Por: Babelia
No tiene un único padre, pero tampoco haría falta un test para atribuir la paternidad de la narrativa moderna al honorable Balzac. Cuando a mediados del XIX defendía su programa literario al presentar la mejor novela como aquella capaz de mostrar la historia privada de las naciones, también estaba hablando de cómo la vida individual y cotidiana está condicionada por el dinero en una sociedad que ya era capitalista. Este año, el jurado que vota el mejor libro del 2023 ha apostado por una novela de novelas que conecta con esa vocación fundacional de la ficción moderna: Fortuna. La obra del argentino Hernán Díaz, escrita en inglés, es un fastuoso experimento formal para iluminar cuál es el coste humano de poseer una gran fortuna.
Este ha sido un año de buenas novelas y, a la vez, ha sido un año fúnebre para la narrativa contemporánea. Nos han dejado clásicos modernos del género como Martin Amis y Cormac McCarthy, Kenzaburo Oé o Jorge Edwards. También el novelista Milan Kundera, uno de los mejores lectores de ficción literaria del último siglo.
Tal vez Kundera podría volvernos a explicar cuál es ese saber vital que solo nos da la novela. Lo tienen ficciones históricas como El retrato de casada, de Maggie O’Farrell, y Castillos de fuego, de Ignacio Martínez de Pisón. Puede ser Lucrecia de Medici en el siglo XVI o puede ser el Madrid de posguerra, pasados lejanos o próximos donde la ficción explora la vida. Conocimiento literario de calidad lo han elaborado de nuevo figuras mayores de la novela europea como Antonio Muñoz Molina en No te veré morir, que indaga en los claroscuros del amor, e Ian McEwan en esas Lecciones donde una biografía condicionada por el abuso está religada a la comprensión de un país.
Hay narraciones que actualizan la novela moderna clásica y hay otras a través de las cuales comprendemos rupturas, tensiones y desafíos del presente. La inteligencia artificial es el núcleo de MANIAC, de Benjamín Labatut, y la prosa de resonancias poéticas de Alana S. Portero en La mala costumbre nos permite comprender a través de la protagonista, encerrada en un cuerpo de hombre, cuáles son las tendencias que definen nuestro momento. Otra tendencia de la literatura actual, que es una reflexión honesta y transgresora sobre la maternidad, está en la fantástica El cielo de la selva, de Elaine Vilar Madruga, una de las autoras revelación del 2023.
Tras dos años en la cima de la lista de los mejores, la nueva entrega póstuma de los diarios de Rafael Chirbes vuelve para reafirmar el valor de una radical apuesta autobiográfica que dialoga con la radicalidad moral de su novelística. A ratos perdidos no podía faltar y uno de los fenómenos literarios del año comparece también en la selección: Libre, de Lea Ypi. Estas memorias hablan del fin del engaño utópico en Albania, pero a la vez son un diagnóstico para ubicarnos en nuestro momento tenso, donde nadie puede creerse ya que la historia había terminado. Ante tanta incertidumbre, ahora como desde el momento que se hizo con la centralidad del canon occidental, la novela sigue siendo la mejor herramienta para estar e intentar comprender el mundo donde vivimos.
Por Jordi Amat
1) Fortuna
Hernán Díaz
Traducción de Javier Calvo
Anagrama
Por Leila Guerriero
Hay una frase, en la tercera de las cuatro novelas que componen Fortuna, de Hernán Díaz, que podría ser la clave de lectura de esta historia que se vuelve sobre sí misma para mentirse y desmentirse y armarse y desarmarse hasta colapsar en el fraseo anoréxico que articula, en su diario personal, una mujer que agoniza. La frase está en boca del magnate Andrew Bevel y dice: “Mi trabajo consiste en tener razón. Siempre. Si alguna vez me equivoco, debo usar todos mis medios y recursos para torcer la realidad y alinearla con mi equivocación para que deje de ser una equivocación”.
