Jorge Barajas Álvarez dejó un legado importante de arte para todos los leoneses, en sus lienzos pintó la historia de antaño de la ciudad y hoy, en el aniversario 448 de la capital del calzado, se reconoce su vida y su labor.
Jorge nació el 17 de enero de 1924 en Irapuato y falleció el 5 de enero de 2015 a los 91 años de edad. El pasado miércoles habría cumplido 100 años.
Su obra ilustró desde la fundación de León, paisajes, oficios hasta los personajes destacados de la ciudad.
El pintor llegó a León a los 5 años, de la mano de sus padres Juan Barajas Ríos y María Álvarez Rangel.
Y a los 25 años se casó un 17 de enero con Juanita Vázquez Vázquez, con quien le dio vida a nueve hijos. Antes de dedicarse a la pintura se desempeñó como modelista de calzado y es hasta los 50 años que descubrió su pasión por el arte.
Su maestro fue Don Antonio Segoviano, quien le enseñó a dar sus primeras pinceladas. Posteriormente, se fue a estudiar en el Instituto Hidalguense de Bellas Artes, bajo la tutoría de Juan Manuel Castellanos, con quien perfeccionó su arte.
“Era un padre regañón, bohemio y enamorado de su esposa”, contó Johnny Barajas, hijo del artista. “Él siempre se sintió leonés hasta la médula y nos dijo que desearía que sus obras sobre la ciudad, fueran resguardadas en un museo”.
De acuerdo al Instituto de Cultura de León, las obras tuvieron eco en la exposición colectiva del Club de Leones.
Obras que trascienden
El pintor Barajas Álvarez, mostró una exposición de cuadros donde narra la historia de la ciudad en la exposición “León a Principios de Siglo”, como parte de los festejos de “León 400” en 1976
También expuso al menos 30 pinturas, en donde la más sobresaliente, “Pioneros Zapateros”, mostraba todo el proceso de la elaboración del calzado.
Además de la antigua zona centro, sus calles y las labores que se realizaban en ese entonces por los leoneses.
“La que más me impresionó fue la del Mercado de La Soledad, en ella aparece un pequeño que se trataba de Don Wigberto Jiménez, quien con el tiempo fue muy amigo de mi papá. Lo conmovedor del día de exposición fue una señora que dijo que al ver la pintura le recordaba la calle Aquiles Serdán y su vida misma”, recuerda Johnny.