León, Guanajuato.- El Coro y Orquesta de la Sorbonne Université (COSU) causaron furor en el concierto que ofrecieron la noche del sábado en el Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña, una fiesta musical en la que los jóvenes intérpretes franceses hicieron vibrar al público con su energía, alegría y espontaneidad.

En su segunda actuación en México, el COSU fue claro desde el primer momento en su intención de sorprender: apenas entraron al patio de butacas los coristas y su director, Frédéric Pineau, vestidos de negro, y dieron comienzo al recital en medio de la sala del teatro casi lleno.

El amor en todas sus facetas fue el tema de esta primera parte del programa a cappella, “Let my love be heard” (“Deja que mi amor se escuche”), conformada por obras contemporáneas y arreglos de canciones tradicionales de países de Europa, África y Sudamérica.

El Coro de la Sorbonne Université interpretó las primeras canciones en medio de la sala principal del teatro. Foto: Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Los coristas empezaron su presentación de manera solemne y conmovedora, interpretando el tema finlandés “Kaipaava” (“Anhelo”), cuyas texturas polifónicas se escucharon con claridad y pintaron un amor desolado.

Ese deseo de estar con la persona amada se hizo presente en la dulce canción escocesa “My love is like a red, red rose” (“Mi amor es como una rosa roja roja”), en una versión que se distinguió por conceder la voz principal a los tenores solistas.

Después, nueve cantantes y el animado director Frédéric Pineau subieron al escenario para interpretar con el resto del coro “Ngothando” (“Con amor”), canción escrita en 2019 por el compositor sudafricano Mbuso Ndlovu.

Acompañados por Pineau en el tambor, dos tenores presentaron una introducción hablada, para luego entonar, junto a sus compañeros, la melodía sobre el poder del amor. Interpretada con lentitud, la canción se destacó por su gran fuerza expresiva.

Los coristas de la Universidad de París cantaron “Ngothando” del compositor sudafricano Mbuso Ndlovu. Foto: Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Después, los demás miembros del coro pasaron al escenario y dieron un giro completo al concierto, al ofrecer el emocionante “Thixo onothando” (“Dios del amor”), un popular himno religioso de Sudáfrica.

Como es ya una tradición, los jóvenes acompañaron el canto con baile, palmas y pisotones, resaltando el carácter festivo del tema, cuyos alegres “hosanna” hicieron al público aplaudir de júbilo.

El Coro cantó arreglos de piezas folclóricas de Irlanda, Escocia, Francia y Uruguay.  Foto: Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Tras la ovación, Nicolás Agulló, director argentino de la Orquesta de la Sorbonne, salió al escenario para traducir al español la explicación que dio el director del coro de cada una de las canciones.

La función siguió con “Wild mountain thyme” (“Tomillo silvestre de montaña”), cuyo tema hace referencia a la antigua costumbre escocesa de que las jóvenes lleven una ramita de tomillo para atraer a un amante.

En esta versión serena de la canción, los jóvenes cantantes solistas desplegaron con sentimiento sus delicadas voces para mostrar la belleza de la melodía, aderezada por el coro con exquisitas armonías.

El director del coro, Frédéric Pineau, se ganó el cariño del público por su buen humor. Foto: Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Para continuar con el ambiente tranquilo, el coro interpretó “When we love” (“Cuando amamos”), compuesta por la canadiense Elaine Hagenberg en 2019. Gracias a la dirección apasionada de Frédéric Pineau, atento a los matices, el mensaje de que el mundo será mejor si nos amamos llegó al público con fuerza.

Después, el recital se animó con “Mo ghile mear” (“Mi héroe gallardo”), balada celta sobre Irlanda y su anhelo de prosperidad. Acompañados por el tambor, los coristas no solo cantaron con ímpetu, sino que también bailaron con soltura. Además, el director cantó la introducción, haciendo gala de su potente voz.

La música francesa no podía faltar en el concierto, así que los universitarios entonaron con elegancia “À la claire fontaine” (“En la fuente clara”), canción sobre la añoranza del amor, cuya melodía fue embellecida con encantadoras armonías.