Se asegura que Fortuna, premiada con el Pulitzer en 2023, es un libro sobre el capital, sobre la reproducción enloquecida del dinero, sobre el mundo de las finanzas de los años veinte y treinta del siglo XX en Nueva York. Lo es —y asusta pensar todo lo que su autor, argentino criado en Suecia, residente de Brooklyn desde hace 25 años, debió aprender para narrar (en inglés, lengua que eligió como escritor) el mundo financiero y las inentendibles tramas de la Bolsa—, pero también es una novela sobre eso que llamamos realidad, puesto aquí en cuestión como algo inatrapable y digno de sospecha. Fortuna es un sistema de cajas dentro de cajas, cuatro novelas que se refutan una a la otra y que terminan en un loop desconcertante: ¿cuál de los cuatro libros miente menos, alguno de ellos no miente? Preguntas que, a su vez, se derrumban ante la evidencia de que lo que se está leyendo es ficción.
Es un libro sobre el capital pero también es una novela sobre eso que llamamos “realidad”, puesto aquí en cuestión como algo inatrapable y digno de sospecha”
El primero de los libros es Obligaciones, firmado por Harold Vanner, y cuenta la historia de Benjamin Rask, un hombre de fortuna casado con Helen Brevoort, descendiente de una familia venida a menos. Rask es una máquina de multiplicar dinero en una ruleta rusa que nunca lo lastima, pero ese éxito termina por transformarlo casi en paria cuando la prensa lo señala como responsable del crash de 1929. El segundo libro, Mi vida, de Andrew Bevel, devela que Bevel es el magnate sobre el cual está basado Benjamin Rask, el personaje ficcionalizado por Vanner, y consiste en el intento de Bevel de negar ese primer libro. Escrito con una voz menos “profesional” que el anterior, está recorrido por frases cortas como “Despedida de amigos. Breve crónica de viaje”, recordatorios que el autor se deja a sí mismo y que le dan al conjunto, por ese efecto de espiar en bambalinas, un fuerte carácter de verdad. Aquí Bevel habla largamente de Mildred, su mujer, alter ego de la Helen Brevoort de la primera novela y cuya salud, como la de Helen, se desliza por una ladera de deterioro. El tercer libro es Recuerdos de unas memorias, y está firmado por Ida Partenza. Es un malabar riesgoso que para Díaz no tiene costo alguno, puesto que apoyar la narración en una voz femenina no le causa más problema que dejar un vaso de agua sobre la mesa: la voz de Ida —al momento de escribir tiene 70 años y recuerda su trabajo como ghost writer de Bevel, que la ha contratado para escribir su biografía— es recatada pero firme, verosímil, y demuestra que la narración por momentos bonachona y enamorada del Andrew Bevel del segundo libro no se corresponde con el hombre poderoso y descarnado con quien ella conversa. El último tramo, Futuros, es un diario escrito por Mildred Bevel, la mujer de Andrew Bevel. Cincelado en una prosa de mandíbula apretada, contiene mordiscones como la frase “No es que esté cansada de él. Es que estoy cansada de la persona en que me convierto cuando estoy con él”, y deja caer la última de las máscaras. Pero entonces la duda vuelve: ¿cuál de todos es el narrador confiable?
Díaz tuerce y alinea la realidad de la novela a su antojo, y el lector queda a cada paso más vacío de certezas, más a la intemperie, más huérfano, más abandonado”
Si Fortuna está repleta de momentos ecualizados con el volumen al máximo, en Recuerdos de unas memorias alcanza picos aterradores con elementos banales: la revisión del archivo de la Biblioteca Pública de Nueva York, unos papeles arrojados en un cesto. Pero el más aterrador es la traición de un hombre a su hija. Es una traición magna y la hija, Ida, escribe: “Lo único que sabía, lo único que sentía, lo único que me importaba, era que ya no me protegía”. Aunque su padre sigue vivo, ella se ha quedado huérfana. El dispositivo del libro produce el mismo efecto en el lector: primero se gana su confianza y luego la destruye. Díaz tuerce y alinea la realidad de la novela a su antojo, y el lector queda a cada paso más vacío de certezas, más a la intemperie, más huérfano, más abandonado.
