Carlos Casteñeda de la Fuente, un joven de 28 años de edad, el 5 de febrero de 1970, intentó asesinar al presidente de México en turno, Gustavo Díaz Ordaz, después de esto fue condenado no solamente a torturas y a la falta de un proceso legal acorde a su falta, también fue recluido en un hospital psiquiátrico hasta 1994.

Esta es la historia en la que el ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Ramón Cossío Díaz, profundiza y desenreda una serie de irregularidades que ponen en evidencia el mal actuar del Estado en aquella época y todo esto lo plasma en su último libro: “Que nunca se sepa” el intento de asesinato contra Gustavo Díaz Ordaz y la respuesta brutal del Estado Mexicano ante los hechos.

La presentación se hizo este jueves en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana de León, acompañado por la maestra Mily Janitzin Montes Manrique, el maestro Jorge Octavio Sopeña Quiroz y la maestra Gabriela Naranjo Guevara, los tres especialistas en derecho.

Durante la presentación del libro “Que nunca se sepa” de José Ramón Cossío Díaz. Foto: Especial.  

Montes Manrique, en su intervención, reflexionó sobre la falta que se cometió con Carlos, desde no se le sometió a un proceso penal por la comisión de delitos como el uso de arma prohibida u homicidio en grado de tentativa.

“A cambio, el Estado Mexicano instrumentó de manera por demás abusiva, inmoral, autoritaria, una serie de acciones que constituyeron actuares delictivos que tampoco han sido juzgados. El doctor Cossío narra las consecuencias para esta persona, advirtiendo en ellas sobre el riesgo del autoritarismo del Estado, el riesgo del presidencialismo exacerbado y sobre la necesidad de ver a la norma jurídica fundamental de nuestro país como el instrumento necesario e imprescindible de la eliminación del ejercicio del poder”, manifestó.

“El autor nos mueve de la incredulidad a la indignación, nos mueve a considerar un perpetrador como presunto delincuente, a considerarlo como una víctima del sistema. Nos mueve a trabajar desde el ámbito de nuestras competencias para que esta historia no se repita en nuestro país”, agregó.

Por otra parte, el maestro Sopeña resaltó lo interesante que resulta analizar el término de una época que vivió México y el analizar tanto el funcionamiento como la evolución de las instituciones de este país.

También, la maestra Gabriela Naranjo, además de anotar cómo se ha transformado el ámbito jurídico en México, invitó a reflexionar sobre cómo nos encontramos ahora-

“Ojalá pudiéramos encontrarnos en un momento en el que fuera posible decir que los abusos de poder han finalizado, que las desapariciones forzadas ya no se presentan. Que la tortura en los campos militares es solo un mal recuerdo o que la protección judicial y el acceso a la justicia constituyen prerrogativas totalmente efectivas para las personas que nos encontramos en este país.  Pero a pesar de que hoy se siguen presentando actos de injusticia, es cierto que el contexto jurídico actual, es otro”, anotó.

Finalmente, el ministro en retiro, José Ramón Cossío, hizo énfasis en cómo aquí ya se veían los mecanismos de desaparición forzada.

“Y lo que es muy interesante es que no hay una sola nota periodística, prácticamente nadie sabe de esto. Hay personas que cuando yo he contado esto me preguntan: ¿de verdad lo que estás diciendo pasó?. La gravedad del caso es que parece que se busca y se ejecuta la decisión más perversa de todas, vamos a declararlo loco. Hice una reconstrucción para tratar de extraer las huellas del expediente y decir estas eran las condiciones”, concluyó.

Se sabe que Carlos nunca recuperó su capacidad jurídica ni la vida activa, deambuló por calles de la Ciudad de México por 17 años y murió atropellado.

Raymundo Olmedo Rivera, Jorge Sopeña Quiroz, Mily Janitzin Montes Manrique, José Ramón Cossío Díaz y Gabriela Naranjo Guevara. Foto: Especial.

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