Guanajuato.-Un derroche de sensualidad y romanticismo fue la presentación de Caloncho en la Alhóndiga de Granaditas.
A cambio, todo el público joven, hombres y mujeres, se le entregaron por completo. Así fue el concierto de la noche de ayer del Festival Internacional Cervantino.
Los cientos de jóvenes se emocionaron y gritaron cada uno de sus movimientos, el final y el inicio de sus canciones. Gritaron hasta cuando el cantante sonorense, estado invitado, dijo que era oriundo de Ciudad Obregón.
Se pararon y lo escucharon de pie casi todo el concierto, movieron sus brazos en alto coreando sus canciones.
Disfrutaron cada una de sus letras:
“Mírame, quiéreme morenita, mírame, quiéreme morenita.
Que chupa, que chupa, no seas goloso, quiéreme morenita”.
“Y echarnos al soool, echarnos al sol.
Echarnos al soool, sin tu bañador”.
“Y es que cuando amanezco contigo.
Lo que tú provocaste, más que química y sal”.
“Cerca de mí, te quiero cerca de mí.
Concédeme, quédate cerca de mí
Cerca de mí, te quiero de mí.
Concédeme el resto de mi vida,
Te quiero cerca de mí”.
Ya en tono más reflexivo:
“Somos instantes, un ratito nada más.
Somos instantes, un ratito nada más.
Seres fugaces, que llegan y se van”.
Caloncho se sintió en confianza para interpretar esta canción que, confesó, es muy personal porque habla de la paternidad, mezcla de algo de conexión cósmica e instinto salvaje:
“Recuerda tanto mi María, que te quiero tanto.
Aunque crezcas no te olvides de mí.
Y esté donde esté, no me olvido de ti”.
Hubo otra para la cual no señaló destinatario, pero parecía destinada también a su hija;
“Mi niña mi chiquita, mi persona favorita.
Me llena de felicidad”.