2) El retrato de casada
Maggie O’Farrell
Traducción de Concha Cardeñoso
Libros del Asteroide
Los amantes de la literatura podemos volvernos locos buscando explicaciones a los libros del momento cuando, de repente, llega el milagro. Estábamos hablando de autoficción, de narrativa del yo, de maternidad, transfobia y nuevas masculinidades cuando llegó Maggie O’Farrell y pronunció su particular veni, vidi, vici. Vine, vi y vencí. Como hizo con Hamnet, El retrato de casada no encaja exactamente en las corrientes y lo que propone es un salto con pértiga hacia el pasado para ponernos en bandeja un alma perdida. Hablamos de Lucrecia de Medici, aristócrata casada a los 13 y muerta a los 16. La norirlandesa de 51 años nos sumerge con tal intimismo en un chispazo concreto de la historia que la corriente eléctrica es para el lector. Brillante túnel del tiempo y de su recreación.
Por Berna González Harbour
3) Castillos de fuego
Ignacio Martínez de Pisón
Seix Barral
Las guerras no siempre se acaban cuando terminan las batallas. La monumental novela de Ignacio Martínez de Pisón —monumental por su ambición, por sus 700 páginas, por la multitud de personajes, situaciones y escenarios y por la capacidad que tiene para engullir al lector— muestra una posguerra tan cruel y violenta como la Guerra Civil, marcada por el miedo, pero también por la voluntad de supervivencia. Mezclando personajes reales e imaginados, Pisón recorre cada rincón de Madrid entre los años 1939 y 1945, una ciudad barrida por la muerte y el hambre, por la injusticia y la sospecha. El autor explica cómo cuatro décadas de dictadura se cimentaron en aquellos años de terror, traiciones y miseria. Ni las guerras terminan cuando dicen los historiadores, ni esta novela de Pisón se acaba cuando el lector alcanza la última página.
Por Guillermo Altares
4) MANIAC
Benjamín Labatut
Anagrama
Podría parecer una anécdota, pero la derrota que sufrió el campeón de Go Fan Hui en 2016 transformó el destino de la humanidad. Originado en China, este juego de tablero milenario mide la capacidad de estrategia a unos niveles estratosféricos, dado el número de posibilidades que se abren con cada ficha en movimiento. Si aquel enfrentamiento se volvió leyenda fue porque no resultó vencedor un hombre, sino una máquina: la inteligencia artificial AlphaGo. Lo que ocurrió en el trayecto que desemboca en esa partida es una historia de genio y locura, doble faz del conocimiento científico que crea mundos y los destruye. La protagonizan mentes al borde de lo inconmensurable como la del matemático John von Neumann, cuyas aspiraciones, logros y fracasos se recrean por medio del coro de voces de sus allegados en esta trepidante y trascendente novela basada en hechos reales.
Por Silvia Hernando
5) Diarios. A ratos perdidos 5 y 6
Rafael Chirbes
Anagrama
La tercera y última entrega de los Diarios de Rafael Chirbes mantiene las líneas de fuerza que caracterizan las entregas anteriores: su desgarro íntimo y su experiencia como lector de toda aquella literatura —clásica, contemporánea, española, universal— que está a su alcance. Ambos rasgos cobran una intensidad mayúscula en esta última entrega, a la que se añade una conciencia tan clara como trágica del fin. Eso hace que la soledad existencial del autor, expresada de mil maneras distintas —”mi vida es eso, que no tengo nada”—, adquiera una dimensión creciente. Su diario, iniciado como una expansión de su escritura, se convierte en su único interlocutor, al que vuelca su manera de entender la vida, el deseo de comprenderla y de dolerse por ella.
