Desde las 5 de la tarde, miles de personas tomaron lugar a lo largo del Boulevard Francisco Villa en espera de la Caravana Navideña Coca-Cola.
Y es que tenía más de 10 años que el popular desfile de la empresa refresquera no visitaba León, por lo que desde su anuncio se convirtió en uno de los eventos más esperados de la temporada.
A las 6 en punto, elementos de la Policía Municipal redujeron al mínimo el paso vehicular del carril por el que desfilaría la caravana.
A la altura del cruce de los bulevares Adolfo López Mateos y Francisco Villa, la gente esperó más de tres horas el paso de la caravana. Aunque había vallas que delimitaban el acceso, no fue hasta minutos antes del espectáculo que elementos de protección civil añadieron cintas amarillas para delimitar el paso de la gente hacia el centro de la calle.
Casi a las 8 de la noche llegó el gran momento encabezado por el emblemático tráiler de la Coca Cola, que adornado con luces y música navideña contagió el espíritu a todos los asistentes.
En seguida, una comparsa de duendes desfiló bailando y saludando a las personas. La estructura del espectáculo era simple: a cada grupo de bailarines le seguía un carro alegórico con la música para que bailaran.
Motivos de esferas, bastones de dulce, regalos y los infaltables osos polares brillaban encima de los vehículos.
Como gran final, Santa Claus apareció saludando a todos desde lo alto del último carro.
El desfile terminó muy pronto en comparación del tiempo de espera de los asistentes y apenas desapareció el último carro, las miles de personas comenzaron a circular por los bulevares sin mayor instrucción de las autoridades y haciendo esperar por unos minutos más el tráfico vehicular.