Descrita como la mejor historia jamás escrita, La Iliada y La Odisea, de Homero, es quizás la obra más popular de la literatura griega antigua y ha sido un favorito literario durante más de tres mil años.

Esta epopeya literaria inspiró a Robert W. Smith para componer su Sinfonía No. 2 titulada “La Odisea”, una aventura musical que estrenó en 2003, en Nueva York; y que ofrece al oyente una increíble serie de aventuras y tormentos vistos a través de Odiseo, rey de Ítaca.

Esta composición, que no es muy tocada debido a su demanda de percusionistas (emplea 11), fue la pieza elegida por el Conservatorio de Música de Celaya para cerrar las presentaciones del año de su Banda Sinfónica.
 

Los músicos ofrecieron una interpretación magistral durante la velada./Foto: Isaac Ortiz/Cortesía Conservatorio de Música.

Aurora Cárdenas, directora de la institución, dio la bienvenida al público del Teatro de la Ciudad que se reunió para disfrutar del programa musical que se complementaría con la obra “Raise the Roof” en la segunda mitad, y el poema sinfónico “Libertadores”, para el cierre del concierto. 

Ha sido un gran esfuerzo de todos estos chicos, y yo creo, con grandes resultados”, afirmó momentos antes de compartir datos interesantes de la obra de Robert W. Smith, de quien mencionó, falleció en septiembre pasado, por lo que este concierto se ofreció a manera de homenaje.

La obra se desarrolla en cuatro movimientos: La Iliada en el décimo año de la guerra de Troya, 
Los vientos de Poseidón, La isla de Calipso, e Ítaca.
Cada una de estas partes fue previamente explicada a detalle por la maestra Aurora, y, bajo la batuta del director Josué Gutiérrez, los jóvenes musicos acompañaron con sus instrumentos a Odiseo en cada una de sus travesías.

La Banda Sinfónica del Conservatorio fue dirigida por Josué Gutiérrez./Foto: Isaac Ortiz/Cortesía Conservatorio de Música.

Una aventura musical 

En las batallas por obtener la ansiada victoria sobre Troya, donde el llamado del cuerno del carnero (que lo hace un corno francés), marca el desarrollo de la aventura musical; incluso si se pone atención se pueden escuchar las ruedas del caballo de Troya mientras es empujado hacia la ciudad (sonido que hacen los platillos), y hasta los fuegos de la batalla (que se hacen con hojas de papel), retumban en la escena musical.

En el segundo movimiento el compositor captura la esencia del poderoso viento y las olas que impulsan a Odiseo en su fantástico viaje por los mares de Poseidón junto a su tripulación, sobreviviendo al canto de las sirenas.

En el tercer movimiento los músicos invitan a deleitarse con los encantos que brinda la isla de la diosa Calipso, un lugar lleno de delicias y que le promete a Odiseo la eternidad.

Para la parte final de la obra, Smith se inspira en el regreso a Ítaca, donde Odiseo lucha contra muchos pretendientes que quieren apoderarse de su territorio y de su esposa, la reina Penélope, por lo que cumple una hazaña más, que lo hace recuperar su reino y la paz.

“La Iliada y La Odisea” fue interpretada en la primera mitad del concierto./Foto: Isaac Ortiz/Cortesía Conservatorio de Música.

Conquistan con percusiones 

La segunda mitad del concierto se vio engalanada con la obra de “Raise the Roof”, que tuvo su estreno en 2007 con la Banda Sinfónica de la Universidad de Michigan.

Inspirada en la construcción de grandes maravillas arquitectónicas, como la Catedral de Notre Dame y el Empire State Building, el compositor creó una gran construcción acústica poniendo los timbales en primer plano con melodías expresivas y una amplia variedad de técnicas.

Esta pieza fue magistralmente ejecutada por el músico queretano Pedro Longinos, quien en su participación como solista fue la estrella de la noche y muy ovacionado por su trabajo interpretativo.

El centro “Plan Vida” viajó de Querétaro para apoyar al solista Pedro Longinos y disfrutar su participación musical./Foto: Isaac Ortiz/Cortesía Conservatorio de Música.

Ya para el cierre del concierto se pudo disfrutar del poema sinfónico “Libertadores”, del compositor español, Óscar Navarro. Una pieza dividida en dos partes: la primera, inspirada en el Río Amazonas y la segunda, una fanfarria dedicada a los libertadores de América del Sur, José de San Martín y Simón Bolivar

Esta pieza hace uso de la voz y la percusión corporal para dar un toque de color a la obra, e incluye una sección cantada de un texto maya titulado: “Eres mi pariente, soy tu pariente”.

Esta obra de caracter marcial y triunfal, utiliza los tambores militares para elevar a lo más alto el honor de los libertadores.

“Libertadores” fue la pieza que cerró el programa musical./Foto: Isaac Ortiz/Cortesía Conservatorio de Música.

MGL

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