Por Anna Caballé
6) Libre
Lea Ypi
Traducción de Cecilia Ceriani
Anagrama
¿Qué ocurre si al crecer en la Albania autócrata de los ochenta te hicieron creer que el capitalismo y el comunismo soviético eran tus enemigos porque el único país libre de verdad en un mundo hostil era el tuyo? ¿Y si a los 12 años, cuando cae el estalinismo, descubres que toda tu familia te había estado mintiendo por tu bien? ¿Qué será verdad en un mundo en el que nada era lo que parecía en realidad? Explotando cualquier burbuja posible, un merecido fenómeno del año son las adictivas memorias de esta profesora de la London School of Economics. No sorprende que a Lea Ypi se la haya recomendado en las tribunas culturales, en podcasts, en newsletters y en conversaciones de bar. Imprescindible.
Por Noelia Ramírez
7) La mala costumbre
Alana S. Portero
Seix Barral
Algunos libros condensan lo mejor de su tiempo: encauzan sus tendencias más fértiles con una vía más profunda, una tradición de los parias y relegados de la literatura. Así es La mala costumbre, y este puede ser el secreto de su apabullante éxito. La protagonista, encerrada en el cuerpo de un hombre, narra momentos clave de su formación. La infancia en el proletario y yonqui barrio madrileño de San Blas en los ochenta, los noventa en Chueca, los malditos dos mil siendo una sombra de sí misma. La prosa de Alana S. Portero tiene la fuerza de la poesía aérea y plebeya de (digamos) Rimbaud o Genet. Y una limpieza de mirada incomparable: inteligencia alérgica al cliché. Por muchos motivos, una novela emocionante.
Por Carlos Pardo
8) No te veré morir
Antonio Muñoz Molina
Seix Barral
Una novela sutil de perspectivas cruzadas en la que el amor aparece como punto ciego que oculta (¡pero el lector está obligado a verlo!) la crueldad incomprensiva de un lado (el de Gabriel Aresti) y la fe vulnerada y aun así inmarchitable de otro (el de Adriana Zuber). Aquí nadie entiende a nadie y quien todo lo ha conquistado cree poder adueñarse del pasado, mientras quien todo lo ha perdido ni siquiera tiene derecho a la compasión. Un Antonio Muñoz Molina concentrado e intenso que dinamita la fachada dulce de una historia de amor y deja al descubierto sus tripas de deslealtad e inmisericordia. Una obra escrita con admirable destreza formal y con la tensión y la sinuosidad de la mejor literatura.
Por Domingo Ródenas de Moya
9) El cielo de la selva
Elaine Vilar Madruga
Lava
El planteamiento de El cielo de la selva, de Elaine Vilar Madruga (La Habana, 1989) tiene trazos de cuento de gótico caribeño, con un pie en un retrato realista y cruento de los márgenes de una sociedad violenta y pobre y el otro pie en un imaginario fantástico terrorífico. Muy pocas veces rompe Vilar ese equilibrio tan difícil de conseguir, nunca se decanta para un mundo u otro y eso es un hallazgo que salva la novela de ser otra novela más llegada del continente americano que escribe en español. Bien escrita y estructurada, interpela al lector con un lenguaje que muta sin volantazos de inmisericorde a lírico. Diálogos que funcionan, pesadillas, el mundo de muertos vivos, la maternidad en un mismo círculo de crimen y generosidad.
