Martín Olamendi compartió su relato en el concurso AsústAMe, quedando en el segundo lugar. Conoce esta historia que él nos compartió:
2:30, entra el reporte de dos personas de no más de 17 años que se encontraban convulsionando en su domicilio, por lo que acuden dos unidades de rescate.
Salen de la base tras recibir el primer reporte y camino al domicilio el ambiente se torna denso, la neblina había bajado, la lluvia era ligera pero no permitía ver más allá de dos metros al frente de las ambulancias….
Recorrimos el camino sinuoso durante por lo menos 50 minutos hasta llegar a hacer contacto con los familiares en la punta del cerro. Al llegar, el familiar que había hecho el reporte nos dice que son sus sobrinos los que se encuentran mal pero no saben si podremos ayudarlos, pues hasta ese momento ellos pensaban que solo se estaban convulsionando.
Ingresan al domicilio tres paramédicos, los cuales se percatan de lo que sucedía: una femenina de 18-19 años colgaba de la pared, aferrada a sus manos y en posición de escalada trataba de subir por la misma pared. El segundo paciente, un masculino de aproximadamente 16-17 años, estaba postrado en el piso convulsionándose y hablando con una voz que parecía estar hecha por computadora.
La primera unidad en el lugar trata de tocar a la chica, a lo que ella responde agrediéndolos física y verbalmente y los hace salir del lugar. Minutos más tarde llega la segunda unidad con tres paramédicos a bordo, de los cuales uno pide que lo dejen ingresar solo al domicilio, una vez dentro se desconoce qué fue lo que hizo, simplemente permitió que estas dos personas con comportamientos erráticos pudieran ser manipuladas por los paramédicos.
Una vez que los dos pacientes estaban en las unidades se le canalizó al centro de salud más cercano. La primera unidad se llevó a la chica, la cual les continuaba repitiendo que ella conocía sus pecados que sabía que le tenían miedo y que sabía cómo morirían. La voz y el ambiente seguían siendo muy lúgubres. Al momento de descender en el domicilio, una de las unidades es interceptada por lo que parecía ser un masculino de entre 50 y 60 años con apariencia de un fraile, el cual les comenta que les puede ayudar. La unidad hace alto total, las puertas de la cabina trasera son abiertas por el fraile el cual se sube. Comienza a sacar diversos artefactos entre amuletos, cadenas, hierbas y muchas cosas más.
Comienza a hacer lo que pareciera ser una limpia, la chica al momento de recibir este tratamiento simplemente se retorcía y trataba de atacar. Continuaba diciendo que todos morirían que sabía sus miedos y que todos le tenían miedo a ella. Tenía una risa tan peculiar que el día de hoy sigue marcado en la mente.
Pasados 20 minutos la unidad y dice que nos vayamos, que no volvamos, que se ha hecho todo lo que se puede. La chica mejora un poco pero no fue suficiente, la dejamos en un centro de salud esperando a que el médico tratante pueda hacer algo por ella. Recibimos una segunda llamada en donde nos dicen que vayamos lo más pronto posible puesto que ahora la chica comenzaba empeorar. Ya no sólo se encontraba combatiente, insultante y agresiva, ya también levitaba se despegaba no más de cinco 10 cm de la cama. Eso consternaba a todos los que trataban a la chica, decidimos trasladarla al hospital general de la ciudad en donde terminamos solicitando que la atendieron, proporcionándole ayuda psiquiátrica. Lo que las enfermeras decían era que necesitaba un sacerdote, alguien religioso que le permitiera expulsar lo que tenía dentro y así fue. A la mañana siguiente se realizó un exorcismo, único método que fue funcional para que la chica pudiera recuperar su vida.
La parte de la historia que desconocíamos, hasta ese momento, es que ambos pacientes se encontraban jugando a la Ouija en su domicilio. Uno de ellos quiso abandonar el juego, lo que para el espíritu que estaba jugando con ellos no fue de su agrado. Por lo que comentan, ellos dejaron de saber qué estaba pasando, simplemente entraron en estado de trance. Al día de hoy no pueden recordar nada, solamente quedan las imágenes y los videos de aquella chica gritando y hablando con nosotros de qué era lo que nos pasaría si nosotros la llevábamos.