León, Guanajuato.- El Coro de Madrigalistas de Bellas Artes y el Bach Consort Guanajuato, bajo la batuta del director Carlos Aransay, ofrecieron un concierto majestuoso el pasado viernes por la noche, en el Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña, como parte de la quinta edición del Guanajuato Bach Festival.
La celebración anual dedicada al genio alemán de la música barroca, Johann Sebastian Bach, sin duda ha crecido año tras año, debido a que ha ampliado su presencia en el estado con nuevas sedes y artistas invitados.
Este año, el festival creado en 2019 gracias a la iniciativa del maestro Gijsbertus de Graaf, oboísta y constructor de clavecines, y al apoyo del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato llegó por primera vez al Teatro del Bicentenario.
Además, esta fiesta para el grande de la música se vistió de gala al recibir por primera vez al Coro de Madrigalistas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), agrupación que continúa las celebraciones por su 85 aniversario.
En esta ocasión, el Coro de Madrigalistas de Bellas Artes se unió al Bach Consort Guanajuato, orquesta residente del festival, para darles vida al “Magnificat” y a dos de las cantatas religiosas más famosas del genio de Eisenach.
La soprano Cynthia Sánchez fue la cantante elegida del coro para interpretar la primera pieza del programa, la cantata “Jauchzet Gott in allen Landen!”, BWV 51 (“¡Aclamad a Dios en todas las naciones!”), una obra extremadamente virtuosística.
En la primera aria, la joven cantante cautivó al público con su bella, ligera y cristalina voz, así como con su facilidad para cantar las ornamentaciones a una gran velocidad y con precisión. Asimismo exhibió una afinación sólida, alcanzó el do agudo sin problemas y se dejó acompañar por el trompetista solista.
Después del recitativo, la soprano desplegó un canto expresivo durante la segunda aria de la cantata, cuya amplia melodía mostró su delicada nobleza gracias a su buen manejo de la respiración.
Luego de la fantasía coral, en la que dos violines envolvieron la melodía del himno en un intrincado diálogo, Cynthia Sánchez, acompañada de toda la orquesta, volvió a poner de manifiesto su brillante coloratura en el alegre “Aleluya” final.
Además de los violinistas Pedro Zayas Alemán y Elizabeth Martínez Ramírez, el trompetista Eduardo Tépox Valdés asombró a los asistentes por su técnica en la interpretación de los pasajes cargados de trinos.
El desempeño de los integrantes del Bach Consort Guanajuato reflejó el interés de la orquesta de interpretar la obra de Johann Sebastian Bach desde el punto de vista históricamente informado.
Por su parte, el director Carlos Aransay logró expresar la alegría de la cantata, extrayendo de la orquesta un sonido claro y ligero, dirigiendo con un tempo moderado.
Emociona la famosa cantata 140
Los 28 miembros del coro y la orquesta continuaron el concierto con la popular cantata “Wachet auf, ruft uns die Stimme”, BWV 140 (“Despertad, nos llama la voz”), cuyos textos están basados en la parábola de las 10 vírgenes necias y las 10 prudentes, y en el Cantar de los Cantares, que muestra a Jesús como esposo del alma.
En términos generales, el director Carlos Aransay ofreció una interpretación majestuosa y equilibrada de la cantata, logrando que las líneas melódicas del coro se escucharan claras en el contrapunto. También destacaron las intervenciones del concertino Pedro Zayas Alemán y del oboísta Héctor E. Fernández Purata.
Aunque su intervención fue corta, el tenor Eduardo Díaz Cerón dio una cátedra de recitativo con matices, como el narrador. En tanto, el barítono Vladimir Rueda y la soprano Alejandra Cadenas se entregaron más a sus papeles como Jesús y el alma cristiana en el segundo dueto, en el cual su canto fue más controlado y expresivo.
Cautiva ‘El Magnificat’
Para la segunda parte del programa, el coro y la orquesta ejecutaron el “Magnificat”, BWV 243, cuyo texto del evangelista San Lucas relata las palabras que la Virgen María, embarazada, recitó frente a su prima Isabel, quien estaba encinta de su hijo Juan el Bautista.
En su conjunto, el director Carlos Aransay brindó una lectura animada y festiva de las primeras páginas y del Gloria del “Magnificat”, aunque en ocasiones ralentizó demasiado la música en los coros de la parte intermedia y del final.
Por desgracia, los trompetistas y los cantantes solistas miembros del coro deslustraron la interpretación general de la obra con desafinaciones, volumen limitado y notas y adornos mal articulados. Así mismo, el conjunto coral perdió homogeneidad hacia la mitad y el final de la pieza.
A pesar de ello, el público aplaudió la entrega y la pasión de las sopranos Marlene Palomares y Blanca Rodríguez Torres, así como de la contralto Nurani Huet, del tenor Orlando Pineda y del bajo Salvador Guízar. Del mismo modo, el oboísta principal, Héctor Fernández, recibió una ovación por su fraseo limpio y su cálido sonido.
LALC