La Orquesta de la Sorbonne Université brindó una interpretación enérgica de la Sinfonía No. 2 de Johannes Brahms. Foto: Cortesía del Teatro del Bicentenario.

El momento más sobrecogedor llegó con “Let my love be heard” (“Que mi amor sea oído”), obra escrita por el estadounidense Jake Runestad en 2014, cuyas líneas, pese a su complejidad, fueron cantadas magistralmente y lograron elevar el espíritu hacia el cielo, en un luminoso clímax.

El sabor latinoamericano apareció con “Ronda catonga”, alegre pieza tradicional uruguaya, apoyada por silbidos y palmas en una celebración a la que se unieron los asistentes, animados por el jovial director del coro, aplaudiendo al ritmo de la música.

El regocijo continuó con la canción infantil irlandesa “I’ll tell my ma” (“Le diré a mi mamá”), cuyas armonías lucieron en toda su belleza. Contagiada por la energía de los jóvenes, una espectadora gritó “¡Vive la France!”, mientras los demás aplaudían con frenesí.

El director del COSU, Nicolás Agulló, mostró un claro conocimiento de la obra de Brahms. Foto: Cortesía del Teatro del Bicentenario.  

Emociona Segunda Sinfonía de Brahms

 

En la segunda parte del programa, bajo la dirección de Nicolás Agulló, la Orquesta de la Sorbonne Université e integrantes de la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata (OJUEM) brindaron una lectura emotiva de la Segunda Sinfonía de Johannes Brahms.

Antes de comenzar, el director se dirigió a los espectadores para decirles que podían aplaudir al final de cada movimiento y no solo al término de la pieza, como es la tradición.

Pese a las desafinaciones de los cornos, Agulló entregó una versión apasionada de la obra, comprendiendo el carácter de cada tema y el lenguaje del compositor alemán.

Jóvenes músicos tocan el corno, la flauta y el oboe. Foto: Cortesía del Teatro del Bicentenario.  

El director aprovechó la primera pausa para afinar a la orquesta, explicando que el cambio brusco de temperatura en México afectó la afinación de los instrumentos.

Gracias a este ajuste, el argentino realzó el temperamento de los siguientes movimientos, respetando las dinámicas de la partitura y manteniendo un tempo fluido.

Como obra fuera del programa, el COSU interpretó “Alas (a Malala)”, de Arturo Márquez, la cual tocó el día anterior en la Sala Nezahualcóyotl ante el propio compositor mexicano. Una vez más, el coro y la orquesta emocionaron con su vibrante actuación, premiada con una ovación de pie.

El COSU regaló como encore “Alas (a Malala)” del compositor mexicano Arturo Márquez. Foto: Cortesía del Teatro del Bicentenario.  

Fue tanto el entusiasmo que los coristas cantaron fragmentos de “Cielito lindo” y “Thixo onothando” cuando la mayoría del público ya se había retirado de la sala y, posteriormente, se tomaron fotos con sus admiradores en el vestíbulo.

Los integrantes del Coro y la Orquesta de la Sorbonne Université se dejaron consentir por el público en el lobby del teatro. Foto: Cortesía del Coro y Orquesta de la Sorbonne Université. 

LALC

Dirigidos por Fréderic Pineau, el Coro de la Sorbonne Université impresionó al público con su canto y baile. Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Dirigidos por Fréderic Pineau, el Coro de la Sorbonne Université impresionó al público con su canto y baile. Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Dirigidos por Fréderic Pineau, el Coro de la Sorbonne Université impresionó al público con su canto y baile. Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Dirigidos por Fréderic Pineau, el Coro de la Sorbonne Université impresionó al público con su canto y baile. Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Dirigidos por Fréderic Pineau, el Coro de la Sorbonne Université impresionó al público con su canto y baile. Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Dirigidos por Fréderic Pineau, el Coro de la Sorbonne Université impresionó al público con su canto y baile. Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Dirigidos por Fréderic Pineau, el Coro de la Sorbonne Université impresionó al público con su canto y baile. Cortesía del Teatro del Bicentenario.

Dirigidos por Fréderic Pineau, el Coro de la Sorbonne Université impresionó al público con su canto y baile. Cortesía del Teatro del Bicentenario.

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