Por Carlos Zanón
10) Lecciones
Ian McEwan
Traducción de Eduardo Iriarte
Anagrama
“Primero sentimos, luego caemos”, dice la frase de Joyce con la que Ian McEwan abre esta novela titulada con cierta acidez. Más que lecciones de vida lo que McEwan nos cuenta en ella son las edades de su protagonista, Roland Baines —con el que el autor comparte características biográficas— hilvanándolas con acontecimientos históricos que le sirven para mostrarnos literariamente cómo opera la memoria. Se trata de la historia del Reino Unido y de Europa a caballo entre dos siglos y la de un niño enviado a un internado donde tendrá una relación abusiva con su profesora de piano. Ese abuso —que tardará en dimensionar— y el abandono de su esposa sobrevuelan una vida trenzada con las fuerzas externas que nos atraviesan, aunque a veces no reparemos en ello. Por Máriam Martínez-Bascuñán
11) Las tempestálidas
Gueorgui Gospodínov
Traducción de César Sánchez y María Vútova
Fulgencio Pimentel
12) Corazonada
Berta García Faet
La Bella Varsovia
13) Los destrozos
Breat Easton Ellis
Traducción de Rubén Martín Giráldez
Random House
14) El rey patriota
Javier Moreno Luzón
Galaxia Gutenberg
15) Limpia
Alia Trabucco Zerán
Lumen
16) La historia de los vertebrados
Mar García Puig
Random House
17) Los libros de Jacob
Olga Tokarczuk
Traducción de Agata Orzeszek y Ernesto Rubio
Anagrama
18) Gozo
Azahara Alonso
Siruela
19) Alison
Lizzy Stewart
Traducción de Regina López Muñoz
Errata Naturae
20) El ancho mundo
Pierre Lemaitre
Traducción de José Antonio Soriano Marco
Salamandra
21) Euforia
Carlos Marzal
Tusquets
22) Hijos de la fábula
Fernando Aramburu
Tusquets
23) El amor el mar
Pascal Quignard
Traducción de Ignacio Vidal-Folch
Galaxia Gutenberg
24) V13
Emmanuel Carrère
Traducción de Jaime Zulaika
Anagrama
25) Salir de la noche
Mario Calabresi
Traducción de Carlos Gumpert
Libros del Asteroide
26) Los astronautas
Laura Ferrero
Alfaguara
27) Material de construcción
Eider Rodríguez
Random House
28) Santander, 1936
Álvaro Pombo
Anagrama
29) La casa de caramelo
Jennifer Egan
Traducción de Rita da Costa García
Salamandra
30) Yo que fui un perro
Antonio Soler
Galaxia Gutenberg
31) Epistolario
Petrarca
Traducción de Francisco Socas
Revisión de Jordi Bayod
Acantilado
32) Kairós
Jenny Erpenbeck
Traducción de Neila García Salgado
Anagrama
33) Vida de Arcadio
Arcadi Espada
Península
34) Las niñas del naranjel
Gabriela Cabezón Cámara
Random House
35) Maddi y las fronteras
Edurne Portela
Galaxia Gutenberg
36) Universal concreto
Javier Gomá
Taurus
37) Las voces de Adriana
Elvira Navarro
Random House
38) Libro mediterráneo de los muertos
María Ángeles Pérez López
Pre-Textos
39) El corazón del daño
María Negroni
Random House
40) Lucy y el mar
Elizabeth Strout
Traducción de Flora Casas
Alfaguara
41) Derivas
Kate Zambreno
Traducción de Montse Meneses Vilar
La Uña Rota
42) Emperador de Roma
Mary Beard
Traducción de Silvia Furió
Crítica
43) Escribe si vendrás
Wislawa Szymborska y Kornel Filipowicz
Traducción de Teresa Benítez, Katarzyna Moloniewicz y Abel Murcia
Las Afueras
44) Nagori
Ryoko Sekiguchi
Traducción de Regina López Muñoz
Periférica
45) Las abejas y lo invisible
Clemens J. Setz
Traducción de José Aníbal Campos
H&O Editores
46) El affaire Arnolfini
Jean-Philippe Postel
Traducción de Manuel Arranz
Acantilado
47) Elizabeth Finch
Julian Barnes
Traducción de Inga Pellisa
Anagrama
48) Mi padre alemán
Ricardo Dudda
Libros del Asteroide
49) No todo el mundo
Marta Jiménez Serrano
Sexto Piso
50) Peregrino transparente
Juan Cárdenas
Periférica