Cinco plazas principales de la ciudad, a partir de las 5 de la tarde a 8 de la noche, se han convertido en el escenario de cientos de bailarines principiantes y experimentados que han conocido el amor con sus propias parejas de baile. 

Muchos de ellos ya han experimentado décadas de experiencia en competencias de baile y ahora, también se suma una vida llena de logros familiares.

 Francis de Sales López y José Guadalupe Gómez. Foto: Leopoldo Medina 

Danzoneros de corazón

Francis de Sales López de 77 años y José Guadalupe Gómez de 74 años, se conocieron bailando y ahora son marido y mujer. 

Se conocieron en la Plaza de Armas de San Luis Potosí, ella acudió a bailar, allí lo encontró en 2003 y se hicieron pareja, primero de baile, después de novios hasta 2006 y se casaron en el 2008.

Ella tenía 62 años y él, 59 años cuando contrajeron matrimonio. El cupido fue el danzón, reconocen ambos.

Actualmente, encabezan en León el grupo de danzón Jardín del Moral y han representado a León y a Guanajuato en diversos eventos nacionales.

Pepe, como lo conocen en el medio, para conquistarla, le enseñó en una tarjetita, los pasos que deberían dar para acompañarse bien.

“Yo acepté, pero la verdad que en ese momento, no le entendí nada, pero si nos identificamos: La clave fue el danzón y hasta la fecha es nuestro idioma secreto”.

Francis venía de enviudar después de 33 años de casada y estaba en un momento de crisis, por lo que el danzón, le ayudó a cambiar su mundo. 

Francis de Sales y José Guadalupe Gómez recientemente en el Expiatorio. Foto: Leopoldo Medina 

“Yo fui a bailar porque me invitó una amiga, no tenía ningún otro propósito”.

Sin embargo, apareció José Guadalupe Gómez Pérez (Pepe), quien estaba triste porque acababa de sufrir un divorcio y encontró a Francis, la invitó a bailar, ella accedió, después le pidió que fuera su pareja, ella aceptó, el resto lo hizo el danzón.

Cuando contrajeron matrimonio, él ya tenía 5 hijos (1 hombre y 4 mujeres). Ella 2 mujeres y 2 hombres, y gozan de sus nietos, entre ellos Alex, quien les sigue sus pasos de baile.

“Creo que no hay casualidades, sino causalidades”, comentó Francis.

 

Enamorados del Danzón y su mujer

Jesús Vela Saldaña, mejor conocido como Don Chuy de 75 años y Leonor Hernández Ruiz de 72 años, ambos originarios de la Ciudad de México, tienen 55 de matrimonio y acuden desde hace 15 años a la explanada del Templo Expiatorio a bailar.

Leonor mencionó que su felicidad de 55 años de casados inició cuando en su ciudad de origen bailaron danzón en la vecindad donde se conocieron.

Don Chuy Vela se siente orgulloso de su pasión por el baile que ha alimentado desde que tenía 18 años, pisando salones de la talla de Colonia, California y El Ángeles. Además de ser de los pocos danzoneros que lleva atuendo de pachuco.

 “Me visto así y mis hermanos también, por admiración a Tin Tán”, dijo. “Gané un concurso a nivel nacional en el cual participaron 28 parejas y el entonces presidente municipal, Ricardo Sheffield Padilla, me invitó a abrir el danzón en el Expiatorio. Me acompañó la reina del baile Chabelita Infante, lamentablemente falleció hace un año”.

Jesús Vela, Orgullosamente Pachuco. Foto: Leopoldo Medina 

Chuy Vela explicó que desde ese concurso jamás ha faltado un día a bailar en el Expiatorio, a excepción del receso que se tuvo por la pandemia.

“El danzón es un arte, se debe bailar con ritmo, tal y como me lo decía mi maestro”.

Don Chuy Vela, se siente halagado de haber sido el padrino de lo que hoy en día son Miércoles de Danzón en el Expiatorio. De sus danzones preferidos mencionó Nereida de la Acerina, Veracruz y por un Cerro Mejor. 

Jesús Vela, Orgullosamente Pachuco. Foto: Leopoldo Medina

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Jesús Vela, Orgullosamente Pachuco. Foto: Leopoldo Medina

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Jesús Vela, Orgullosamente Pachuco. Foto: Leopoldo Medina

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