia, otros a Asia Central, a las fronteras con China, al otro lado del mundo y que algunos pudieron salvar la vida y llegar a León después de muchas vicisitudes gracias al esfuerzo de países como el inglés, el americano y el mexicano.

Agregó que lo más importante que podrá ver la gente cuando asista a la exposición es el enfoque que tiene una persona de recuperar su identidad porque es indescriptible el esfuerzo que hicieron los polacos para mantener su identidad, su lenguaje, su cultura y su religión en situaciones definitivamente desesperadas y dramáticas.

“Es importante que la gente conozca esto porque no nos estamos dando cuenta que tenemos una gran vida en México, particularmente en León que es una ciudad maravillosa, con un clima maravilloso y con toda clase de facilidades y sobre todo que tenemos libertad.

“No nos queremos dar cuenta que hay otros lugares del mundo en donde de repente a un dictador se le ocurre invadir otro país nada más porque se le pega la gana, ahí tenemos a Rusia invadiendo a un país vecino y matando gente de manera indiscriminada en forma irresponsable y criminal”.

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