León se transformó de la Estancia de Señora a una de las ciudades más importantes de México. Hoy, que cumple 448 años, sus habitantes pueden presumir que han vencido obstáculos y se mantienen de pie con justificado orgullo.
La ciudad ha superado situaciones catastróficas como las inundaciones de 1888 y de 1926, que trastocaron su vida, y supo levantarse de sus escombros para seguir el camino del progreso.

Su prestigio industrial, su creciente impacto en el turismo de negocios y su papel estelar en la transformación democrática del País, han marcado los años más recientes de su historia.
Pero también han crecido algunos de sus principales desafíos, como la población que vive en la pobreza y la violencia que provocan el tráfico y consumo de drogas.
Juan Bautista de Orozco fundó la Villa de León el 20 de enero de 1576, en cumplimiento del decreto emitido el 12 de diciembre de 1575 por el Virrey Martín Enríquez de Almanza.

Aunque se tienen antecedentes de asentamientos humanos en la zona desde el año 300 AC, como muestran los vestigios de cerámica descubiertos, la villa se desarrolló en el camino de la plata.
Lo anterior fue expuesto por el arquitecto Rodolfo Herrera Pérez, director del Archivo Histórico Municipal, durante su conferencia titulada “De la Estancia de Señora a la Metrópoli del Bajío”, realizada el jueves en el Museo de la Ciudad, con motivo del aniversario.
El conferencista mencionó que en la fundación primero se celebró una misa a cargo del bachiller franciscano Alonso Espino, que sería asesinado en Loza de los Padres por los chichimecas, en 1586. Y es que Villa de León servía como resguardo a los ataques de los pobladores nativos.

Barrios fundacionales
El primero de los barrios fue el Coecillo en 1580, poblado por chichimecas y tarascos a quienes se les otorgó un terreno de 1.5 caballerías (una medida que corresponde alrededor de 1 mil 850 metros cuadrados). El famoso Barrio de San Miguel, se fundó en 1595 como San Miguel de la Real Corona.
En marzo de 1598 surgió el Barrio Arriba, cuyo límite fue durante mucho tiempo la garita y donde se establecieron mulatos y africanos, “el cual con el tiempo progresa con las tenerías y fue fuente de economía para la zona”, comentó Herrera Pérez.
El Barrio de San Juan se forma a raíz de la llegada de los Juaninos, entre 1616 y 1620, quienes auxiliaron en los hospitales de San Cosme y San Damián.

Finalmente, se les proporcionan los medios y construyeron su templo de San Juan de Dios en la parte posterior su propio hospital y de allí en adelante se desarrolló el conocido Barrio Abajo, que se distinguió por sus rebozos, labor ya casi olvidada.
En cambio, se mantiene su tradición “de las nieves y las guacamayas”, externó el Director del Archivo Municipal, quien incluso describió cómo se preparan estas últimas.
Refirió también Herrera Pérez la presencia de órdenes católicas en León. Primero los franciscanos para evangelizar, en seguida los juaninos en materia de salud y posteriormente los jesuitas, en materia educativa, con raigambre en la ciudad.
La historia sigue y en 1830 se le da a León el título de Ciudad: León de Los Aldamas, aunque los hermanos insurgentes no eran oriundos de aquí, sino de San Miguel el Grande, pero uno de ellos contrajo matrimonio con una leonesa, aseveró Herrera Pérez.

En 1850 se establece a la Virgen Santísima de la Luz, como la patrona de la ciudad y su culto se mantiene con fervor hasta nuestros días.
El 22 de febrero de 1864 se designa a José María de Jesús Díez de Sollano como primer Obispo de León y el 16 marzo de 1866 se consagra solemnemente la Catedral Basílica y se le nombra recinto de la Virgen Santísima de la Luz.
Fueron las raíces de la convicción católica de nuestra ciudad, que culminaría el 26 de enero de 1863 con la erección de la Diócesis de León y el 22 de diciembre de 2022, con la de la Arquidiócesis.

Páginas históricas
León también tuvo una destacada participación en el movimiento de la Independencia encabezado por Miguel Hidalgo y Costilla, quien era considerado leonés, ya que nació en Corralejo, en Pénjamo, que era jurisdicción de aquí, cuando en 1580 se le elevó a la categoría de Alcaldía Mayor y tuvo bajo su potestad ciudades como San Francisco del Rincón, Pénjamo, Ciudad Manuel Doblado y Cuerámaro.

Un siglo después, durante la Revolución León fue escenario de batallas entre orozquistas y villistas.
Los primeros saquearon la ciudad en 1914. Ese mismo año Francisco Villa se apoderó de León y tuvo como aposento La Casa de las Monas en la calle 5 de mayo y se trasladaron los poderes a León.
En 1915 Álvaro Obregón lo desconoció. Y fue en estas tierras, en abril, en un combate cerca de la Hacienda de Santa Ana del Conde, donde Obregón perdió su brazo izquierdo y no en Celaya, puntualizó el ponente al público.
León ha evolucionado en todos los órdenes, con momentos históricos e incluso trágicos, como el de los mártires del 3 de enero de 1927. Vivió también las repercusiones de la II Guerra Mundial y brindo asilo a los polacos: “tan así que se llamó León, la Pequeña Polonia”, dijo Herrera
Luego vendría otra tragedia y otros mártires, recordó, los del 2 de enero de 1946, cuando los soldados acribillaron en la Plaza principal a los leoneses que se rebelaron contra la imposición electoral.
Lo demás nos parece ya historia reciente: el crecimiento de la ciudad, su papel como sede de eventos internacionales, a partir de las ferias de zapateros y proveedores; la alternancia electoral, cuyo impacto se extendió al País.
Son estos los sucesos más importantes, los rasgos principales de nuestra ciudad, a la que hoy festejamos con orgullo, en su cumpleaños 448.